La otra cara del cáncer: los hábitos saludables pueden prevenir entre el 30 y el 50 por ciento de los casos

No solo importante en materia de prevención, sino también durante el tratamiento oncológico

Laura Chivato Isabel

A pesar de que en 2020 se han estabilizado los nuevos casos de cáncer en España, el número absoluto de diagnósticos continua en aumento desde hace décadas, según el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2020’ de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Este incremento se debe al envejecimiento y aumento de la población y a la implementación de programas de detección precoz, pero también a la exposición de factores de riesgo como el tabaco, el alcohol, la obesidad y el sedentarismo. En concreto, cerca de un tercio de las muertes por cáncer son debidas al tabaco, responsable de hasta un 33 por ciento de los tumores a nivel global y de hasta un 22 por ciento de las muertes por cáncer; al alcohol, que provoca hasta un 12 por ciento de los tumores en el mundo; y al sedentarismo junto con las dietas inadecuadas, unas cifras que chocan con otro de los datos incluidos en el informe, y es que entre el 30 y el 50 por ciento de los casos de cáncer se pueden prevenir siguiendo un estilo de vida saludable.

“El concepto de estilo de vida saludable, de forma resumida, englobaría los siguientes aspectos: un peso corporal normal (Índice de Masa Corporal (IMC): 18,5-24,9 Kg/m2), evitar los alimentos que promueven el aumento de peso (bebidas azucaradas y comida rápida), realizar alguna actividad física durante, al menos, 30 minutos al día, lactancia para las mujeres (si es posible), comer principalmente alimentos de origen vegetal, limitar el consumo de carnes rojas, evitar las carnes procesadas, y limitar el consumo de bebidas alcohólicas”, señalan en el documento.

Además de esto, es fundamental evitar el consumo de tabaco, causa de diferentes tipos de cáncer, entre los que se encuentra el de pulmón, esófago, laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, páncreas, estómago y cuello uterino.

¿Y durante el tratamiento?

No obstante, la adopción de hábitos saludables, entre los que se incluya la realización de actividad física y seguimiento de una correcta nutrición, no solo es importante en materia de prevención, sino que durante el tratamiento oncológico también juega un papel clave, tal y como asegura María Alonso, coordinadora del Programa de Ejercicio Físico Oncológico del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM): “Está científicamente demostrado que el ejercicio físico, correctamente prescrito por un profesional, es eficaz y seguro durante y después de los tratamientos, mejorando el estado de ánimo del paciente y la fatiga, lo que repercute en una mejora de su calidad de vida y en el pronóstico del paciente”.

“Está científicamente demostrado que el ejercicio físico, correctamente prescrito por un profesional, es eficaz y seguro durante y después de los tratamientos”

“Por ello -añade Alonso-, desde el momento en el que se diagnostica la enfermedad es recomendable que el paciente empiece un programa de ejercicio para ‘preparar’ al cuerpo para los distintos tratamientos a los que será expuesto y sus consecuentes efectos secundarios”.

Lo mismo sucede con la nutrición, pues como explica Ana Zugasti, vocal del área de Comunicación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), esta ayuda a tolerar los tratamientos y, además, mejora la evolución de la enfermedad, lo que redunda en una mejor calidad de vida.

“La nutrición en el paciente con cáncer tiene que ser segura (hay situaciones en las que las defensas pueden estar bajas y se deberá tener especial cuidado para evitar toxiinfecciones alimentarias), suficiente (los requerimientos calóricos y proteicos en muchas ocasiones están elevados en contexto de tratamientos como quimioterapia, radioterapia, cirugía), adecuada (que se adapte a situaciones clínicas que se pueden presentar como falta de apetito, náuseas, vómitos, diarrea, etc.) y satisfactoria. En algunas situaciones, en las que con dieta tradicional no se cubran los requerimientos, podría estar indicada la toma de suplementos nutricionales, con nutrientes específicos que pueden mejorar el estado nutricional y la capacidad funcional”, apunta Zugasti.

Camino por recorrer hacia la concienciación

A pesar de todos los beneficios, los pacientes no son plenamente conscientes de la importancia de llevar una vida saludable. No obstante, tanto la vocal del área de comunicación de la SEEN como la coordinadora del Programa de Ejercicio Físico Oncológico de GEICAM coinciden en que es una preocupación in crescendo entre los pacientes con cáncer.

“Cada vez los pacientes son más conscientes tanto de la importancia que tiene una alimentación equilibrada y saludable para prevenir el cáncer como la necesidad de mantener un adecuado estado nutricional durante el tratamiento oncológico; además de evitar tóxicos (como tabaco y alcohol) y realizar ejercicio físico de forma regular”, comenta Zugasti.

“Cada vez los pacientes son más conscientes tanto de la importancia que tiene una alimentación equilibrada y saludable para prevenir el cáncer como la necesidad de mantener un adecuado estado nutricional”

Por su parte, Alonso apunta lo siguiente: “Actualmente, hay una mayor concienciación sobre la importancia que tiene el ejercicio físico en la sociedad en general para la prevención de muchas patologías, pero aún falta mucho para que los pacientes con cáncer tomen conciencia de los beneficios que aporta el ejercicio físico para su recuperación y riesgo de recaída (…) No obstante, pese a ello, se está viendo una creciente demanda de los pacientes en la búsqueda de información respecto a cómo mantenerse activos o a la búsqueda de asociaciones de pacientes o profesionales que puedan orientarlos”.

Para esta especialista, uno de los aspectos que motiva esta situación es la falta de información. Esto deriva en la necesidad de que los profesionales oncológicos estén más formados en unos conocimientos mínimos sobre la materia para que así puedan orientar a los pacientes si se les plantean ciertas cuestiones: Por ello, es importante la formación de los profesionales involucrados, incluyendo a los licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en el ámbito de la salud y específicamente en oncología, ya que cubriría una necesidad vigente y complementaría la atención multidisciplinar que reciben los pacientes por parte de un equipo formado por profesionales de la medicina rehabilitadora, la fisioterapia, la psico-oncología, la nutrición, la terapia ocupacional, etc., además de las especialidades médico-quirúrgicas habitualmente involucradas en el diagnóstico y tratamiento de estos pacientes”.

Además de esto, todos los organismos implicados en el abordaje del paciente oncológico tienen que cumplir con una correcta labor divulgadora, como subraya la vocal del área de Comunicación de la SEEN: “Es fundamental la difusión de información rigurosa y la formación y sensibilización también por parte de todos los profesionales sanitarios”.

El papel del asociacionismo

En este sentido, desde GEICAM imparten talleres sobre ejercicio físico oncológico a asociaciones de pacientes, en las que se abordan asuntos como el ejercicio físico en las diferentes etapas del cáncer de mama, las precauciones que deben de tener y una serie de ejercicios que pueden ayudarles en su día a día para mejorar su fuerza y capacidad cardiovascular, entre otros.

Desde GEICAM imparten talleres sobre ejercicio físico oncológico a

asociaciones de pacientes

Y es que, precisamente, las asociaciones -que en el caso del cáncer suman alrededor de 82 en toda España, según la web Somos Pacientes– es el lugar donde los pacientes van a buscar toda aquella información que no les hayan ofrecido en la consulta.

Por ejemplo, desde la Asociación Oncológica Extremeña (AOEx), cuentan que es el médico quien ofrece la información relativa al procedimiento asistencial, pero para el resto de información remiten a los pacientes a sus sedes para que reciban otro tipo de servicios: “Nuestros profesionales cuentan con despachos habilitados en los centros hospitalarios para ofrecer parte de nuestros servicios, como es el caso del apoyo psicológico y social”. En esta línea, algunas tareas que llevan a cabo, además de dicho apoyo, son cuidados paliativos a pacientes y familiares; prevención y tratamiento del linfedema, recuperación de masa muscular y pacientes encamados; servicio de ayuda a domicilio; o los talleres ‘Tranforma-T’ y ‘Cocina saludable que nos alegra el paladar’ relacionados con los hábitos saludables, “primordiales” desde su punto de vista.

Lo mismo ocurre con la Asociación Gipuzkoa contra el Cáncer (ASGICER), desde donde consideran que estos hábitos son “fundamentales”, motivo por el que realizan charlas informativas sobre este asunto. Además, están llevando a cabo un proyecto de investigación sobre el cáncer hereditario y ofrecen también apoyo psicológico y social tanto a enfermos oncológicos como a sus familias.