Entre un 16 por ciento y un 26 por ciento de las personas con diabetes tienen dolor crónico
Laura Chivato Isabel
La diabetes es una enfermedad compleja que obliga al paciente a dedicar su vida al autocuidado de su salud para así llevar un buen control de la misma y que afecte en la menor medida posible a su calidad de vida. Si a esto se suman las complicaciones derivadas de dicha enfermedad, como puede ser el dolor crónico, es fundamental que las personas afectadas conozcan todos los aspectos que van a influir en su día a día. Por ello, “educar a los pacientes en el dolor es tan importante como educarlos en otro aspecto”, tal y como explicaba Paz Gómez del Valle, paciente con diabetes y miembro de la Junta Directiva de la Federación Española de Diabetes (FEDE), durante la presentación de la campaña ‘Rompe Con el Dolor’ de FEDE.
“El paciente tiene que estar preparado y, sobre todo, sentirse entendido, comprendido y acompañado, ya que el dolor en la sociedad está muy mal visto porque parece que es una carga y no se le da importancia. En este sentido, además de educar a los pacientes, es necesario educar a la población en la empatía y en la escucha, y eso tenemos que trabajarlo mucho toda la sociedad. La sociedad tiene que ser muy atenta a la parte psicológica del dolor, no se puede abandonar a la gente, y desde las asociaciones tenemos que empezar a trabajar esa parte, interiorizarlo y que sea una pata más dentro de nuestro trabajo”, apuntaba Gómez del Valle.
“El paciente tiene que estar preparado y, sobre todo, sentirse entendido, comprendido
y acompañado”
Durante la presentación de la campaña, que cuenta con el apoyo de Brain, Mind and Pain ‘Patient-Centred Innovation Grant’ (BMP Grant) y la colaboración de distintas sociedades científicas y asociaciones de pacientes como la Sociedad Española de Diabetes (SED), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española del Dolor (SED), la Asociación Bariátrica Híspalis y la Asociación de Lucha contra la Distonía en Aragón, también participa el doctor Vicente Mayoral, presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), quien también aprovechó su intervención para resaltar la importancia de la educación y del acompañamiento del paciente con diabetes y dolor: “Todos los profesionales sanitarios, especialmente los de la Unidad del dolor, sabemos que el solo hecho de explicar el dolor es un buen analgésico, cómo comportarse, qué fármacos le van a ir bien, a quién preguntar, etc. A esto es a lo que menos tiempo se le dedica y hay que arreglarlo, pero no depende del médico sino de un equipo”.
“Se estima que entre un 16 por ciento y un 26 por ciento de las personas con diabetes tienen dolor crónico, siendo entre un 28 por ciento y un 49 por ciento la causa la neuropatía diabética, la cual está insuficientemente tratada en un 40 por ciento de los casos. Además, aproximadamente 2 de cada 3 tienen, al menos, una o más condiciones que causan dolencia crónica, de las cuales las más frecuentes son: artrosis (34%); lumbalgia somática (27%); síndrome del túnel carpiano (14%); lumbalgia con afectación neuropática (13%); depresión (28%); y ansiedad (27%). No obstante, existen buenas herramientas de detección para un correcto diagnóstico, además de fármacos que mejoran notablemente la calidad de vida de todos los pacientes”, detallaba el doctor Mayoral.
“Se estima que entre un 16 por ciento y un 26 por ciento de las personas con diabetes tienen dolor crónico, siendo entre un 28 por ciento y un 49 por ciento
la causa la neuropatía diabética”
Para Rafael Salas Muriel, psicólogo clínico especializado en diabetes, uno de los problemas es que los pacientes con diabetes no aceptan su enfermedad, y la aparición de una complicación como el dolor puede tener una “lectura positiva” para que el paciente tome conciencia: “En la consulta de Psicológica Clínica se favorece un cambio actitudinal en la vida del paciente para que vuelva a tomar las riendas de la enfermedad y no solamente del dolor. También hay que ayudar al paciente a que acepte esa complicación, la no aceptación de la enfermedad. Cuando llegan a consulta encontramos que tienen dolor y además no aceptan la diabetes, y hay que trabajar de forma dual”.
“Para ello, hay que escuchar, pero tampoco hay que incentivar la queja, algo que es complicado. Es importante que el paciente no se focalice en el dolor, pero que sepa que puede contar con el equipo de profesionales sanitarios y tener actividades que salgan de la rutina del dolor”.
“Es importante que el paciente no se focalice en el dolor”