Proyectos como HU-CI y HURGE promueven la asistencia sanitaria pensando en las condiciones emocionales y sociales de los pacientes.
Laura Chivato
Hoy en día basta con echar un vistazo a las redes sociales para saber cuánto se habla del paciente y de la importancia que tiene poner a este en el denominado “centro”. Sin embargo, en los últimos años no se ha hecho otra cosa a excepción de lo que el doctor Salvador Casado llamó “Medicina de la ilustración: todo por el paciente, pero sin contar con el paciente”, una frase que, para el doctor Gabriel Heras, médico especialista en Cuidados Intensivos, resume a la perfección la situación actual. El paciente no está en el centro y probablemente tampoco lo estará en el corto plazo, pues tal y como señala el doctor Heras, “el cambio de mentalidad lleva asociado un proceso y un tiempo”.
Poner al paciente en el centro significa no hacer caso omiso a sus necesidades emocionales y sociales, tratarle la enfermedad -como es lógico-, pero teniendo en cuenta que es una persona, y como tal, no pasar por alto los aspectos más humanos de su condición. Por ello, el doctor Carlos Bezos Daleskes, director del Instituto para la Experiencia del Paciente, se cuestiona que deba estar en el centro en cuanto a “agente del sistema”. “Es decir, lo que debe estar en el centro son las necesidades integrales del paciente: no solamente una curación lo más eficaz posible, sino que se atienda también a sus necesidades emocionales y sociales y que los agentes del sistema incluyan esas necesidades entre sus objetivos”, explica.
Para llegar a este resultado, los profesionales sanitarios deberían centrar los cuidados en la dignidad de las personas, y esto solo se consigue a través de la humanización. Humanizar significa “hacer referencia al hombre en todo lo que se realiza para promover y proteger la salud, curar las enfermedades, garantizar un ambiente que favorezca una vida sana y armoniosa a nivel físico, emotivo, social y espiritual”, según José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de la Salud de Madrid y considerado uno de los referentes en humanización en España. “Hablar de humanización –añade Bermejo- reclama la dignidad intrínseca de todo ser humano y los derechos que de ella derivan. Y esto lo convierte en una necesidad de vital importancia y trascendencia”.
“Humanizar significa hacer referencia al hombre en todo lo que se realiza para promover y proteger la salud, curar las enfermedades, garantizar un ambiente que favorezca una vida sana y armoniosa a nivel físico, emotivo, social y espiritual”
Es decir, para llegar a humanizar el sistema es necesario apostar por una sanidad más amable y centrada en las personas, independientemente de su rol, tal y como destaca el doctor Heras, para quien ‘humanizar’ es además entender y aceptar que los profesionales también necesitan ser escuchados, ya que son el “capital básico” para que esto ocurra.
Todo ello sin dejar de lado el papel fundamental que juega la familia, uno de los pilares básicos del paciente. “La familia, por el hecho de estar, ya están cuidando y curando al paciente, y es un rol que los profesionales sanitarios, por muy empáticos que seamos, nunca podremos sustituir”, destaca el doctor Heras. Con él coincide Manuel Pardo, enfermero en la base de la Unidad Medicalizada de Emergencias (UME) de Molina de Segura (Murcia), quien ve importante enseñar a los familiares cómo estar y cómo acompañar al paciente durante el proceso asistencial. “Todos somos un equipo unido con el mismo objetivo y, por ello, debemos entendernos (profesionales y familiares) para trabajar juntos”, subraya Pardo.
“La familia, por el hecho de estar, ya están cuidando y curando al paciente, y es un rol que los profesionales sanitarios, por muy empáticos que seamos, nunca podremos sustituir”
Instrumentos de humanización
En resumen, para situar al paciente en el centro del sistema habría que llevar a cabo políticas de humanización, donde este fuera atendido como persona además de como enfermo, teniendo en cuenta cada una de sus especifidades emocionales y su ámbito social. Para el doctor Bezos Daleskes también sería bueno que los hospitales adoptaran políticas de experiencia del paciente, con un responsable de experiencia del paciente en sus organigramas.
En esta línea, una forma “pautada y validada” de hacer que un hospital esté centrado en el paciente es la Certificación ‘Patients First’ que ayuda al hospital a adaptar sus procesos a través de las 8 dimensiones de la experiencia de este. “Por ejemplo, que cuando se construye un hospital nuevo (el objetivo de la administración) se cumplan los criterios de diseño centrado en la persona; que la redacción de consentimiento informado sea validada por los pacientes, como hace el Hospital de Guadarrama -el primero en obtener la Certificación ‘Patients First’- para asegurar que el consentimiento se entiende”, subraya el doctor Bezos.
Otras de las herramientas que fomentan la humanización son los proyectos como HU-CI (Humanizando los Cuidados Intensivos) o HURGE (Humanizando las Urgencias y Emergencias) Ambos, creados por el doctor Gabriel Heras y Manuel Pardo, respectivamente, surgieron ante la necesidad de ofrecer un cuidado más pensado en las necesidades emocionales del paciente.
En el caso del proyecto HU-CI, se trata de una iniciativa internacional de investigación que busca, desde la evidencia científica, un cambio de paradigma en la atención sanitaria. “Hemos mejorado mucho técnica y psicológicamente, pero el trato a los protagonistas del sistema es algo con mucho margen de mejora. Por otro lado, el cuidado emocional no ha tenido la importancia suficiente y necesaria hasta el momento. Algo que parece obvio –si te sientes bien, te recuperas antes- ha pasado desapercibido por las excelentes cifras de supervivencia logradas en nuestro país. Pero no solo se trata de sobrevivir, sino de cómo se sobrevive”, destaca el doctor Heras.
“Hemos mejorado mucho técnica y psicológicamente, pero el trato a los protagonistas del sistema es algo con mucho margen de mejora”
Este proyecto cuenta con ocho líneas de investigación y actuación, y gran parte de ellas están centradas en mejorar la experiencia de los pacientes:
Además, cuenta con 11 avales de diferentes sociedades científicas de España, América Latina y Estados Unidos, y más de 50.000 seguidores por todo el mundo. Este grupo de investigación ha publicado 47 artículos en revistas de impacto, un libro y un Manual de Buenas Prácticas en Humanización para las Unidades de Cuidados Intensivos.
En cuanto al proyecto HURGE, este consiste en la humanización de los servicios de urgencias, emergencias y catástrofes, centrándose en varios pilares principales que son: paciente, familiar, profesional y gestores. Todo ello lo llevan a cabo a través de difusión, investigación y formación.
Para Manuel Pardo, quien fundó HURGE junto con el doctor José Manuel Salas, coordinador en el Servicio de Urgencias Extrahospitalarias de Archena (Murcia), el objetivo es que cada Servicio de Urgencias se analice y vea dónde puede mejorar, porque coincidiendo con el doctor Heras, Pardo también considera que “siempre se puede mejorar”. “El objetivo -explica- es que el paciente sea atendido de manera holística (bio-psico-social), es decir, además de recibir un adecuado diagnóstico y tratamiento, debemos de tener en cuenta la parte emocional del paciente (sus miedos y sufrimientos) y su ámbito social (familia, amigos y entorno) que de manera indirecta también sufren”.
El objetivo del Proyecto HURGE es que cada Servicio de Urgencias se analice y vea dónde puede mejorar
“Por último -añade- hay que humanizar el trato a los profesionales, les gusta hacer bien su trabajo, les gusta que las cosas salgan bien… pero a veces las cargas asistenciales y los límites terapéuticos generan situaciones donde el profesional también sufre estrés y desgaste”.
En cuanto a las líneas de actuación de HURGE, serían las siguientes:
Entre sus actividades, recientemente organizaron el I Congreso Internacional de Humanización en Urgencias, Emergencias y Catástrofes en Murcia, en el que se celebraron talleres, mesas redondas, ponencias, debates y comunicaciones, entre otros. Manuel Pardo subraya el éxito del Congreso desde el punto de vista de que, gracias a la celebración de este, muchos profesionales con larga experiencia se han “recargado las pilas emocionales” para volver a trabajar con ilusión con cada paciente y con su familia. “Todos tenemos un lado bueno, solidario y humanitario, nuestro objetivo ha sido encender esa llama en cada persona”.