La intervención del farmacéutico se hace un hueco en el Senado

La Comisión de Sanidad de la Cámara Alta crea una ponencia de estudio para impulsar los servicios profesionales farmacéuticos

Carlos Rodríguez

A lo largo de las décadas el perfil del paciente ha cambiado, pasando mayoritariamente de agudo a crónico, frágil, dependiente, pluripatológico y polimedicado. Hoy, las estadísticas apuntan a un serio problema en términos de adherencia para estos pacientes, el 70 por ciento de los cuales reconocen ser incapaces de recordar sus tratamientos y su administración para cumplir con el objetivo terapéutico prescrito por el facultativo. Las proyecciones demográficas apuntan a que esta tendencia se agudizará y que, en el año 2050, más de seis millones de personas en España superarán los 80 años de edad. La necesidad de impulsar servicios que permitan mejorar la salud, generar ahorros en el Sistema Nacional de Salud y contribuir a la sostenibilidad ha llevado al Senado a poner su foco en los trabajos de un actor cuya labor es bien conocida, aunque quizá no esté lo suficientemente reconocida: la farmacia.

Por su preparación y competencias, así como por su cercanía y accesibilidad, el farmacéutico es un profesional clave para constituir cualquier estrategia de cronicidad en coordinación con los médicos y demás profesionales sanitarios. Esta idea es la que llevó al grupo parlamentario popular a proponer la creación de una ponencia de estudio, en el seno de la Comisión de Sanidad del Senado, del desarrollo de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales desde el Sistema Nacional de Salud. Fue aprobada por unanimidad.


El farmacéutico es un profesional clave para constituir cualquier estrategia de cronicidad en coordinación con los médicos y demás profesionales sanitarios


Los senadores disponen, además, de datos fehacientes relativos al aporte de las farmacias. El senador popular Francisco José Fernández, impulsor de la moción, recordó los resultados obtenidos entre 2014 y 2017 por el programa conSIGUE, promovido por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada: impulsar el servicio de Seguimiento Farmacoterapéutico en las farmacias comunitarias reduce en un 54,1 por ciento los problemas de salud no controlados; en un 53,1 por ciento los pacientes que acuden a urgencias y en un 59,8 por ciento las hospitalizaciones. En la nueva fase de este programa, 85 farmacias de 6 provincias ya trabajan en la implantación de este servicio a pacientes de más de 65 años y que utilizan cinco o más medicamentos de forma continuada.

Gracias a los acuerdos alcanzados entre las comunidades autónomas y los colegios profesionales, muchos de estos servicios ya se llevan a cabo, si bien de forma distinta. La moción del Senado pretende, en primer lugar, “aunar criterios”. Para ello, el grupo popular propone dividir los servicios en dos categorías: servicios de Atención Farmacéutica. (dispensación, indicación farmacéutica, conciliación de la medicación, adherencia a los tratamientos, revisión de botiquines, formulación magistral, revisión de la medicación, inmunización y seguimiento farmacoterapéutico) y servicios relacionados con la salud comunitaria (medidas antropométricas, determinación de parámetros clínicos, prevención de la enfermedad, detección de enfermedades ocultas o no diagnosticadas, promoción de la salud, educación e información sanitaria, asesoramiento nutricional y programas de intercambio de jeringuillas).

El debate de la adherencia

Una vez se constituya, la ponencia estudiará, entre otros puntos, el análisis e impulso de los servicios profesionales farmacéuticos asistenciales desde las farmacias comunitarias; el acceso a la información relativa a los medicamentos que el paciente está utilizando -tanto prescritos por el sistema público como privado con y sin receta, especialmente en pacientes crónicos y polimedicados- y la colaboración con médicos y resto de agentes sanitarios que interviene en la asistencia del paciente. Se tratará además de un debate abierto muy posiblemente a otros debates (la remuneración de los servicios) y para el cual el PSOE pide contar con la participación de otras profesiones sanitarias y de las comunidades autónomas.

A ninguno de los senadores intervinientes se le pasó por alto comentar los beneficios de los servicios profesionales farmacéuticos en términos de adherencia. No obstante, también éste fue el único punto de disensión en el debate de la moción. El motivo: la propuesta de Podemos de enmendar el texto original para instar al Ministerio de Sanidad a llevar a cabo un estudio y evaluar el impacto sobre la salud de la falta de adherencia a los tratamientos vinculada al copago farmacéutico por renta.

El PP no niega que exista un abandono de tratamientos, pero en línea con el Estudio Nacional de Adherencia publicado por el OAT en mayo insiste en que no se debe principalmente a motivos económicos, sino a otros: complejidad de aplicación, poca información disponible, no retirada de medicamentos por el paciente, aparición de efectos adversos, desconfianza en el tratamiento, equivocación en las dosis, pensar que se está curado.

La enmienda de Podemos fue rechazada, pero eso no significa que la adherencia vinculada al copago por renta vaya a estar ausente de la ponencia de estudio. El PSOE aseguró que se abordará en base a datos concretos con las personas y organizaciones que puedan ser citadas en la ponencia de estudio. “Con que hubiera una sola persona que no pudiera acceder a su tratamiento por razones económicas tendríamos un serio problema que resolver”, aseguró su portavoz de Sanidad, José Martínez Olmos.