“Se habla mucho y bien de todo lo relacionado con la adherencia, pero falta pasar a la acción”

Amaia Casteig, Directora Corporativa & Proyectos del Grupo OAT

Laura Chivato Isabel

La adherencia al tratamiento es un término que parece estar en boca de todos, ya que ocupa espacios en foros de debate y los agentes sanitarios coinciden en que es un problema de salud pública. Sin embargo, como apunta Amaia Casteig, falta pasar a la acción. Para la Directora Corporativa & Proyectos del Grupo OAT es clave que todos los niveles implicados trabajen de manera multidisciplinar y coordinada para llegar al objetivo que todos encuentran como común: mejorar los datos relacionados con la falta de adherencia y, con ello, los resultados en salud.

Pregunta. El Grupo OAT inició su actividad en el año 2012. ¿Cómo describiría la trayectoria de esta organización a lo largo de estos años?

Respuesta. La verdad es que el Grupo OAT es una iniciativa muy especial puesta en marcha para cubrir una necesidad muy necesaria. Su trayectoria ha tenido distintas etapas hasta que hemos decidido las áreas y los servicios que mejor se adaptaban a las demandas del sector sanitario y de los pacientes.

En estos momentos estamos activos con muchos proyectos y sin duda percibimos que el valor añadido que aportamos es bien recibido.

“Sin duda percibimos que el valor añadido que aportamos es bien recibido”

P. Durante dichos años se han ido celebrando eventos como las Jornadas Nacionales de Adherencia o los Premios OAT Adherencia. ¿Cómo ha afectado la llegada del coronavirus a la celebración de estos?

R. Como muchas veces ocurre, tenemos una sensación de frío y calor. Por un lado, cada año hemos visto una excelente evolución e interés en las Jornadas Nacionales de Adherencia (Científicas y Ciudadanas), que este año hubieran sido las novenas, totalmente asentadas y de referencia, con una gran participación, ponencias de interés y buena divulgación; y en cuanto a los Premios de Adherencia, en la edición de este año hemos recibido muchas candidaturas a pesar de la situación, que en estos momentos van a evaluarse por el Jurado. Sin embargo, lamentablemente, ni las Jornadas ni los Premios los hemos podido celebrar por razones de seguridad y las circunstancias en las que nos encontramos. Ese es el único aspecto menos positivo y, por el cual, nos hemos tenido que adaptar.

Esperamos que el próximo año podamos celebrar ambos eventos y sigamos cosechando el mismo interés.

Sin embargo, con el objetivo de seguir concienciando a toda la población, hemos lanzado el movimiento #YoMeImplicoConLaAdherencia, involucrando a profesionales del sector salud y a los ciudadanos en general. Este movimiento consiste en subir una foto a Twitter, LinkedIn o Facebook haciendo lo que hemos llamado ‘el gesto de la adherencia’ con el hashtag #YoMeImplicoConLaAdherencia para que entre todos consigamos hacer ruido sobre la importancia de la adherencia.

Movimiento #YoMeImplicoConLaAdherencia

P. Han pasado ya 8 años desde la fundación del OAT, y entrando ya a hablar sobre el asunto del que son expertos, la adherencia, ¿diría que ha habido una mejora de ésta? ¿Se ha pasado realmente a la acción?

R. Pensamos que se ha avanzado mucho. Hace 8 años se hablaba de adherencia, pero percibíamos mucho menos interés e implicación. Sin embargo, en estos años podemos decir que el problema de la adherencia es una realidad asumida, algo en lo que todos están de acuerdo que se debe mejorar, que es un problema de salud pública e incluso provoca un aumento de los costes sanitarios. Por tanto, de nada vale disponer de un excelente sistema sanitario o de medicamentos muy eficaces si después los pacientes no siguen las recomendaciones de los profesionales sanitarios tanto en la medicación como en hábitos saludables. Es decir, que todavía hay mucho por hacer.

Se podría resumir en que hace 8 años no existía tanta concienciación del problema, y ahora dentro del ámbito sanitario ya hay un mayor entendimiento y una clara implicación para hacer acciones que mejoren la adherencia, pero falta algo para poner en marcha esas iniciativas y pasar a la acción. No obstante, falta el paso de involucrar a la población, ya que todavía no se conoce el término adherencia, que al fin y al cabo engloba todo lo que supone para el paciente convivir con su patología y seguir las recomendaciones de sus profesionales sanitario como he comentado anteriormente.

“Falta el paso de involucrar a la población, ya que todavía no se conoce

el término adherencia”

Está todo preparado para despegar, pero todavía estamos con la cuenta atrás.

P. A pesar de ‘todavía estamos con la cuenta atrás’, es un tema bastante recurrente en foros de debate o jornadas en las que participan profesionales sanitarios. ¿Por qué no existe esa voluntad real de intentar solventar el grave problema que supone la falta de adherencia?

R. Como decía se habla mucho y bien de todo lo relacionado con la adherencia, pero falta pasar a la acción y ejecutar planes que mejoren la adherencia.

Desde el Grupo OAT consideramos que hay dos stakeholders que son las que deben dar un gran paso al frente. Uno es la administración sanitaria en las CCAA e incluso del Ministerio de Sanidad; el otro, la industria farmacéutica, además de las sociedades científicas, asociaciones de pacientes, etc.

P. ¿Qué ha aportado el Grupo OAT en este sentido? Teniendo en cuenta que cuenta con diferentes áreas como la de investigación o formación.

R. En nuestra humilde opinión hemos aportado, a través de la investigación, el conocimiento objetivo y demostrado del problema de la falta de adherencia junto con la divulgación de esos datos; además de iniciativas, protocolos, planes de acción, programas de soporte a pacientes, proyectos educacionales y de concienciación, etc. para poner en práctica iniciativas específicas que mejoren la adherencia, los resultados en salud y la calidad de vida de los pacientes.

“Hemos aportado, a través de la investigación, el conocimiento objetivo y demostrado del problema de la falta de adherencia”

También estamos aportando proyectos de formación en adherencia, sobre todo dirigidos a los profesionales sanitarios para acompañarles y ofrecerles herramientas en el manejo de sus pacientes, buscando una conversación eficiente entre ellos, siendo dicha conversación una de las variables que afecta a la adherencia. Además de ofrecer un soporte de comunicación para hacer eco de este problema y de sus posibles soluciones.

P. No cabe duda de que se trata de un asunto en el que es fundamental el trabajo de todos los agentes implicados, no únicamente de los pacientes. En este sentido, ¿qué haría falta para mejorar ese trabajo coordinado en la búsqueda de una mejor adherencia?

R. Lo primero tener muy claro que la mejora de la adherencia vendrá con el trabajo multidisciplinar de todos, evitando protagonismos y coordinándonos en equipo, porque cada uno tiene un rol y son totalmente complementarios.

Al contar con iniciativas viables que se puedan poner en marcha para mejorar la adherencia y los resultados en salud a través de equipos multidisciplinares, midiendo dicha evolución de los pacientes y mejora en los distintos ítems de su patología, solo se podría pedir a la Administración Sanitaria que facilite este tipo de programas, pues solo suman a lo ya existente y el único fin es ayudar a los pacientes. Si los pacientes mejoran su adherencia, salud y calidad de vida, están más satisfechos y seguros con su patología, más arropados para continuar con su día a día… ¿por qué no apostamos por ello?

“Solo se podría pedir a la Administración Sanitaria que facilite este tipo de programas”

Sabemos que estos programas de pacientes funcionan y tienen buenos resultados, por tanto, sería óptimo divulgarlos con sus resultados de éxito para que sean de práctica diaria y todos puedan conseguir esa mejoría de la adherencia.

P. Es cierto que la llegada del coronavirus ha desplazado otros temas relacionados con la salud, aunque realmente siguen estando ahí. ¿Ha sido así también la adherencia? ¿Ha pasado a un segundo plano?

R. Consideramos que no solo ha pasado a un segundo plano en cuanto a las patologías crónicas, sino que se ha visto que la adherencia es clave también en estas situaciones de pandemia.

“Se ha visto que la adherencia es clave también en estas situaciones de pandemia”

Todos hemos visto la importancia de cumplir con las normas de prevención para evitar los contagios como el distanciamiento, mascarillas, lavado de manos, reuniones en grupos, etc. Sin embargo, existe también una falta total de adherencia en esos temas. Pensamos que se podría haber hecho mucho más en las áreas concienciación, formación e información para lograr una mejor adherencia y evitar los contagios masivos.

P. Ahora que ya sabemos que el COVID-19 va a convivir con nosotros durante un largo periodo de tiempo, ¿cuál es el papel del Grupo OAT en toda esta situación?

R. Debido a nuestra especialización en Adherencia, Cronicidad y Pacientes, pensamos que debemos añadir estos aspectos a las situaciones de pandemia para conseguir una mayor concienciación de la población en adherirse a las recomendaciones sanitarias que evitan los contagios. Y, en ese sentido, ya estamos trabajando con nuestro Comité Científico para prepararnos ante futuras situaciones similares a la actual.

P. Y de cara al futuro, ¿qué podemos esperar de una organización dedicada a la adherencia como el OAT?

R. Nuestro objetivo es conseguir que se mejore la adherencia y a través de ello lograr unos mejores resultados en salud y reducir el coste sanitario superfluo que provoca la baja adherencia.

“Nuestro objetivo es conseguir que se mejore la adherencia y a través de ello lograr unos mejores resultados en salud y reducir el coste sanitario”

Para ello, vamos a seguir potenciando nuestras áreas de investigación, programas educacionales en adherencia, programas de soporte a pacientes, realización de eventos, formación alrededor de la adherencia y aspectos como la comunicación profesional sanitario- paciente y potenciar la comunicación y divulgación de todo lo relacionado con la Adherencia, Cronicidad y Pacientes.

Todo ello con acuerdos que ya estamos consiguiendo con la Administración Sanitaria, Sociedades Científicas, Asociaciones de Pacientes, Universidades e Industria Farmacéutica.