Estilos de vida saludables y enfermedades crónicas

La opinión de Andrés Zamorano Tapia, vicepresidente y portavoz del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT)

Las enfermedades crónicas son un problema muy importante de salud pública en todo el mundo. La OMS estima que en 2030 la proporción total mundial de defunciones debidas a enfermedades crónicas llegará al 70 por ciento. El mayor incremento se producirá en África y el Mediterráneo Oriental.

La combinación de factores de un estilo de vida saludable –mantener un peso adecuado, no consumir alcohol, hacer ejercicio físico regularmente, seguir una dieta saludable y no fumar- está asociado a una reducción de hasta un 80 por ciento de riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Los profesionales sanitarios debemos desarrollar acciones para fomentar estos hábitos de vida entre la población.

La combinación de factores de un estilo de vida saludable está asociado a una reducción de hasta un 80 por ciento de riesgo de desarrollar enfermedades crónicas

Estas conductas modificables relacionadas con el estilo de vida tienen como resultado el desarrollo de enfermedades crónicas, especialmente enfermedades del corazón, cerebrovasculares, diabetes, obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y algunos tipos de cáncer.

La mayor parte de la población no es consciente de la relación entre la salud y el estilo de vida. Sólo una pequeña parte de los adultos sigue estas recomendaciones.

El estilo de vida es generalmente considerado un asunto personal. Sin embargo, los estilos de vida son prácticas sociales adoptadas por las personas que reflejan identidades personales, de grupo y socioeconómicas.

Tanto los profesionales de la salud como los medios de comunicación transmiten el mensaje de que para mantenerse sanos hay que adoptar comportamientos saludables. La actividad física, dejar de fumar, el consumo de alimentos con alto contenido en fibra, una dieta baja en grasas, el control del peso corporal, una vida sexual sana y aprender a gestionar el estrés reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y una mortalidad prematura.

DEJAR DE FUMAR

Según la OMS, el tabaquismo es la principal causa de enfermedad y muerte evitable, siendo un conocido factor de riesgo para el cáncer, las enfermedades respiratorias (EPOC), las enfermedades cardiovasculares, etc. Produce enfermedades a todas las personas expuestas y mata prematuramente a la mitad de sus consumidores.

Según la OMS, el tabaquismo es la principal causa de enfermedad y muerte evitable

Si bien la prevalencia del tabaquismo en la población adulta española ha disminuido (actualmente un 22.1 por ciento, según la última Encuesta Nacional de Salud, frente a un 32 por ciento a principios de siglo) todavía estamos por encima de la media europea.

Una de cada cinco personas que muere lo hacen por causas relacionadas con el consumo de tabaco y, según la OMS, en el 2020 se producirán en el mundo 10 millones de muertes relacionadas con el mismo y un 70 por ciento de esas muertes sucederán en los países en vías de desarrollo, ya que en los últimos años las tabacaleras han puesto su punto de mira en estos mercados. Por otro lado, un 50 por ciento de los fumadores mueren prematuramente (10-17 años más jóvenes que los no fumadores) En España, más de 50.000 personas fallecen cada año por causas derivadas del tabaquismo.

En España, más de 50.000 personas fallecen cada año por causas derivadas del tabaquismo.

Los efectos adversos del tabaco para la salud son ampliamente conocidos y sin embargo las personas continúan fumando. Pero ¿cuáles son las razones para que esto ocurra?

La nicotina es una sustancia muy adictiva, que provoca dependencia física y psicológica. Cuando un fumador deja de hacerlo aparece el llamado síndrome de abstinencia. Pero eso no lo explica todo porque, desde el punto de vista psicológico, el cigarrillo forma parte de las rutinas diarias del fumador y es un medio para manejar el estrés y las emociones negativas, por lo que dejarlo no es fácil.

Un enfoque integral de salud pública para controlar el tabaco incluye las siguientes medidas, recogidas en la reciente DECLARACIÓN DE MADRID 2018 POR LA SALUD Y PARA EL AVANCE DE LA REGULACIÓN DEL TABACO EN ESPAÑA, redactado en la ‘International Conference on Tobacco Control 2018 ENSP-CNPT’, celebrada en Madrid del 14 al 16 de junio de 2018.

  1. Equiparar al alza la fiscalidad de todos los productos del tabaco. Uno de los objetivos es disminuir la accesibilidad de los menores de edad.
  2. Exigir el cumplimiento de la legislación vigente sobre el consumo en los lugares públicos (terrazas).
  3. Prohibir fumar en cualquier tipo de vehículo.
  4. Ampliar los espacios sin humo.
  5. Introducir el empaquetado neutro.
  6. Realizar campañas efectivas (cada cigarrillo te hace daño).
  7. Equiparar la regulación sobre publicidad, promoción y patrocinio a todos los productos incluyendo los dispositivos utilizados para su consumo (IQOS).
  8. Eliminar la publicidad del tabaco y productos relacionados en los puntos de venta.
  9. Facilitar el acceso de la población fumadora a profesionales sanitarios entrenados en el abordaje del consumo de tabaco y en el tratamiento del tabaquismo.
  10. La mayoría de estas medidas pueden ser aplicadas sin apenas coste y algunas de ellas suponen una inversión altamente coste-efectiva cuando se comparan con otras medidas que nuestro sistema de salud ha adoptado y que considera irrenunciables.