Cuatro sociedades científicas acuerdan un modelo de coordinación médico-farmacéutico que tiene como uno de sus principales objetivos la mejora de la adherencia
Carlos Rodríguez
No es la primera vez que los profesionales sanitarios de Atención Primaria han intentado coordinar su labor en beneficio de los pacientes y de la sostenibilidad del sistema. Pero ninguna de estas experiencias nació con la envergadura del documento de consenso que en torno al paciente con enfermedad crónica ha reunido a la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). El trabajo, un modelo de coordinación médico-farmacéutico, tiene como uno de sus principales objetivos la mejora de la adherencia de los pacientes a los tratamientos.
El documento nace como resultado de la ausencia de una respuesta multidisciplinar liderada desde la Atención Primaria al reto de la cronicidad y pretende ser un punto de partida para mejorar el abordaje colaborativo del reto de la cronicidad. En España hay 20 millones de pacientes crónicos que suponen en torno al 80 por ciento del gasto sanitario. Los distintos modelos sostienen que la coordinación en este ámbito asistencial facilita la prevención, la educación del paciente, el control de la evolución del tratamiento y la detección proactiva de descompensaciones. Pero la teoría apenas se ha traducido en experiencias de implantación en un entorno reproducible y de manera sostenida.
Las cuatro sociedades científicas firmantes pretenden, por un lado, romper la inercia tradicional que hasta ahora ha llevado a médicos de Atención Primaria y farmacéuticos comunitarios, dos profesionales pertenecientes a redes distintas (una pública y otra privada), a trabajar de forma independiente, “especialmente en el medio urbano”, según destacó Antonio Fernández-Pro, presidente de SEMG. “Hay más farmacéuticos que médicos de familia. Entendemos que es un despilfarro no aprovechar el recurso de las farmacias comunitarias para prestar una atención sanitaria de mayor calidad, más cercana a los pacientes”, apuntó Salvador Tranche, presidente de SemFYC.
Los firmantes coinciden en la necesidad de abordar un cambio de denominación que diferente al ‘enfermo crónico’ del ‘paciente en situación de cronicidad’
El documento recomienda por ello trabajar con protocolos e indica también los contenidos que éstos deberían incluir, cómo se validarían y actualizarían, cómo deberían ser las fuentes para la redacción y el flujo de trabajo para la identificación de pacientes diana y su inclusión en los mismos. Antes de hablar de posibles costes del modelo (para que tuviera éxito requeriría poner en marcha la formación conjunta interdisciplinar y el desarrollo de herramientas tecnológicas necesarias para compartir información) y la forma de abordarlos, las sociedades esperan que el modelo pueda pilotarse próximamente a nivel local y trasladarlo a otras organizaciones, tanto profesionales como de la Administración, con vistas a su utilización de forma generalizada.
Más actores
La idea es que en el trayecto otros actores se sumen al consenso. Las cuatro sociedades científicas consideran que el modelo ha de ser capaz de integrar progresivamente y prioritariamente a enfermería y a los pacientes; y posteriormente a otros agentes: administraciones, gerencias de salud, colegios profesionales, otras sociedades científicas…
Insisten para ello en que es fundamental trabajar el clima de confianza necesario entre los colectivos. Para ello, el texto hace una serie de recomendaciones que van desde acciones concretas para iniciar una relación profesional entre médicos y farmacéuticos (por ejemplo, tener un primer contacto por correo electrónico o teléfono y concertar posteriormente una cita presencial) hasta acciones para alcanzar el grado de confianza adecuado (por ejemplo, creando una comisión de seguimiento, empezar por tareas sencillas que impliquen comunicación bidireccional, etc.), pasando por acciones para mantener esa confianza en el tiempo.
La adherencia en el consenso
En Atención Primaria, el 40 por ciento de los pacientes pluripatológicos tiene tres o más enfermedades y el 94 por ciento está polimedicado. En general, dos de cada tres pacientes que van a la consulta salen de ella con una prescripción farmacéutica, y la cifra supera el 90 por ciento cuando son mayores de 75 años.
Estas cifras son algunos de los motivos por los cuales la mejora de la adherencia terapéutica de los pacientes a través de sus tratamientos es uno de los principales objetivos del modelo de coordinación propuesto por SEFAC, SemFYC, Semergen y la SEMG. Según el documento, en el protocolo a diseñar se establecerán las herramientas (los test) utilizables, tanto por el médico de familia como por el farmacéutico comunitario.
En pacientes con dificultades para tomar correctamente su tratamiento se propondrá la realización de sistemas personalizados de reacondicionamiento o dosificación (SPD) en la farmacia.