PP y PSOE insisten en la importancia de los protocolos para poner de acuerdo a todas las profesiones sanitarias

¿Estrategia nacional de adherencia?

Laura Chivato

La política sanitaria también tuvo un espacio dentro de las VII Jornadas de Adherencia al Tratamiento, celebradas el 14 de noviembre, con la participación de Antonio Alarcó, portavoz de Sanidad del Senado del PP, y José Martínez Olmos, portavoz de Sanidad en el Senado del PSOE. Tanto Alarcó como Martínez Olmos coincidieron en un aspecto que se repitió durante todas las jornadas, y es el necesario trabajo multidisciplinar a la hora de abordar las enfermedades crónicas y ayudar a mejorar los alarmantes resultados en adherencia.

Para Martínez Olmos, la multidisciplinariedad tiene que plantearse, desde el punto de vista político y pragmático, “con tiempo y con prudencia”, teniendo en cuenta que existe un elemento esencial a la hora de abordar este asunto: los protocolos. Estos ponen de acuerdo a los profesionales sanitarios de cuáles son los procedimientos de quién tiene que intervenir y, según Martínez Olmos, “hay unos que se pueden usar y otros que se deben crear.” Para el portavoz de Sanidad en el Senado del PSOE esto es fundamental, ya que existe la creencia general de que los distintos agentes implicados en la patología crónica tienen que hablar, pero hay que hacerlo de manera organizada, porque es cierto que cuando se detecta un problema hay que comunicarlo, pero ¿a quién?

Estos ponen de acuerdo a los profesionales sanitarios de cuáles son los procedimientos de quién tiene que intervenir y, según Martínez Olmos, “hay unos que se pueden usar y otros que se deben crear”

“No es discutible que hay que comunicárselo al médico responsable del paciente, pero requiere una organización. No es lo mismo en un hospital, donde puede ser el farmacéutico o el enfermero quien detecte ese problema y rápidamente lo comunique y se tome una decisión, que hacerlo en Atención Primaria, donde muchas veces los profesionales están dispersos en diferentes centros. El pragmatismo sería ver cómo organizar eso”, recalcó Martínez Olmos.

Otro ejemplo claro del senador fue aquel en el que el farmacéutico en la Oficina de Farmacia recibe a un paciente y comprueba que está tomando una medicación duplicada. En esta línea, éste tiene la obligación de comunicarlo al médico general y el médico general tiene la obligación de decidir qué hacer con ese paciente.

“Si lo organizamos de una manera racional, que respeta la calidad asistencial, la evidencia científica y los protocolos, el camino es uno. Lo que no puede ser es no hacer nada, señaló Martínez Olmos.

Con él coincidía Alarcó, quien consideró que es necesario contar con protocolos consensuados por una organización de profesionales competentes. El portavoz de Sanidad en el Senado del PP hizo también alusión al tiempo que se empleaba en consulta para atender las necesidades de los pacientes: “en cuanto al tiempo dedicado, no es lo mismo ver a un enfermo posoperatorio de apendicitis que a una persona mayor que tiene Alzheimer, es decir, un crónico de edad avanzada. Por lo que no es un problema de tener mucho tiempo, si no de aprovecharlo y ser eficaz”.

“Es necesario contar con protocolos consensuados por una organización de profesionales competentes”

Además, este experto al ser preguntado por la necesidad de una estrategia nacional en adherencia no tanteó. “Sin duda es necesaria esta estrategia. En nuestro país la sanidad es un derecho, no tiene comunidades autónomas, es una independientemente de dónde vivas”, sostuvo Alarcó. Esto es necesario también porque este senador entiende que, aunque en España exista una sanidad de éxito, la sostenibilidad es un problema clave a abordar, “porque tenemos que tener una cartera de servicios pactadas -y estamos en ello- para tener la calidad y la equidad garantizada”.

“Tendría que haber un planning europeo de adherencia al tratamiento, porque la frontera en la ciencia no existe, y cuanto más hagamos en esto, mejor. Hay que hacer un plan concreto, hay que practicar medicina de la evidencia, que es lo único que deben practicar los profesionales de la Sanidad e integrarnos todas las profesiones sanitarias a través de protocolos para saber qué tiene que hacer cada uno”, propuso Alarcó.

Interterritorial y privada

En los programas políticos, tal y como explicó Martínez Olmos, la adherencia al tratamiento se aborda bajo el nombre de ‘uso racional del medicamento’. Sin embargo, la complejidad de este asunto hace necesario rediseñar las estrategias establecidas hasta el momento.

Se podría pensar incluso que este ‘rediseño’ implica incluir la adherencia a los tratamientos en el Consejo Interterritorial, una cuestión por la que el senador del PSOE fue preguntado. Martínez Olmos destacó que, aunque este tema no está en la orden del pleno del Interterritorial, sí se lleva años abordando en la Comisión de Farmacia, formada por los directores generales de Farmacia de las CCAA y la directora de Farmacia del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. “Tiene una tradición importante de trabajo en cuanto a políticas de uso racional del medicamento. Ahí es el espacio donde tiene que trabajarse, con la colaboración de sociedades científicas y organizaciones de pacientes, para tratar de renovar el planteamiento del uso racional hacia este aspecto de la adherencia y que así haya debate en el interterritorial”, resaltó.

“Es el espacio donde tiene que trabajarse, con la colaboración de sociedades científicas y organizaciones de pacientes”

Por otro lado, ambos senadores dejaron claro que la sanidad privada tiene que complementarse con la pública. Por su parte, Alarcó resaltó que solo cree en una sanidad, la buena. “Tenemos que intentar olvidarnos de la individualidad e introducir a todos en el sistema”, comentó.

En la misma línea intervino Martínez Olmos: “el sector privado debe ser complementario, con transparencia y medición de resultados. Ese es el papel, se puede ser más eficaz en cuanto a la asistencia del Sistema Nacional de Salud si hay un planteamiento estratégico”.