La otra cara de la mala adherencia: resistencias antimicrobianas

En España se contabilizan alrededor de 3.000 muertes anuales atribuibles a infecciones por bacterias resistentes

Laura Chivato Isabel

Cuando se habla de adherencia al tratamiento, casi siempre se mencionan los datos relacionados con las enfermedades crónicas porque, cierto es, que se trata de un aspecto fundamental para el control de estas. Sin embargo, este comportamiento por parte de los pacientes es también clave durante los procesos relacionados con las infecciones, en los que los antibióticos juegan un papel fundamental. En este sentido, si estos últimos no se utilizan de manera adecuada pueden desarrollarse las denominadas resistencias antimicrobianas (RAM), un grave problema de salud pública que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), será la principal causa de muerte en el año 2050.

Un claro ejemplo son las neumonías, durante las cuales, y según la doctora Pilar de Lucas, vocal del Comité Científico del Grupo OAT, hay que vigilar “mucho” la adherencia, ya que los pacientes con este tipo de infección son enfermos que habitualmente no ingresan en el hospital. Por ello, estos deben conocer la importancia de seguir el tratamiento “a rajatabla” y, sobre todo, el régimen terapéutico basado en antibióticos. De Lucas lamenta que precisamente una de las razones de las resistencias, un problema “enorme” en España, es la inadecuada adherencia.

El doctor Jordi Vila, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y Jefe de Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Clinic de Barcelona, coincide con esta experta en que el incremento de las resistencias antimicrobianas es “preocupante”, y más teniendo en cuenta que los antibióticos efectivos “son cruciales” para la medicina moderna: “Si no disponemos de antibióticos eficaces para tratar y prevenir las infecciones, los trasplantes de órganos, la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas se volverán más peligrosas”.

“El incremento de las resistencias antimicrobianas es “preocupante”, y más teniendo en cuenta que los antibióticos efectivos “son cruciales” para la medicina moderna”

Entre las causas principales que provocan el desarrollo de resistencias se encuentra el hecho de que el paciente sienta mejoría y, por tanto, abandone el antibiótico antes de tiempo, según el doctor Santiago Moreno, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid) Este especialista comenta que la persona puede verse animada por la buena evolución de su enfermedad y tomar menos dosis o interrumpir precozmente la medicación, unos comportamientos a las que el doctor Vila, por su parte, añade el hecho de que se usen estos medicamentos sin la receta de un médico o la utilización de antibióticos sobrantes para tratar infecciones por virus como la gripe o el resfriado.

Alrededor de 3.000 muertes anuales

Todo ello ha motivado que en España se contabilicen alrededor de 3.000 muertes anuales atribuibles a infecciones por bacterias resistentes, según las cifras del Registro del Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD).

Y es que, a pesar de que en los últimos años se ha registrado una bajada del 7,2 por ciento en el consumo total de antibióticos, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), España sigue entre los países europeos donde más se consumen. En este sentido, los resultados del último Eurobarómetro de la Comisión Europea sobre los conocimientos de los ciudadanos acerca de los antibióticos muestran que el 42 por ciento de los españoles confirma haber tomado antibióticos en los últimos doce meses, cuatro puntos porcentuales menos del 2016 al 2018, pero por encima de la media europea (32%).

No obstante, de esta encuesta también se desprende que el 36 por ciento de los españoles piensa que los antibióticos curan el resfriado (equivocadamente), también por encima de la media europea (28%); y, además, el 5 por ciento de los encuestados de nuestro país reconocía automedicarse con antibióticos.

El 36 por ciento de los españoles piensa que los antibióticos curan el resfriado (equivocadamente)

Otro estudio, el ‘Segundo Registro Nacional de Pacientes con Infecciones por Bacterias Multirresistentes (BMR)’ llevado a cabo por SEIMC en diferentes hospitales españoles en la semana del 4 al 10 de marzo de 2019, evidenciaba que, durante el año 2019, 221.958 pacientes sufrirán una infección por bacterias multirresistentes (BMR) en nuestro país y, de ellos, 26.271 morirían en los 30 días siguientes al diagnóstico.

Esto por parte de los pacientes, pero por el lado de los profesionales sanitarios, el 89 por ciento de estos conoce la conexión entre la prescripción, la dispensación o la administración de antibióticos y la diseminación de resistencia, según la encuesta online realizada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés) a 18.365 profesionales sanitarios de toda la Unión Europea. Frente a este dato se encuentra el hecho de que el miedo a las complicaciones en el paciente es el factor principal para que prescriban antibióticos en situaciones en las que habrían preferido no hacerlo; además, el 43 por ciento aseguraba que esta preocupación afectó a sus prescripciones al menos una vez en la última semana. Sin embargo, más del 75 por ciento de los encuestados confirmaba tener “fácil acceso” a guías para el manejo de las infecciones.

‘Los antibióticos NO valen para todo’

Precisamente para la sensibilización sobre la importancia del uso prudente de estos medicamentos, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (MSCBS) ha lanzado la campaña ‘Los antibióticos NO valen para todo’, desarrollada en el marco del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). El objetivo consiste en concienciar sobre el riesgo que supone para la salud de todos el uso excesivo e indebido de los antibióticos.

Esta campaña, impulsada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), se basa en la difusión de un anuncio de televisión que se emitirá hasta el 24 de noviembre, haciéndolo coincidir el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, que se celebra cada 18 de noviembre, y la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos (18-24 de noviembre).

 

Por su parte, y también bajo el marco de la semana mundial, la SEIMC ha difundido un decálogo de recomendaciones para ayudar a combatir la resistencia antimicrobiana en España:

  1. Convertir el uso adecuado de los antibióticos en la medicina, en la ganadería y en la agricultura, en un es­tándar de calidad prioritario.
  2. Hacer obligatorios los Programas de Optimización de Uso de Antibióticos (PROA) como programas de ca­lidad asistencial basados en la formación en los hospitales y en atención primaria, y dotarlos de los medios necesarios.
  3. Dotar con los recursos necesarios a los Servicios/Laboratorios de Microbiología para la detección de las resistencias bacterianas, creando pruebas de diagnóstico rápido y estudios de sensibilidad.
  4. Disponer de información en tiempo real de los indicadores clave en consumo de antibióticos, resistencias bacterianas y en sus consecuencias clínicas.
  5. Impulsar los programas multidisciplinares de vigilancia, prevención y control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria junto a los de uso apropiado de los antimicrobianos, a semejanza del Programa PIRASOA de Andalucía y de programas similares en Cataluña.
  6. Crear la especialidad de enfermedades infecciosas y mantener la formación actual de los microbiólogos.
  7. Educar a los ciudadanos, desde la escuela a la universidad, en el buen uso de los antibióticos.
  8. Impulsar el desarrollo de nuevos antibióticos, participando en los ensayos clínicos y agilizando su incorpo­ración a la práctica clínica. Investigar con los antibióticos disponibles para mejorar su eficacia y seguridad.
  9. Investigar en otras medidas, no antibióticas, para la prevención, control y tratamiento de las infecciones por bacterias multirresistentes.
  10. Optimizar las tasas de vacunación, particularmente frente a la gripe, de los profesionales sanitarios y de los ciudadanos.