Factores de riesgo cardiovascular y adherencia

La opinión del doctor Fernando Pérez Martínez, cardiólogo del Hospital HM Modelo de A Coruña

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad. Un tercio de todas las muertes están relacionadas con la interacción de los Factores de Riesgo Cardiovascular (FRCV).

La actuación de un equipo multidisciplinar de salud, dirigido por un médico, contribuye de modo definitivo a que el paciente se beneficie de las recomendaciones y demás indicaciones terapéuticas, contando siempre con su consentimiento e interacción en la toma de decisiones.

Como ha sido reportado en múltiples estudios de control de FRCV y prevención secundaria, la no adherencia a las recomendaciones de la Medicina basada en la Evidencia tiene una influencia negativa sobre el buen control de las enfermedades cardiovasculares. Aumenta la morbilidad, la mortalidad y causa graves perjuicios económicos derivados de las mismas.

“La no adherencia a las recomendaciones de la Medicina basada en la Evidencia tiene una influencia negativa sobre el buen control de las enfermedades cardiovasculares”

Entre otros, el estudio post hoc del WOSCOPS, hipercolesterolemia y prevención primaria en hombres tratados con pravastatina (Circulation 1996) y un estudio sueco de cohortes a escala nacional en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (BMJ Open 2018) documentaron mejoría en la morbilidad y mortalidad cuando hay alta adherencia al tratamiento con hipolipemiantes.

Los FRCV tienen peculiaridades que pueden dificultar la adherencia. Por un lado, suelen cursar sin síntomas, y por otro, exigen una actuación crónica sobre ellos, lo que origina que tengamos que conseguir una alta persistencia. Esta se define como la cantidad de tiempo que transcurre desde el inicio hasta el fin de una intervención de salud.

La edad, además de tener repercusión importante en la adherencia, influye también en el modo de aplicarla.      Así, antes de los 50 años intentaremos mejorar el estilo de vida y después, concentraremos los esfuerzos en la adherencia terapéutica.

La adherencia al control de los FRCV es un asunto complejo, pero de un modo práctico su mejora se puede agrupar en tres tipos de estrategias.

Primero:

Educar y Comunicar.  Cuando nos enfrentamos a una persona con FRCV tenemos que dedicar más tiempo a explicarle la naturaleza del problema. Con palabras sencillas decirle porqué un factor de riesgo concreto le puede hacer daño y como se puede evitar. Con esto, además, fortalecemos la concentración de la información en una persona. Esto es importante porque un porcentaje no despreciable de la no adherencia viene dada por informaciones cruzadas y la consiguiente pérdida de fuerza del mensaje del médico responsable del paciente. Son las llamadas creencias sobre la salud. Si además logramos la participación del paciente en la toma de decisiones conseguiremos ese 15 por ciento de efecto placebo positivo tan importante en cuanto a la buena evolución de cualquier proceso.

“Un porcentaje no despreciable de la no adherencia viene dada por informaciones cruzadas y la consiguiente pérdida de fuerza del mensaje del médico responsable del paciente”

Segundo:

Simplificar los tratamientos. Para que haya una buena adherencia terapéutica los tratamientos han de ser asequibles económicamente y con la menor dosis terapéutica posible para evitar efectos secundarios. Se pueden utilizar poli píldoras para el tratamiento intensivo de cualquier factor de riesgo e igualmente para el tratamiento combinado en prevención secundaria.

Un hecho importante es que, si pensamos que un fármaco puede tener una reacción adversa frecuente, pero no importante, advertirlo y desmitificarlo.

Tercero:

Por último, hay que tener en cuenta que la condición socioeconómica y el estado cognitivo tienen influencia directa en la adherencia. Habrá pues situaciones especiales en las que tendremos que buscar mensajes más sencillos y apoyarnos en el entorno familiar.