La petición de la AGP a la farmacia comunitaria: recomendar asociacionismo

Infarma 2018 analizó la relación entre las asociaciones de pacientes y la farmacia comunitaria

Carlos Rodríguez

Desde los colegios oficiales de farmacéuticos se viene trabajando desde hace algunos años para demostrar que el farmacéutico es sensible a la colaboración con las asociaciones de pacientes, favoreciendo la consecución de sus principales objetivos: cumplimiento de tratamientos, empoderamiento, información sobre la enfermedad, concienciación social, actuación sobre las complicaciones… Pero todavía quedan áreas de mejora para profundizar en esta relación, como trasladó la Alianza General de Pacientes (AGP) durante el Congreso Infarma 2018. Su presidente, Antonio Bernal, lanzó una petición muy clara a la farmacia comunitaria: “recomendar asociacionismo”.

A juicio de los pacientes, la farmacia es un punto sanitario clave para la adecuada atención sanitaria, pero debe trabajar más para transmitir adecuadamente que los farmacéuticos comunitarios no son meros dispensadores de medicamentos, poniendo así en valor la Atención Farmacéutica que realizan. Parte de esa atención es el asesoramiento que, según Bernal, debe manifestarse en una implicación activa con las asociaciones, redirigiendo a los pacientes que puedan necesitarlo hacia las organizaciones de referencia. En la misma línea, la farmacia es uno de los mejores espacios disponibles —por proximidad y por número— para colaborar con los pacientes. Pero también en este aspecto caben las mejoras, según el presidente de la AGP, que instó a establecer “zonas de atención personalizada para el paciente”.

No es ni mucho menos la única vía de mejora que existe. Igual que hoy no es posible hablar de Sanidad sin hablar de los pacientes y sin contar con ellos, la farmacia, según Bernal, “puede y debe cambiar”. La AGP traslada todo su apoyo para que el COF de Madrid pueda desarrollar las labores de prestación de servicios asistenciales que, año tras año y concierto tras concierto, han quedado por desarrollar, pero que ahora por fin pueden hacerse realidad en el anteproyecto de Ley de Farmacia de Madrid. Entre las oportunidades que, según la Alianza, no deberían desaprovecharse, están la Atención Domiciliaria, la dependencia, las campañas de salud o la atención a los pacientes con cáncer.

Asimismo, Bernal recordó que las asociaciones también pueden colaborar con la farmacia asesorando en el análisis de necesidades y elaborando propuestas; impulsando iniciativas compartidas y nuevos servicios asistenciales. En la Comunidad de Madrid existen ya ejemplos positivos —y potencialmente extrapolables— de la relación entre las asociaciones de pacientes y las farmacias: entre 120 y 140 farmacias participan anualmente en Diabetes en Tu Barrio, una actuación de tipo cribado; más de 45 farmacias han participado de forma activa en una iniciativa similar con la Asociación de Pacientes de Psoriasis; y más de 50 farmacias han colaborado con Parkinson Madrid para facilitar información sobre la enfermedad.

El éxito de estas iniciativas refleja igualmente el principal reto al que se enfrenta el vínculo entre asociaciones de pacientes y oficinas de farmacia. A menudo son iniciativas puntuales que no reciben seguimiento. Se hace preciso plantear y estructurar mejor los proyectos. “Los farmacéuticos debemos ser mucho más participativos y entender que nuestro futuro pasa por acciones, además de por la prestación farmacéutica en general. Con que sólo un paciente se beneficie de este tipo de colaboraciones, habremos conseguido su éxito”, aseguró Óscar López, vocal de Titulares de Oficina de Farmacia del COF de Madrid.

Mejorar la relación entre pacientes y la oficina de farmacia también depende de otros agentes. En el caso de la Administración, la AGP cree que debería facilitar determinadas actuaciones, haciendo que la innovación se dispense en hospitales sólo cuando las necesidades así lo aconsejen; permitiendo que el farmacéutico conozca la historia clínica del paciente y promoviendo que preste determinados servicios. “Muchas personas toman mal los medicamentos, y eso tiene un valor económico. Deberían subvencionar los Sistemas Personalizados de Dosificación; eso evitaría errores y complicaciones”, resaltó Bernal.

En el caso de la Atención Primaria, la Alianza considera que es necesario mejorar la comunicación con la farmacia, con el fin de que el paciente deje de ser vehículo de transmisión entre profesionales. Con él coincidió Marta Sánchez-Celaya, gerente asistencial de Atención Primaria. A su juicio, el paciente “no puede ser el medio de comunicación” entre el farmacéutico y el medio de referencia.