Los profesionales de Farmacia Hospitalaria piden seguir desarrollando la telefarmacia

El 95 por ciento de los encuestados mostraron una opinión favorable

Redacción

Los profesionales de Farmacia Hospitalaria han solicitado durante el I Congreso Nacional COVID-19 que se pueda seguir el servicio de telefarmacia hospitalaria a que se ha venido llevando a cabo para el envío de medicación a los pacientes durante la pandemia de la COVID-19, tras los buenos resultados alcanzados y la valoración positiva de las personas atendidas. Así lo ha señalado la doctora Aurora Fernández Polo, farmacéutica del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, en la que ha abogado por su continuidad más allá de la experiencia desarrollada en estos primeros meses de la pandemia, y ha solicitado que su aplicación no esté sujeta al marco del decreto de emergencia sanitaria con motivo de la crisis del coronavirus.

“Desde la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) se ha pedido al Gobierno que se pueda seguir realizando la telefarmacia, por la gravedad, la dependencia y la vulnerabilidad de muchos pacientes. Es un servicio que permite un acceso equitativo de la población a la asistencia sanitaria y a los medicamentos, y que ha dado muy buenos resultados hasta ahora”, ha explicado.

“Es un servicio que permite un acceso equitativo de la población a la asistencia sanitaria y a los medicamentos”

Fernández Polo presentó un estudio sobre la aplicación de la telefarmacia en España durante la pandemia, en el que han participado 185 hospitales y 120.000 pacientes que recibieron atención farmacéutica en este periodo. “Antes de la pandemia pocos hospitales realizaban telefarmacia y durante estos meses 2 de cada 3 hospitales participantes en este estudio han acercado la medicación al menos al 40% de sus pacientes”, ha indicado, añadiendo que se ha desarrollado a través de un servicio a domicilio para la entrega de la medicación en el que ha sido fundamental la colaboración con servicios de mensajería y redes de voluntario. Esta experta puso como ejemplo la actividad desarrollada por el Hospital de Vall d’Hebron de Barcelona, con más de 1.400 dispensaciones de medicación a domicilio y más de 1.300 pacientes atendidos en la pandemia, y añadió que para ello ha sido importante reforzar aspectos como la comunicación y la entrega informada, así como las visitas telemáticas, para asegurar la confidencialidad de los pacientes y la calidad del servicio.

La doctora Fernández Polo ha concluido aportando algunos datos del estudio ENOPEX sobre la opinión de los pacientes sobre telefarmacia (con más de 6.800 pacientes de 72 hospitales incluidos hasta la fecha), en el que el 95 por ciento de los encuestados mostraron una opinión favorable y el 97 por ciento lo consideraron un servicio que puede complementar a la farmacia hospitalaria presencial. Además, el 74 por ciento señaló que les gustaría que la entrega de su medicación en el futuro fuera a través del envío desde el servicio de Farmacia hasta su domicilio, con seguimiento a través de herramientas de telefarmacia. “La telefarmacia ha sido un aliado para dar una mejor respuesta a nuestros pacientes en esta crisis”, ha subrayado.

El 95 por ciento de los encuestados mostraron una opinión favorable y el 97 por ciento lo consideraron un servicio que puede complementar a la farmacia hospitalaria presencial

En la mesa redonda también ha participado el doctor Jesús Sierra, jefe de sección de Uso Racional del Medicamento del Hospital Universitario Jerez de la Frontera (Cádiz), quien ha presentado los últimos datos del Registro Español de Resultados de Farmacoterapia frente a la COVID-19 (RERFAR-COVID-19), promovido por la SEFH y que desglosa las características de los pacientes con COVID-19 hospitalizados en España y los tratamientos farmacológicos que han recibido durante la pandemia. Este registro, en el que han participado 174 hospitales, casi 1.000 investigadores y 15.000 pacientes, señala que el perfil del paciente es de más de 65 años, en su mayoría hombres (58%), con la fiebre como principal síntoma clínico (40%) y con la hipertensión (50%) y la diabetes (22%) como las patologías previas asociadas más frecuentes.

El registro también muestra que los tratamientos de fármacos más utilizados han sido la hidroxicloroquina (91%), azitromicina (65%), lopinavir/ritonavir (62%) y corticoides (39%); y que las complicaciones más habituales fueron neumonía (40% grave y 53% leve) y el síndrome de distrés respiratorio (20%). En este sentido, el doctor Sierra ha señalado que ha habido fármacos que han demostrado un papel importante en la reducción de la mortalidad en los pacientes con COVID-19, como los corticoides y tocilizumab, y que el índice de mortalidad intrahospitalaria se situó en 18%. “Este registro puede aportar mucho a los ensayos clínicos que se están realizando ahora, y permitir mostrar con más claridad qué resultados se han asociado a las intervenciones en los primeros meses de la pandemia”, ha asegurado.

Por su parte, el doctor Emilio Alegre del Rey, farmacéutico adjunto del Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz), ha realizado un repaso sobre la evidencia científica en la urgencia sanitaria, resaltando que en el caso de la pandemia de la COVID-19 “ha habido que ir incorporando la evidencia con base a unos criterios que nos permitieran tomar decisiones clínicas basadas, precisamente en la mejor evidencia disponible” y el uso de fármacos que habían demostrado su eficacia. “Empezamos con la opinión de expertos, para luego pasar a series de casos y a estudios de cohortes, pero que no eran claros ni fiables. Había que huir de estudios que se han convertido luego en fraudes de publicación científica”, ha afirmado Alegre del Rey. El mayor nivel de evidencia lo aporta un ensayo clínico, y ahí “el ensayo clínico aleotorizado RECOVERY de Reino Unido sobre hidroxicloroquina fue un buen precedente, ya que fue confirmado por otros estudios posteriores”, ha apuntado este experto, que finalizó su intervención haciendo referencia a otros estudios sobre otros medicamentos como dexametasona o remdesivir, que han contribuido también a generar evidencia científica en torno a la COVID-19.