Este proyecto fue ganador en la categoría de ‘Enfermería’ de la II Edición de los Premios OAT Adherencia
Laura Chivato Isabel
Tal y como subrayaba en un artículo de opinión Elixabet Rodríguez, especialista en Farmacia Hospitalaria en el Hospital San Juan de Dios (San Sebastián), la falta de adherencia al tratamiento del paciente con enfermedad mental es “muy elevada” y tiene consecuencias “negativas” en su salud, en las familias y en el sistema sanitario, una afirmación que sigue la línea de lo evidenciado en diferentes publicaciones. Así, por ejemplo, un documento realizado por diversos expertos en 2010 para llegar a un consenso en enfermería sobre este tipo de enfermedades, apuntaba que la tasa de incumplimiento solo en esquizofrenia se situaba en torno al 41,2 por ciento; en depresión, por ejemplo, este porcentaje aumenta al 54,7 por ciento, según el Estudio Nacional de Adherencia al Tratamiento realizado por el Grupo OAT.
Esta situación no se aleja de la realidad del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, donde las enfermeras del Área de Salud Mental pusieron en marcha en 2015 el proyecto ‘Consulta de Adherencia Terapéutica Enfermera’, con el objetivo de que estos pacientes tomasen conciencia de su patología y así aumentaran el cumplimiento terapéutico. De esta manera, y gracias a su desarrollo, evitan recaídas y aseguran la estabilidad del paciente, quien, además, muestra un “alto grado de satisfacción” con el proyecto, según Pilar Monzálvez, jefe enfermera del Área de Salud Mental de Salamanca. Todo ello es lo que llevó a este proyecto a ser el ganador en la categoría de ‘Enfermería’ (entidad colaboradora: Urgo) de la II Edición de los Premios OAT Adherencia, celebrada el pasado 9 de julio en Bilbao.
De esta manera, evitan recaídas y aseguran la estabilidad del paciente, quien, además, muestra un “alto grado de satisfacción” con el proyecto, según el Área de Salud Mental
“El programa y la consulta de enfermería en adherencia terapéutica en pacientes con enfermedad mental trata de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas que padecen dicha enfermedad mediante una atención continuada e integral de su proceso, teniendo como objetivo principal la continuidad de la adherencia al tratamiento tras el alta de los dispositivos de hospitalización o desde el Equipo de Salud Mental (ESM)”, explica Monzálvez.
Las personas incluidas en este programa, que sigue activo en la actualidad, son pacientes con trastorno mental grave y prologando que, voluntariamente, acceden a participar (aunque estén incapacitados). Además, presentan tendencia potencial o manifiesta al incumplimiento de prescripciones medicamentosas, escasa adherencia al seguimiento en consultas con su ESM y tienen prescrito un tratamiento regular con psicofármacos orales o parenterales.
“Como son pacientes que tienen más tendencia a abandonar el tratamiento -subraya esta especialista-, se les hace ir de forma diaria a la toma del mismo, lo que hace que tengan un horario y una rutina diaria que les obliga a salir de casa, levantarse temprano y, sobre todo, la enfermera controla esa toma de medicación, así como los posibles síntomas adversos de su enfermedad, le orienta y se pone en contacto con su psiquiatra de referencia para comentar y solucionar los mismos. También se administran los inyectables depot en la misma, y si no acuden, se insiste a través de llamada telefónica para que acudan a la consulta”.
Desarrollo de la consulta
Para ser incluido en la ‘Consulta de Adherencia Terapéutica Enfermera’, el paciente tiene que ser derivado por el psiquiatra de referencia, sirviendo la enfermera de enlace entre la consulta y las distintas Unidades de Salud Mental del Área del Salamanca. Esto es así ya que la enfermera especialista en Salud Mental forma parte de todo un equipo multidisciplinar en el que también hay psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales, enfocados todos ellos en educar, asistir y rehabilitar a los enfermos mentales.
La enfermera especialista en Salud Mental forma parte de todo un equipo multidisciplinar en el que también hay psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales
Posteriormente, el personal de Enfermería realiza una valoración de cuidados mediante los diagnósticos Nanda-Nic-Noc, incluyéndolo así en el programa e informándole de su funcionamiento; además, planifican conjuntamente su seguimiento y las sucesivas visitas. Esto implica que el enfermero especialista en Salud Mental deba estar cualificado para evaluar y diagnosticar a los pacientes; aplicar y supervisar tratamientos; ayudar al paciente también en un plan de autoadministración (adherencia terapéutica); ser un importante apoyo terapéutico, tanto para el enfermo como para sus familiares; gestionar y contener todo tipo de crisis y ataques; participar en el desarrollo social y personal del paciente, así como guiarle en su rehabilitación.
“En la Consulta de Adherencia Terapéutica Enfermera -señala Monzálvez- llevamos a cabo una supervisión diaria de las tomas/administración de medicamentos, informamos acerca de la utilidad de estos y recordamos al paciente o al cuidador las consultas y días de revisión en dispositivos de la red de Salud Mental y asistencia psiquiátrica. Igualmente, estamos en coordinación continuada con el dispositivo responsable, con el fin de adelantar la consulta, la información y la toma de decisiones conjunta, y con el psiquiatra de guardia en caso necesario”.
Para que esto sea posible, las enfermeras recogen los datos de los nuevos pacientes para su registro y realizan pastilleros de forma programada (durante el 2019 se prepararon 343, según datos del Área de Salud Mental), además de administrar la medicación oral o parenteral y asegurarse de que el paciente es adherente. Igualmente, el equipo enfermero ofrece educación individual o en grupo, así como coordinación telefónica con el paciente, cuidador o resto de profesionales.