La motivación a través del coaching para la farmacia asistencial

El primer paso para conseguir cualquier objetivo es la toma de conciencia

Laura Chivato Isabel

El pasado 30 de enero se celebraba la II Jornada RedFoCo organizada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) con el objetivo de potenciar el valor de la Red de Formadores Colegiales y exponer su evolución a lo largo de este primer año desde su creación a través de los trabajos realizados. Durante este evento, el CGCOF, con la colaboración del Grupo OAT, decidió destinar un espacio dedicado a la motivación de los formadores, no solo para ellos mismos, sino también para motivarse como equipo y transmitir ese estímulo a las diferentes oficinas de farmacia que visitan en su día a día.


El Formador Colegial (FoCo), según el CGCOF, se trata de un farmacéutico contratado por el Colegio Oficial de Farmacéuticos correspondiente, responsable de realizar formación y asesoría in situ a los farmacéuticos, además de ofrecer apoyo continuo a las farmacias implicadas para tratar de solucionar cualquier dificultad o duda que surja durante la realización o adaptación de la farmacia al servicio profesional farmacéuticos asistenciales de farmacia comunitaria.


Así, el Grupo OAT y la Escuela de Formación Integral en Coaching (EFIC), gracias al acuerdo que tienen establecido en el área del Coaching en Adherencia, desarrollaron un taller sobre este tema, el cual fue presentado por Amaia Casteig, Directora Corporativa & Proyectos del Grupo OAT, e impartido y dinamizado por Izaskun Unzain, Business Solutions Manager de EFIC y Coach CPC, con el objetivo de que los asistentes recibieran nociones de interés sobre el mundo del coaching.

Algunos podrían preguntarse qué tiene que ver el coaching con la farmacia comunitaria. Sin embargo, cualquier aspecto que afecte al ámbito las creencias, emociones y comportamientos es candidato para ser trabajado a través de dicha metodología.

Como explicaba Unzain, la mayoría de las acciones que se llevan a cabo en el día a día se hacen de forma inconsciente como, por ejemplo, conducir, y no solo eso, sino que también se están comunicando ciertos aspectos sin que la persona sea consciente de ellos, y justo en ese margen es donde hay que trabajar: “¿Podemos ampliar la parte inconsciente para que vaya a la parte de la consciencia? Sí, dando un paso desde la zona de confort a lo que se llama ‘zona de influencia’. Es aquí donde aprendemos y donde hay incertidumbres o miedos. Todo el mundo cuando aprende por primera vez algo está en ese punto, con muchas incertidumbres y miedos… pero, ¿cuánta parte hay de trabajo para empezar a ampliar nuestra zona de confort, salir a la de influencia y cada vez tener más opciones en nuestro mundo? Si no trabajamos con determinadas herramientas, puede que nos quedamos con una visión muy limitada”.

“¿Podemos ampliar la parte inconsciente para que vaya a la parte de la consciencia? Sí, dando un paso desde la zona de confort a lo que se llama ‘zona de influencia’”

Para que esto ocurra hace falta motivación, aprendiendo a diferenciar entre no hacer, la intención de hacer y hacerlo de verdad. Esta experta llegó a la conclusión, a través de un ejemplo, de que en el momento que la persona se propone hacer algo y realmente lo hace, se queda con un 80 por ciento de aprendizaje; y si además enseña cómo hacerlo, esta cifra aumenta al 95 por ciento, ya que se pone más esfuerzo para exponerlo mejor. Sin embargo, aquí también influyen los mensajes que se mandan. “Si yo en mi cabeza pienso ‘inténtalo’, estás dando la opción de que no se consiga; pero si dices ‘vamos a realizar x tarea’, estás enviando otro mensaje”, subrayaba Unzain.

“Todo esto -añadía- quiere decir que, si trabajamos dentro de la dialéctica y de la parte corporal, que es esa parte inconsciente, seremos cada vez más hábiles de generar conversaciones y espacios de enriquecer y acompañar a los otros de manera distinta”.

A estas conversaciones se llega a través de visualizar la situación para anticiparse a las dificultades que puedan surgir; de escucha activa, es decir, una escucha profunda de las palabras y de nivel corporal, porque todo transmite; de presencia, “estar con los cinco sentidos”, ya que no se trata de estar una hora, sino que a veces son cinco minutos y deriva en una buena calidad; y con preguntas “transformadoras”, aquellas que tiene una respuesta abierta y dan opción a expresarse.

“Estas competencias, haciendo músculo a modo gimnasio, son fundamentales para conversar de una manera diferente. A veces es simplemente una pregunta, una mirada y obtienes dos o tres minutos de absoluta calidad”, apuntaba Unzain.

Toma de conciencia

El primer paso para todo esto es la toma de conciencia, clave para generar un cambio partiendo siempre de una realidad correcta y conseguir un resultado, porque de manera contraria, se generan unas expectativas que no son reales y, por tanto, no se consiguen.

Para la toma de conciencia, esta especialista comentaba dos herramientas: el DAFO y la rueda de la vida. El DAFO consiste en analizar las debilidades, en qué hay que trabajar y mejorar; las amenazas, aquellos obstáculos que se encuentran en el camino; las fortalezas, para saber qué se puede aportar diferente; y las oportunidades, para conocer los recursos que están al alcance y se pueden utilizar.

En cuanto a la rueda de la vida, se trata de escribir diferentes elementos que son importantes en relación a la temática que se quiere trabajar, marcando del 1 al 10 cómo la persona siente su nivel en relación a ese elemento a día de hoy.

(Fuente: Curso Online de Coaching en Adherencia del Grupo OAT y EFIC)

También es importante tener en cuenta hasta dónde se puede llegar, y esto se realiza diferenciando entre la interpretación de la descripción, como resaltaba Unzain: “Depende de cómo esté yo un día, la realidad que percibo entra a través de un filtro, la archivo y genero mis creencias. Hay que ser conscientes de esto para ver hasta dónde llegamos con nuestra cabeza y nuestros ruidos”.

Proceso cognitivo

Pero, ¿qué pasa si se detecta que no se están consiguiendo resultados? Llegados a este punto, la experta de EFIC detallaba el proceso cognitivo, formado por los pensamientos, las emociones, los comportamientos y el resultado.

Pensamiento > Emociones > Comportamiento > Resultado

“Si yo tengo un pensamiento o una creencia, yo construyo sobre lo que yo creo. Al ser humano le es difícil construir sobre cosas que no cree. En el momento en que pensamos en algo nos obliga a sentir, a tener emociones, es decir, que el pensamiento es causa de mis emociones, y las emociones, a su vez, son causa de que yo me comporte de una manera u otra”.

Por ello, es clave adentrarse en el proceso cognitivo a través de las creencias, las emociones y los comportamientos:

  • Creencias: formada por la creencia que tengo yo en mí (autocreencia y autoestima) y la creencia que proyecto en los demás. En función de las creencias, se va a tener una actitud u otra, y aunque es algo “complejo”, se puede trabajar.
  • Emociones: cuando hay una emoción, hay que darle la bienvenida, no hay que negar que está, porque las emociones tienen una intención positiva, incluido el miedo o la tristeza, que pueden ayudar a aprender de esa experiencia; después identificarla para aceptarla; y, por último, reflexionar para buscar un equilibrio entre lo que sucede y las emociones y así afrontarlas de otra forma.
  • Comportamientos/hábitos: lo primero que hay que hacer para detectar un hábito es ponerle nombre, pero de una manera concisa y concreta, porque si no se pueden estar hablando de generalidades; y siempre en positivo, porque la cabeza, a la hora de pensar, usa la imagen de una manera rápida, y al enunciarlo en negativo, elimina la parte negativa y se piensa en el resto. Un ejemplo que usaba Unzain fue pedir a los participantes que NO pensaran en un elefante rosa para demostrarles que en sus imaginarios aparecía un elefante rosa.
Red FoCo durante la charla de Izaskun Unzain

A modo de conclusión, Unzain preparó un ejercicio para los FoCo en el que les demostraba que, cuando alguien se plantea un objetivo específico y medible y se tiene motivación, se cree, esa persona lo siente y, además, lo hace, consigue el resultado. Y esto, precisamente, la Red FoCo lo puede aplicar con uno mismo, con el resto de la red y con otras farmacias para conseguir sus retos.