Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.
Carlos Rodríguez
‘Si quieres llegar lejos, ve acompañado’. Siguiendo este lema, Jesús Aguilar, como presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, lleva años dando visibilidad a los trabajos de la Farmacia española para mejorar los resultados en salud los pacientes, reduciendo la carga a los sistemas sanitarios y haciendo frente a los retos de una sociedad que envejece. En el eje de estos trabajos se encuentra la adherencia a los tratamientos, con iniciativas como ADHIÉRETE, que formó parte del Partenariado Europeo para la Innovación en el Envejecimiento Activo y Saludable de la Comisión Europea, y AdherenciaMED, cuyo fin es implantar el servicio de adherencia terapéutica en las farmacias comunitarias. Este año, además, se ocupa de la presidencia de la Agrupación Farmacéutica de la Unión Europea (PGEU), el órgano de representación de más de 400.000 farmacéuticos de 32 organizaciones comunitarias.
Pregunta. ¿Cuáles son los grandes objetivos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos en materia de adherencia?
Respuesta. Es una de las líneas maestras de nuestra hoja de ruta. Llevamos ya tiempo trabajando en ella y hemos empezado un gran proyecto para ver, a lo largo de toda la geografía española, qué está ocurriendo de verdad con la adherencia. Si algún proyecto profesional es importante para esta casa y para el futuro de la farmacia y de los farmacéuticos, es el de la adherencia terapéutica. Estamos invirtiendo muchos medios y recursos, tanto humanos como económicos, para llegar a tener una red de redes, Nodofarma, en la que podremos, de manera diaria y online, y con los compañeros que así lo deseen, ver el seguimiento de todos los proyectos de adherencia.
P. Se dice que todo cambio de praxis requiere un cambio de actitud. ¿Qué cambio de praxis o de actitud demanda del farmacéutico para que pueda contribuir a modificar positivamente el comportamiento del paciente no adherente?
R. Yo creo que los cambios de praxis o de actitud también van con los cambios de generación. Y en este momento la farmacia española tiene una edad media de 45 años, lo que en sí mismo conlleva un cambio generacional. En ese cambio, los farmacéuticos formados en las facultades están ahora más enfocados a los temas asistenciales desde el punto de vista de la conexión con el Sistema Nacional de Salud que hace 50 años, cuando el farmacéutico solo estaba implicado —lo cual no significa que no sea importante— en la dispensación del medicamento.
P. ¿Qué habría que potenciar o cambiar para modificar de manera efectiva el comportamiento del paciente no adherente?
R. Es cuestión de articularlo de manera oficial y legal. Una vez que seamos capaces de hacerlo, los pacientes no tendrán el mínimo problema, porque si algo importante tiene la farmacia, además de su proximidad y su profesionalidad, es la confianza que el paciente tiene en su farmacéutico. Y como nosotros solamente estamos hablando de todo lo que está alrededor del medicamento, y no de los temas que están alrededor de la patología del paciente, el ciudadano no tendrá el más mínimo problema en que su farmacéutico de confianza sea capaz o pueda hacerle el seguimiento farmacoterapéutico. No sólo queremos hacerlo desde el beneficio para el ciudadano, sino también para avanzar en la sostenibilidad del sistema sanitario y para ayudar a los propios médicos en esa prescripción que hacen por un diagnóstico determinado.
“Si algún proyecto profesional es importante para el CGCOF y para el futuro de la farmacia y de los farmacéuticos, es el de la adherencia terapéutica”
P. ¿Qué balance realiza del trabajo en adherencia hecho hasta la fecha?
R. En el proyecto ADHIÉRETE se ha demostrado que cada vez que se ha intervenido desde el punto de vista farmacéutico, la adherencia ha aumentado del 35 al 76 por ciento. Cualquier proyecto de adherencia que se haga contando con la farmacia comunitaria es un proyecto de éxito. Se lo auguro a cualquiera de las 17 administraciones autonómicas o a la Administración General del Estado. Cada vez que la farmacia o el farmacéutico comunitario intervienen en cualquier prueba, sea de adherencia, de seguimiento, de promoción de la salud o de prevención de la enfermedad, es un auténtico éxito para los ciudadanos y para el sistema.
P. Una de las principales cuestiones que se mencionan al hablar de adherencia a los tratamientos es la ausencia de estudios. ¿Qué opina?
R. Uno de los problemas que tenemos es que tenemos 17 sistemas y que cada uno quiere su estudio autonómico. No es lo que entiendo por estado español. Yo no veo que haya muchas diferencias entre La Rioja y Castilla y León, por ejemplo, pero esta es la realidad. Por eso siempre hacen falta más estudios, porque cada autonomía se quiere ceñir a su propio territorio. Se han hecho muchos intentos para cuantificar y conocer la situación en adherencia. En mi opinión, están muy claros. Lo que no se toman son decisiones desde un punto de vista ejecutivo, porque supongo que también tiene un coste y posiblemente no se quiera asumir en este momento. Pero creo que los pilotos se han terminado. Ya no hay muchos más pilotos que hacer, al igual que tampoco creo que los protocolos para hacer las adherencias sean excesivamente complicados desde un punto de vista sanitario. Lo que hace falta es la voluntad política de quererlo hacer.
P. La adherencia a los tratamientos es una asignatura muy poliédrica del sistema sanitario, que requiere avances particulares por parte de los distintos actores del sistema sin perder de vista el componente multidisciplinar. ¿Qué importancia le da el CGCOF a este trabajo multidisciplinar?
R. Nosotros le damos mucha importancia, lo que pasa es que los farmacéuticos nunca estamos. Ése es el problema. Y si no se cuenta con la farmacia comunitaria y el farmacéutico comunitario no está implicado, creo que será muy difícil que cualquier proyecto pueda salir adelante. Quien está en contacto permanente con los ciudadanos es el farmacéutico, y como ese profesional no esté trabajando en la adherencia en el medicamento porque no tiene hueco, probablemente las dificultades serán enormes.
“Si no se cuenta con la farmacia comunitaria, creo que será muy difícil que cualquier proyecto en materia de adherencia pueda salir adelante”
P. A su juicio, ¿existe suficiente comunicación entre los agentes del sistema sanitario para hacer frente al reto de la no adherencia desde una perspectiva multidisciplinar?
R. No la hay. Y cada vez que se ha intentado hacer, siempre ha habido problemas importantes.
P. Pero curiosamente todos tienen el mismo discurso: trabajar juntos. ¿Por qué cuesta tanto?
R. Los farmacéuticos siempre nos ofrecemos a trabajar. No podemos hacer más. El caso es que si somos y formamos parte del Sistema Nacional de Salud, como dice la ley, habrá que contar con esa gran red de farmacias y profesionales para hacer el seguimiento. Hay muchos estudios sobre adherencia, la inmensa mayoría hechos por los farmacéuticos. Y en todos y cada uno de ellos se demuestra la importancia que tendría llevarlo a cabo de manera global en todo el estado español. Ahora, insisto que hace falta voluntad política de las 17 comunidades autónomas y del estado en querer hacerlo.
P. ¿Cómo valora el acuerdo al que llegó la Comisión de Sanidad del Senado para crear una ponencia de estudio sobre el desarrollo de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales desde el SNS?
R. Para nosotros, ese acuerdo es un impulso y una alegría que tiene un mérito añadido, al haberse aprobado por unanimidad de todos los grupos políticos ante la demanda del cambio hacia una farmacia asistencial que estamos intentando llevar a cabo. La profesión farmacéutica, en sus 800 años de historia, ha evolucionado en base a las necesidades de la sociedad y de los ciudadanos. Y en ese cambio estamos. En los tres años que llevo de presidente, venimos hablando y empujando la farmacia asistencial de manera permanente y constante.
P. Los senadores resaltaron la oportunidad que esta ponencia representará para abordar el papel que el farmacéutico puede jugar de cara al progresivo envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas. ¿Hay algún papel que el farmacéutico no esté jugando ahora?
R. Como he comentado, no es que sea un papel que no está haciendo, sino que es un papel que en este momento no está reconocido. Una cosa es todo lo que las autoridades reconocen de manera legal, lo que dice la Ley de Garantías con respecto al papel del farmacéutico, y otra cosa es el desarrollo de ese papel. Ahora ya estamos hablando del desarrollo de ese papel. No significa que no se esté haciendo adherencia o seguimiento farmacoterapéutico, es que no lo tenemos protocolarizado para todo el país, ni tenemos establecidos los sistemas de cómo se deben llevar a cabo.
“Una cosa es lo que dice la Ley de Garantías con respecto al papel del farmacéutico, y otra es el desarrollo de ese papel. Ahora ya estamos hablando del desarrollo de ese papel”
P. ¿Cree que esta ponencia pueda ser la clave de la voluntad política que demanda?
R. Efectivamente. Una vez que el Senado finalice su trabajo —esperamos que sea antes de que termine esta legislatura—, estaría en manos del Gobierno que corresponda el decir qué papel debe tener el farmacéutico. Pero si miramos a largo plazo, yo creo que el hecho de que el farmacéutico fuera capaz de hacer la adherencia en los tratamientos de los ciudadanos sería uno de los mejores objetivos y triunfos para la sanidad.
P. Imagine un futuro próximo en el que hayan finalizado con éxito el gran proyecto de adherencia del CGCOF y la ponencia de la Comisión de Sanidad del Senado. ¿Qué mensaje le gustaría trasladar a la ciudadanía y a los agentes del sistema sanitario?
R. Que por fin 48.500 farmacéuticos que han estudiado una carrera de cinco años pueden llevar a cabo su función desde el punto de vista profesional y científico y que tendremos una población mucho más formada y mucho más empoderada en sus propios tratamientos.
P. ¿Qué último mensaje le gustaría trasladar?
R. Nosotros fundamentalmente estamos trabajando en proyectos de adherencia, de seguimiento farmacoterapéutico, de conciliación, de revisión de la medicación… Todo lo que está alrededor del medicamento. Los farmacéuticos estamos y vamos a seguir estando en esta línea. Hemos hecho una gran apuesta por la receta electrónica, algo que no tiene nadie en Europa. Tenemos la red europea más importante de farmacias y una cantidad de profesionales importantísimos. Estamos poniendo los medios tecnológicos, desde el punto de vista económico y humano, para poder tener una gran red de redes y seguiremos trabajando de manera más intensa todavía en materia de adherencia. Y seguiremos defendiendo que en colaboración con los médicos es un punto absolutamente fundamental. Pero eso ya no depende tanto de nosotros, sino de todos los agentes que están alrededor de todo este tema.