Se han acumulado errores en la medicación por falta de seguimiento
Laura Chivato Isabel
La pandemia de coronavirus puso a todos los profesionales sanitarios a trabajar a una durante los meses más duros para dar respuesta a una crisis sanitaria nunca antes vivida. Sin embargo, ese trabajo multidisciplinar entre los diferentes ámbitos de la atención, al menos si se habla de diabetes sigue siendo uno de los puntos clave a potenciar para que el abordaje de los pacientes sea el más óptimo posible. Tanto es así que, según la doctora Lourdes Martínez-Berganza, vicepresidenta 2ª de la Sociedad Española de Médicos de Familia (SEMERGEN), “la continuidad asistencial es muy mejorable, pero estamos trabajando en ello”.
Así se expresaba la vicepresidenta 2ª de SEMERGEN durante la mesa ‘Visión multidisciplinar de la diabetes en tiempos de COVID-19’ organizada con motivo de la presentación del documento ‘15 claves para replantear el abordaje de la diabetes adaptado a la era COVID19’ elaborado por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) en colaboración con la Federación Española de Diabetes (FEDE).
No obstante, no fue la única en hacer alusión a la importancia de la continuidad, también la doctora Juana Carretero, vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), hizo hincapié en la necesidad de mejorar este aspecto: “Una de las cosas de las que adolecemos desde el ámbito hospitalario es la continuidad asistencial, ya que damos de alta al paciente y no tenemos en cuenta que a este lo reciben otros compañeros que son quienes van a hacer el seguimiento. En este sentido, creo que es necesario establecer unos protocolos de derivación o de continuidad para que haya más personas alrededor de dicho paciente”.
“Una de las cosas de las que adolecemos desde el ámbito hospitalario
es la continuidad asistencial”
En línea con esto, el doctor Julio Sagredo, miembro del Grupo de Trabajo en Diabetes de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), comentaba que el desarrollo de dichos protocolos con motivo de la pandemia durante el verano de 2020 ha sido un aspecto que ha impulsado “una gran mejora”.
Menos seguimiento, más errores
A causa del COVID-19, el doctor Sagredo consideraba que el seguimiento del paciente con diabetes no se hizo (ni se hace) de la misma manera que en una época ‘precovid’: “Hemos acumulado más errores en la medicación y ha sido inevitable porque ha faltado ese seguimiento del tratamiento”. “No podemos evitar o considerar que estamos prácticamente en la misma situación que en febrero de 2020, no es por inercia, es por el déficit que hemos tenido en el seguimiento”, sostenía.
“Hemos acumulado más errores en la medicación y ha sido inevitable porque ha faltado ese seguimiento del tratamiento”
Esto ha provocado que “no se haya avanzado nada” en el tratamiento del paciente, como señalaba, por su parte, la doctora Carretero: “Nos hemos encontrado con el mismo tratamiento un año después, la misma dosis de insulina, mismo antidiabético oral, etc. porque no hemos visto si el grado de control era el óptimo, y, sobre todo, no hemos seguido si han aparecido otras comorbilidades, como la enfermedad renal”.
“Durante la primera ola hubo una ruptura prácticamente total de la relación del paciente con el sistema sanitario, aunque poco a poco lo hayamos ido mejorando a través, sobre todo, de la telemedicina, para así retomar el contacto estrecho y cercano con el paciente. Los pacientes han ganado peso, más que la población general, con lo cual ha empeorado, y mucho, el control metabólico. Estamos asistiendo ahora a pacientes que vienen a consultas con unos controles metabólicos muy fuera de rango asociados a la ganancia de peso”, detallaba la doctora Carretero.
El doctor Carlos Miranda, responsable del Área Cardiovascular y Grupo de Trabajo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), coincidía con sus compañeros de mesa y subrayaba que, al perderse la accesibilidad que tiene Atención Primaria, el control de los pacientes crónicos en general ha sido “prácticamente cero”. “Estamos intentando retomarlo y revisando todos los listados de pacientes con diabetes y volviéndolos a llamar. Iremos viendo qué datos y sensaciones tenemos dentro de unos meses”.
“El control de los pacientes crónicos en general ha sido ‘prácticamente cero'”
“La consulta presencial tiene que volver, pero no la de antes -añadía el doctor Miranda- donde se masificaban las salas de espera para a veces consultas nimias. Necesitamos otra estructura”.
Para el doctor Sagredo esto se fundamenta en que tanto las personas con diabetes como los profesionales que los atienden han cambiado sus prioridades por la pandemia, “y al hacer esto hemos disminuido nuestra ocupación por la diabetes, pero también los pacientes”.
“Ellos han estado más preocupados de evitar el contagio que de controlar su enfermedad crónica y por ello ha habido un déficit en el seguimiento y cuidados habituales de la enfermedad, pero también ha habido condicionantes externos: los pacientes han estado más solos, la soledad ha sido muy importante; han estado en casa, lo que ha provocado más sedentarismo; también incluso la alimentación ha empeorado… y todo esto no ha favorecido el control de la patología”, añadía el doctor Sagredo.
Replantear el abordaje de la diabetes adaptado a la era COVID19
Para mejorar todos estos puntos y dar una mejor asistencia a los pacientes con diabetes (y teniendo en cuenta el COVID-19), desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), en colaboración con la Federación Española de Diabetes (FEDE), han delimitado los puntos fuertes y las posibles mejoras del Sistema Nacional de Salud en cuanto al abordaje de la diabetes, especialmente enfocado en tiempos de pandemia, bajo el documento ‘15 claves para replantear el abordaje de la diabetes adaptado a la era COVID19’.
En este informe se han recogido los aspectos que “se consideran de máxima urgencia y sobre los que es necesario que las autoridades sanitarias lleven a cabo actuaciones de manera lo más inmediata posible”, según la SEEN. “La elaboración de este documento ha supuesto una gran oportunidad para elevar el perfil de los endocrinólogos ante los decisores políticos en la revisión del SNS y los sistemas regionales de salud en el abordaje de la diabetes y su coordinación”.
Se han recogido los aspectos que “se consideran de máxima urgencia y sobre los que es necesario que las autoridades sanitarias lleven a cabo actuaciones de manera lo más inmediata posible”
Los puntos que recoge esta guía pretenden:
- Realizar un enfoque holístico de las personas que presenten síntomas de la COVID-19.
- Mejorar el acceso de las personas con diabetes a sus especialistas.
- Reconocer el papel esencial de los especialistas en Endocrinología y Nutrición en el abordaje de la COVID-19.
- Impulsar las nuevas tecnologías y los sistemas de salud digital, accesibles y adaptados a las personas con diabetes, especialmente a las personas mayores que padecen esta patología.
- Implantar de manera homogénea unos sistemas de telemedicina adecuados, interconectados e integrados en la historia clínica digital, en todas las CC.AA.
- Establecer nuevas modalidades de atención urgente.
- Impulsar y fomentar los hospitales de día de diabetes y asegurar una adecuada accesibilidad.
- Asegurar unos modelos eficaces de coordinación entre los especialistas de Endocrinología y Nutrición y los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria.
- Potenciar la formación e implicación de Enfermería y educadores en la asistencia a la diabetes.
- Mejorar la conexión entre los sistemas de salud y las residencias de mayores.
- Generar sistemas en los que los especialistas de Endocrinología y Nutrición colaboren de manera eficaz con otros especialistas.
- Actualizar la Estrategia de Diabetes del Sistema Nacional de Salud para adecuarla a los grandes avances desarrollados en este ámbito desde su última revisión en 2012.
- Reconocer el valor estratégico de las asociaciones de pacientes con diabetes por su labor de formación e información.
- Consolidar la participación de las asociaciones de diabetes en el Sistema Sanitario y Sociosanitario asegurando un modelo participativo.
- Promover la equidad en el acceso a la innovación y a las prestaciones y servicios, analizando y valorando las diversas medidas autonómicas de racionalización.