La implementación de la telemedicina, un hito en la transformación de la asistencia que debe realizarse de forma estratégica

Organizándolo en torno al paciente

Redacción

La Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) ha organizado el webinar ‘Reorganización de los Hospitales. Telemedicina y Telefarmacia en el post Covid-19’ en el que diferentes expertos han compartido sus opiniones en torno al futuro de estas dos tendencias, muy puestas en alza durante la pandemia de coronavirus COVID-19. Para José Soto, director gerente del Hospital Clínico San Carlos, vocal de la Junta Directiva de SEDISA, “para aportar calidad a la asistencia sanitaria y eficiencia al sistema, la implementación de la telemedicina y la telefarmacia debe ser estratégica y desde un punto de vista global. Esto requiere inversión en recursos de tecnología, formación, etc.”. Estas formas de atención al paciente consiguen que este no tenga que desplazarse a los centros asistenciales, lo que conlleva un hito en la transformación del modelo asistencial, organizándolo en torno a él.

Por ello, tal y como se ha puesto de manifiesto durante el encuentro, la telemedicina y la telefarmacia deben regularse, incluirse en los objetivos de los contratos programa y en el modelo asistencial, en términos de equidad en el acceso a ambas por parte de los pacientes, pero también en base a las necesidades de los mismos.

La telemedicina y la telefarmacia deben regularse, incluirse en los objetivos de los contratos programa y en el modelo asistencial

“A modo de ejemplo, las revisiones sistemáticas presenciales en pacientes crónicos suponen un colapso en las agendas de las consultas externas, que se podrían agilizar estudiando cuáles de ellas podrían realizarse a través de la telemedicina y la telefarmacia”, ha explicado Teresa Requena, directora médica del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés. “Mientras que durante la pandemia los pacientes lo valoraron mucho porque se sentían atendidos en una situación de crisis sanitaria -ha añadido la doctora Requena-, en la actualidad, muchos prefieren volver a la asistencia física. Junto a la inversión en medios digitales y en alfabetización digital, que es diferente dependiendo de la edad y de la situación socioeconómica, debe existir un proceso de adaptación hacia la telemedicina y la telefarmacia.

En este sentido, no todo se puede hacer a través de la telemedicina y la telefarmacia. En palabras de Candela Calle, directora gerente del Institut Català d’Oncología (ICO), “el primer paso es analizar qué se puede hacer y qué no se puede hacer, como la gestión de las emociones, a través de ambas”. Durante la pandemia, el ICO realizó la asistencia sanitaria de los pacientes oncológicos en un 80 por ciento a través de la telemedicina y un 20 por ciento presencial, porcentajes que en la actualidad ha pasado a ser del 50-50 por ciento. Para su implementación global, Calle ha afirmado que “se ha de invertir en tecnología, pero también en formación de profesionales y pacientes para esta nueva forma de relacionarnos. Asimismo, hemos de utilizar la telemedicina también para coordinar niveles asistenciales”.

“Se ha de invertir en tecnología, pero también en formación de profesionales y pacientes para esta nueva forma de relacionarnos”

Esta inversión supone, según Rafael López, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Santiago de Compostela, “un plan estratégico de incorporación de tecnologías al sistema, más allá de las llamadas telefónicas, sino con la implementación de la monitorización, el seguimiento y las recomendaciones e instrucciones médicas”.

Telefarmacia y teledermatología, especialidades avanzadas

La telefarmacia ha dado un salto cuanti y cualitativo importante durante la pandemia, y por su parte, la teledermatología ya era una de las especialidades más avanzadas al respecto desde antes de la crisis, de forma que España es el país líder en el ámbito internacional en su estudio.

En el primer caso, el Covid-19 ha acelerado su implementación, si bien Miguel Ángel Calleja, jefe del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, ha señalado que “la telefarmacia conlleva mucho más que la dispensación de medicamentos en el domicilio de los pacientes, de forma que debe incorporar también otras acciones, como la revisión del tratamiento, la monitorización y la adherencia al mismo por parte de los pacientes”. En el caso del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla, antes del Covid-19, se atendieron en la Farmacia Hospitalaria 240 pacientes a través de la telefarmacia en dos años frente a los 7.200 atendidos de esta forma durante los tres meses de pandemia.

“La telefarmacia debe incorporar también otras acciones, como la revisión del tratamiento, la monitorización y la adherencia al mismo por parte de los pacientes”

Calleja ha hecho hincapié en la necesidad de seleccionar los pacientes“En el ámbito de la Farmacia Hospitalaria, la primera consulta debido a la prescripción de un medicamento nuevo debe ser presencial, pero las siguientes, a modo de revisión, pueden ser telemáticas. Además, no se puede seleccionar a los pacientes por el medicamento ni por la patología sino por las características individuales, priorizando pacientes que deber realizar desplazamientos largos y aquellos que no pueden desplazarse y, en su lugar, acude su cuidador a por los medicamentos”.

Respecto a la teledermatología, Pedro Jaén, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, ha sostenido que “al estar basada en imagen clínica y dermatoscópica, la Dermatología es una especialidad muy idónea para la telemedicina, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y el seguimiento. El hecho de que las imágenes puedan viajar, mejora la efectividad de la asistencia sanitaria y la eficiencia en el uso de los recursos”:

En España, se llevan a cabo cada año 7,5 millones de consultas dermatológicas“Un tercio se realizan en la sanidad privada y dos tercios en la pública y el 2-3 por ciento de ellas se hacen mediante teledermatología”, ha destacado el doctor Jaén. A la espera de contar con datos de 2020, el crecimiento de su implementación ha sido muy amplio en la última década. “Mientras que, en 2009, 25 centros sanitarios públicos hacían teledermatología, en 2014 esa cifra era de 70”, ha añadido. “Sin embargo, se debe trabajar para hacer disminuir la desigualdad territorial entre comunidades autónomas en el acceso a la misma”.