La comunicación con el paciente, una herramienta costo-efectiva para mejorar la adherencia

Sería recomendable la realización de programas que capaciten en habilidades dirigidas a mejorar la relación terapéutica, como por ejemplo, la aceptación o la asertividad

Laura Chivato Isabel

Los datos relacionados con la falta de adherencia al tratamiento han propiciado que profesionales sanitarios y organizaciones, entre otros, se pongan ‘manos a la obra’ para intentar poner en marcha diferentes estrategias que mejoren estos datos. Aunque estas vengan de diferentes ámbitos, siempre se menciona una como fundamental: la mejora de la comunicación con el paciente, y para resaltar su importancia se ha recogido el punto de vista de distintos agentes sanitarios que están en contacto directo con dichos pacientes. Por ejemplo, para Jacinto Espinosa, médico de familia en el CS Villanueva de la Serena-Norte (Badajoz) y doctor por la Universidad de Extremadura, la comunicación es una herramienta que, además de ser clave en el seguimiento, es “costo-efectiva”.

“La comunicación entre paciente y profesional es uno de los elementos más importantes para conseguir unos estándares de calidad en el ámbito sanitario, ya que además se reducen pruebas complementarias y se consiguen beneficios importantes para la salud de la población. Por ello, los profesionales se han preocupado por buscar fuentes correctas de formación en el campo de la comunicación entre médico y paciente; y aunando correctamente formación y experiencia profesional se pueden obtener claros beneficios tanto para esta relación, profesional y paciente, como para el futuro del Sistema Sanitario de forma global”, explica.

“La comunicación entre paciente y profesional es uno de los elementos más importantes para conseguir unos estándares de calidad en el ámbito sanitario, ya que además se reducen pruebas complementarias y se consiguen beneficios importantes para la salud”

Por su parte Francisco Marín, farmacéutico comunitario de Cádiz y miembro de la comisión de servicios profesionales del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacia (CACOF), la comunicación juega un papel tan importante en la adherencia porque cuando un paciente tiene problemas con su medicación o sus hábitos saludables, son diversos los motivos que le llevan a este comportamiento y es necesario identificar todos: “Muchos de ellos se encuadran en el ámbito de las de creencias o de su relación social, y otros simplemente en falta de información o dificultad de utilización de un medicamento concreto, como por ejemplo, un inhalador”.

“Identificar estos motivos -añade- solo es posible si existe una buena comunicación entre el profesional y el paciente, siendo necesario manejar habilidades concretas de escucha activa, preguntas abiertas o control del lenguaje no verbal, entre otros, fundamentales para una buena comunicación y para conseguir los objetivos deseados, como son la adherencia a los tratamientos y a las medidas higienicodietéticas elementales para el tratamiento adecuado de sus problemas de salud”.

Con Marín coincide Pilar de Lucas, vocal del Comité Científico del Grupo OAT, aunque insiste en que no solo repercute en la adherencia, sino también en todos los aspectos que van a incidir en el proceso de diagnóstico y curación.

“La comunicación médico-paciente es fundamental para que este último entienda y participe en la toma de decisiones relacionadas con su diagnóstico, la información necesaria que ha de facilitar al profesional durante la historia clínica, la aceptación de las exploraciones complementarias que se han de realizar o no realizar, que es igual de importante, la adherencia al tratamiento, ya mencionada; pero también el seguimiento de las medidas de prevención de enfermedad y protección de la salud para él y para todo su entorno”, comenta la doctora de Lucas.

“La comunicación médico-paciente es fundamental para que este último entienda y participe en la toma de decisiones relacionadas con su diagnóstico”

En todos estos aspectos también juega un papel clave el denominado nivel de alfabetización en salud (AS), esto es la comprensión y la capacidad que tiene el paciente para procesar e interpretar la información sobre salud que recibe, según Blanca Fernández-Lasquetty, enfermera, doctora, consultora y directora de EnferConsultty. En este sentido, un estudio realizado a nivel europeo estima que el 50,8 por ciento de la población en España tiene un nivel de AS “problemático” y esto se relaciona con una falta de comprensión de conceptos y, por ende, una peor gestión de la enfermedad y de sus actividades de autocuidado; así como un menor uso de medidas preventivas, errores en el cumplimiento y dificultad para entender los consejos relacionados con la salud.

La comunicación impacta directamente sobre el nivel de alfabetización en salud de los pacientes, y por ello, es necesario reducir el lenguaje científico y utilizar términos más sencillos a la hora de comunicarnos con ellos, incluyendo gráficos, infografías, podcast o vídeos para llegar también a aquellas personas con dificultades, por ejemplo, para una lectura comprensiva”, apunta Férnandez-Lasquetty.

Carga de trabajo y falta de formación

A pesar de ser conocedores de los distintos beneficios que tiene una buena comunicación en el abordaje del paciente, la realidad es que existen diferentes barreras para poder llevarla a cabo de la manera más eficiente posible.

Desde el punto de vista de la Farmacia Hospitalaria, Olatz Ibarra, jefe de Sección de Farmacia en el Hospital de Urduliz-Alfredo Espinosa (Vizcaya), destaca que el principal problema es la carga de trabajo: “La dificultad para establecer la atención farmacéutica adecuada está relacionada con la falta de recursos humanos asignados para ello y el aumento de la actividad o número de pacientes que se atienden”.

“La relación entre el farmacéutico y el paciente -añade- va a depender del modelo de atención farmacéutica implantado en el hospital. Es decir, la comunicación se genera cuando hay una aproximación al paciente, se le informa y educa en el uso correcto de su medicación y cuando se establece un seguimiento de su proceso terapéutico, y se brinda una cercanía. Sin embargo, resulta difícil crear esta comunicación cuando no hay tiempo y no hay un seguimiento farmacoterapéutico regular”.

“La comunicación se genera cuando hay una aproximación al paciente, se le informa y educa en el uso correcto de su medicación y cuando se establece un seguimiento de su proceso terapéutico, y se brinda una cercanía”

Este problema es compartido con Atención Primaria, donde desde hace un tiempo vienen denunciando la falta de recursos.

“Los motivos que pueden justificar la pérdida de la comunicación entre médico y paciente pueden ser múltiples, pero entiendo que la escasez de tiempo, que se asigna a cada paciente en el modelo actual de Sanidad en nuestro país, podría considerarse como el más negativo. Esta escasez y la masificación de las consultas provocan en el profesional una necesidad de ‘resolver’ problemas muy rápidamente incrementando pruebas complementarias costosas, aumento de listas de espera, retrasos diagnósticos y en definitiva una disminución de los parámetros de calidad mínimamente exigibles”, subraya el doctor Espinosa.

Además, otro aspecto importante y común es la falta de formación en habilidades comunicativas en todos los niveles asistenciales, tal y como recuerda Marín: “El control de las habilidades de comunicación es elemental para cualquier profesional sanitario en todos los ámbitos”.

En el caso de Enfermería, aunque actualmente en la formación universitaria se incluye alcanzar la competencia en comunicación, según Fernández-Lasquetty, la capacitación para hacer una verdadera comunicación terapéutica requiere “mucha formación y entrenamiento en habilidades que se van mejorando y consolidando con la práctica clínica. “Necesita además de la capacidad reflexiva del profesional, que sea capaz de identificar sus dificultades o sus barreras para llegar a establecer una relación de ayuda efectiva”, resalta.


La comunicación terapéutica es una relación entre el profesional y el paciente, su familia o ambos, que tiene repercusión directa en los objetivos de la misma (es terapéutica), y que por lo tanto su establecimiento o mantenimiento representan un objetivo por sí mismo para el profesional.


Cómo llegar a una comunicación óptima

Ante todo ello, la directora de EnferConsultty reconoce que, aunque está cambiando la percepción de la importancia en formación humanística, sería recomendable la realización de programas que capaciten en habilidades dirigidas a mejorar la relación terapéutica, como por ejemplo, la aceptación o la asertividad.

A través de estos programas, se podría insistir en la adecuada formación en entrevista motivacional, como sugiere el doctor Espinosa, algo que además beneficiaría al paciente empoderándolo y mejorando la empatía entre las dos partes.

“Pero la realidad vigente implica una adecuación de consultas y tiempo, y ello no se conseguirá sin hacer realidad una reforma/revolución del actual Sistema sanitario en claro deterioro para los profesionales y los pacientes”, señala este experto.

En la misma línea se muestra la doctora de Lucas, quien entiende que la falta de empatía es también un problema en las consultas, en este caso, por parte del profesional: “Tenemos que conseguir recuperar la confianza del paciente, y para esto, hace falta tiempo (necesidad de la Administración), pero también hay cosas que mejorar por parte de los profesionales. No olvidemos frases tan importantes como la del considerado padre de la Medicina Moderna, el doctor Willian Osler: “el buen médico trata la enfermedad, el gran médico trata al paciente” o nuestra gran Gregorio Marañón: “No hay enfermedades, sino enfermos”. Si se tienen estos pensamientos en mente, el médico seguro que puede conectar mejor con el paciente”.

“El buen médico trata la enfermedad, el gran médico trata al paciente”

Con esta reflexión coincide Ibarra, para quien es “esencial” que, tanto el personal farmacéutico, como el personal técnico que trabaja en la consulta de pacientes externos de la Farmacia, “cree un clima de confianza y sea fácilmente accesible para el paciente”.

Igualmente, hay que tener en cuenta que esta comunicación en la que influyen tantos aspectos no solo debe limitarse a la persona que acude a consulta o a la farmacia, sino que también los profesionales sanitarios tienen (y deben) que establecer una relación “interdisciplinar, como lo define Fernández-Lasquetty, o interprofesional, en palabras de Marín. No obstante, los dos coinciden en que es fundamental proporcionar al paciente los mismos mensajes, es decir, que estén alineados, y que estos no varíen de un nivel asistencial a otro, dando a todos los profesionales la importancia que se merecen independientemente de su ámbito de actuación.