La opinión del doctor Diego Santos García. Neurólogo. Secretario del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN)
En cualquier enfermedad crónica es muy importante una adherencia adecuada a la medicación. Por lo que en el caso de la enfermedad de Parkinson también lo es. Los fármacos que utilizamos en la práctica clínica ayudan a mejorar los síntomas del paciente compensando la falta de dopamina a nivel cerebral que provoca la enfermedad. Pero no tomar la medicación de forma adecuada puede ser contraproducente dado que el especialista siempre realiza los ajustes del tratamiento asumiendo que el régimen que el paciente tiene pautado se está cumpliendo y, si no es así, el ajuste de tratamiento puede ser inadecuado. Por lo tanto, el paciente debe cumplir con la pauta y desde luego si no lo hace es fundamental que se lo comunique al médico y que le explique cuál es el motivo.
“El paciente debe cumplir con la pauta y desde luego si no lo hace es fundamental que se lo comunique al médico y que le explique cuál es el motivo”
A pesar de la importancia de esto, la adherencia al tratamiento en la enfermedad de Parkinson se sabe que no es del todo buena y esto es algo que sucede en una gran mayoría de enfermedades crónicas. En un estudio reciente realizado en 214 pacientes con enfermedad de Parkinson, la adherencia fue regular o mala en 2 de cada 3 pacientes. Y ésta se relaciona con factores como el control de los síntomas motores, las expectativas del paciente al tratamiento y la calidad de vida. Otros de los factores que pueden provocar un mal cumplimiento son la presencia de limitaciones económicas, esquemas complejos de dosificación, bajo nivel de educación y/o la existencia de otras enfermedades crónicas.
Cuando la enfermedad avanza, algunos pacientes desarrollan fluctuaciones clínicas, de tal forma que con cada toma de medicación el paciente nota un beneficio pero que es transitorio, apareciendo la sintomatología del Parkinson y empeorando de nuevo antes de la siguiente toma. Es importante llevar a cabo un régimen regular cumpliendo con el horario en estos casos. Dado que el paciente mejora, lo habitual es que haya un mayor cumplimiento, pero a veces puede ser al contrario, de tal forma que el paciente adelante tomas o gestione la medicación según se encuentre a lo largo del día, lo que muchas veces condiciona al final un abuso de medicación con conductas impulsivas y dependencia de medicación que puede llegar a ser grave.
“Es importante llevar a cabo un régimen regular cumpliendo con el horario en estos casos”
En otras ocasiones no hay un buen cumplimiento del tratamiento debido a los efectos secundarios de la medicación. Nauseas, mareos, somnolencia, estreñimiento u otros síntomas pueden aparecer al iniciar un tratamiento o subir la dosis de un fármaco. En este caso será muy importante notificárselo al especialista dado que el tratamiento es sintomático y si no se tolera bien podría haber otras opciones diferentes.
Actualmente no disponemos de un tratamiento curativo pero está demostrado -y es algo que observamos en nuestra práctica clínica- que los medicamentos para la enfermedad de Parkinson mejoran no sólo los síntomas motores sino también no motores, así como la autonomía y la calidad de vida del paciente. Es por ello que resulta fundamental un buen cumplimiento del tratamiento en base a una prescripción racional por parte del neurólogo, que será individualizada según cada caso. No cumplir con la pauta de medicación puede conllevar un empeoramiento clínico con el correspondiente detrimento en la percepción de calidad de vida del paciente. Finalmente, es importante recalcar que hay muchas terapias complementarias que pueden ser (según cada caso) muy beneficiosas y que también resulta importante cumplir adecuadamente con las mismas.
“Los medicamentos para la enfermedad de Parkinson mejoran no sólo los síntomas motores sino también no motores, así como la autonomía y la calidad de vida del paciente”