Abandonar el hábito tabáquico reduce la probabilidad de tener otro evento en un 35 por ciento
Laura Chivato Isabel
Durante la celebración del webinar Tabaquismo y Enfermedad Cardiovascular organizado por Cardioalianza se adelantaron algunos datos de una encuesta dirigida a pacientes que ya habían desarrollado un evento cardiovascular para conocer cuál era la relación entre estos y el tabaquismo, y el dato llama la atención: el 59 por ciento de estos continúa fumando, a pesar de que abandonar el hábito tabáquico reduce la probabilidad de tener otro evento en un 35 por ciento, según la doctora Rosa Fernández, cardióloga en el Hospital Universitario de Jaén.
“El tabaco multiplica por tres la posibilidad de tener un evento cardiovascular, es más, en sí produce enfermedad cardiovascular. No es casualidad que casi la mitad de los pacientes que tiene un evento hayan fumado previamente o lo hayan hecho en los últimos 10-15 años. Y a pesar de ello, el hábito tabáquico sigue siendo nuestro caballo de batalla”, explicaba la doctora.
“No es casualidad que casi la mitad de los pacientes que tiene un evento hayan fumado previamente o lo hayan hecho en los últimos 10-15 años”
Por su parte, el doctor Álvaro Aceña, médico adjunto del Servicio de Cardiología del Hospital Jiménez Díaz, reconocía que desde la consulta se hace “poco énfasis” en preguntar a los pacientes si fuman. “No obstante, en un evento cardiovascular agudo hay que trasmitir desde el principio lo nocivo que es el tabaquismo y todas sus consecuencias”, recalcaba.
El problema viene, como recordaba Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería, cuando la importancia que se le da a fumar y al abandono de este hábito en función del diagnóstico, “ya que depende del impacto que ha tenido en su salud el evento cardiovascular”. Por ello, Ayuso insistía en que hay que hacer seguimiento y convencer a los pacientes de que se encuentran bien por los hábitos saludables.
Con él coincidía Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza: “A los 6-7 meses después de un evento, muchos de los pacientes ya han pasado ese miedo inicial y se relajan. Por ello es tan importante trabajar con ellos la deshabituación tabáquica. Desde las asociaciones estamos ahí para cogerles de la mano y acompañarlos, para aportar este granito de arena con la importancia que tienen no fumar”
“A los 6-7 meses después de un evento, muchos de los pacientes ya han pasado ese miedo inicial y se relajan”
“El problema -añadía San Saturnino- es que no se da importancia a fumar y creen que es suficiente con seguir el tratamiento, pero la prevención también es clave”.
Programa de deshabituación tabáquica
Uno de los recursos que disponen los pacientes para dejar de fumar son los programas de deshabituación tabáquica, puestos en marcha en muchos centros de salud. Estos programas son multicomponentes y están formados por charlas grupales, terapias conductuales y tratamiento farmacológico. Con todo ello, según la doctora Fernández, “la abstinencia es del 30 por ciento”.
“Creo que es una opción bastante razonable para ponerse en manos de profesionales y expertos en tabaquismo. Sin embargo, para participar en estos el paciente tiene que estar convencido de que quiere dejar de fumar, porque si no hay motivación, no va a abandonar dicho hábito de forma milagrosa”, destacaba esta especialista.
“El paciente tiene que estar convencido de que quiere dejar de fumar, porque si no hay motivación, no va a abandonar dicho hábito de forma milagrosa”
Prevención temprana
Aunque existan recursos para dejar de fumar lo ideal sería no empezar a hacerlo en ningún momento y, para ello, todos los expertos participantes en el webinar coincidían en que es clave la prevención temprana, y más teniendo en cuenta los datos: según la mencionada encuesta de Cardioalianza, el 56 por ciento de los pacientes había empezado a fumar a los 18 años; pero es que, según el último informe del Ministerio de Sanidad, la edad se adelantaba a los 14.
“El inicio tan precoz en mucha de la población es un tema que preocupa profundamente y nosotros desde el Consejo General de Enfermería apostamos por educación sanitaria y para la salud para adquirir hábitos de vida saludable desde la infancia y adolescencia y así evitar que los niños comiencen a consumir tabaco por aspectos como la curiosidad o la inclusión”, apuntaba Ayuso.
La presidenta de Cardioalianza comentaba también la importancia de informar desde las edades más tempranas, ya que una vez llegada la adolescencia esto se complica, “les decimos que no fumen, pero es tarde porque ya fuman”. “Desde las sociedades científicas, las asociaciones de pacientes y todos los ámbitos sanitarios tenemos la labor de concienciar desde las edades más tempranas de lo nocivo que es fumar independientemente del tipo de cigarro o dispositivo”, subrayaba.