Qué está ocurriendo en relación al pie diabético

Hasta un 85 por ciento de las amputaciones se pueden prevenir

Laura Chivato Isabel

El pie diabético es una de las complicaciones más habituales que pueden derivarse de un mal control de la diabetes, y tanto es así que afecta a más de 100.000 personas al año en España, según la Federación Española de Diabetes (FEDE). Sin embargo, no todos estos pacientes van a presentar problemas en los pies, aunque se estima que un 15 por ciento de ellos, en algún momento de su vida, desarrollarán una úlcera y, de estos, un 25 por ciento precisará algún tipo de amputación, tal y como explica el doctor Albert Pérez, del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), en el paper ‘Abordaje multidisciplinar. Organización de una Unidad de Pie Diabético’.

A pesar de todos estos datos, el abordaje del pie diabético en España sigue siendo insuficiente como recalcan diversos expertos entre los que se encuentra el doctor José Luis Lázaro, director clínico y jefe de la Unidad de Pie Diabético de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Este especialista afirma que, efectivamente, esta complicación no se maneja de la manera más correcta posible, pero ¿por qué?

“El abordaje es insuficiente -detalla el doctor Lázaro- porque no hay suficientes Unidades de Pie Diabético en España, porque no existe una concienciación adecuada de los profesionales sanitarios en general, porque las campañas de prevención son pocas, o a veces inexistentes, y porque no se ha incorporado al podólogo en los equipos de atención multidisciplinar en la Sanidad pública de forma universal”. 

Todo ello provoca que el paciente no esté concienciado y que 7 de cada 10 amputaciones de extremidades inferiores en España se deban a diabetes, según FEDE, a pesar de que hasta un 85 por ciento de estas se pueden prevenir “fácilmente mediante una buena atención sanitaria y cuidados personales basados en una buena información.

7 de cada 10 amputaciones de extremidades inferiores en España se deban a diabetes, a pesar de que hasta un 85 por ciento de estas se pueden prevenir “fácilmente”

Unidades de Pie Diabético (UPD)

Así, el doctor Pérez subraya en el paper mencionado anteriormente que “la mejor manera” de abordar las complicaciones que se desarrollan en los pies de las personas con diabetes es de forma multidisciplinar: “Son diferentes los estudios internacionales que ya han de­mostrado que, atendiendo a estos pacientes en equipo, el número de amputaciones es mucho menor (disminuyen de media entre un 50 y un 70 por ciento)”.

Precisamente, el principal objetivo de las Unidades de Pie Diabético (UPD) es disminuir el número de amputaciones, además de reducir el número de ingresos por urgencias y el tiempo de hospitaliza­ción, mejorar la calidad de vida de estos pacientes y reducir la espera para exploraciones (a ser po­sible condensadas el mismo día) y tratamientos. “Pero también es importante la reducción del gasto sanitario. La educación extensa del paciente, la evaluación temprana y el tratamiento agresivo por un equipo multidisciplinar representan el mejor enfoque para tratar a los pacientes de alto riesgo con diabetes. Los resultados clínicos y económicos demuestran reducción en el número de amputacio­nes, duración de la estancia y de los costes”, señala el doctor Pérez.

“La educación extensa del paciente, la evaluación temprana y el tratamiento agresivo por un equipo multidisciplinar representan el mejor enfoque para tratar a los pacientes de alto riesgo con diabetes”

En este sentido, este especialista enumera algunos de los beneficios obtenidos en la UPD del Hospital Universitario de Bell­vitge en sus dos primeros años de funcionamiento: reducción en el número de procedimientos quirúrgicos invalidantes, con un descenso de más del 15 por ciento de amputaciones; reducción del número de casos atendidos en urgencias en un 20 por ciento; tiempo de espera para la visita en la consulta menor de un mes en casi el 80 por ciento de los casos; y satisfacción de los pacientes con la atención y la coordinación del 98 por ciento.

Sin embargo, y teniendo en cuenta que esto podría ser extrapolable a todo el país, según una encuesta publicada en 2014 a nivel nacional para conocer cómo se atiende en España a las personas con diabetes y problemas en los pies, se demostraba que solo el 45 por ciento de los pacientes tiene atención especializada, aunque dicha atención solo es avanzada en el 26,5 por ciento de los casos (en centros terciarios de referencia o centros de excelencia) En cuanto a los equipos de las Unidades de Pie Diabético, estas estaban compuestas por alrededor de 6 profesionales de media por unidad, con predominio de endocrinología, cirugía vascu­lar y enfermería; solo el 58 por ciento contaba con cirujano vascular y podólogo; y el coordinador más habitual era del Servicio de Endocrinología.

Otra encuesta realizada en 2017 por la Sociedad Española de Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo (SEMCPT), y mencionada por el doctor Pérez en el paper, de los 66 centros que participaron, solo 25 de ellos (38%) contaban con una Unidad de Pie Diabético, confirmando que, efectivamente, no hay suficientes Unidades.

Concienciando a los pacientes… y a los profesionales

Otro de los puntos que motiva que el abordaje del pie diabético no sea el adecuado es la falta de concienciación de los propios profesionales sanitarios, como lamenta el doctor Lázaro.

En palabras de este experto, el problema viene dado porque es una complicación de una prevalencia importante, pero con una baja incidencia en Atención Primaria (AP), lo que produce una sensación de que estos casos son aislados y poco frecuentes: “Por otro lado, ciertas presentaciones tienden a banalizarse, a no darse importancia y esto retrasa el diagnóstico de complicaciones importantes y a menudo avoca al paciente a tratamientos drásticos como la amputación”.

El problema viene dado porque es una complicación de una prevalencia importante, pero con una baja incidencia en AP, lo que produce una sensación de que estos casos son aislados

“Además, -añade- no existe una especialidad a la que adscribir esta complicación y los profesionales sanitarios más concienciados no están incluidos en el Sistema Nacional de Salud (SNS), como son los podólogos.”

En esta línea, al ser preguntado sobre aquellas estrategias que podrían ayudar a minimizar esta situación, el doctor Lázaro apunta que, principalmente, se tiene que dimensionar el problema a nivel sanitario, aumentar la concienciación por parte, sobre todo, de lo profesionales de AP e incluir a los podólogos en el SNS para así mejorar la atención del paciente en un manejo multidisciplinar.

La clave está en la prevención

Pero si el propio profesional no está concienciado sobre la grave problemática que supone esta complicación, el paciente no será consciente de la importancia que tiene un buen control de la diabetes y, por tanto, seguir ciertas medidas basadas en la prevención.

Y es que, hay que tener en cuenta que, la causa principal relacionada con el pie diabético es la pérdida de sensibilidad del paciente en el pie, asociado a deformidades, callosidades o rigidez articular, lo que provoca que este no note el roce del zapato, un trozo de cristal en el suelo o una callosidad que profundiza y que, al no sentir dolor, acaba produciendo una herida. A esto se suma, en ocasiones, la reducción del aporte sanguíneo al pie, lo que agrava el problema, ya que reduce las probabilidades de cicatrización y aumenta el riesgo de amputación.

Por ello, es fundamental educar al paciente sobre cómo vigilar su pie, cuántas veces al año debe acudir a chequear su estado vascular o neurológico, a examinar su forma de caminar o la presencia de deformidades, entre otros, tal y como propone el doctor Lázaro.

“Es fundamental educar al paciente sobre cómo vigilar su pie, cuántas veces al año debe acudir a chequear su estado vascular o neurológico, a examinar su forma de caminar o la presencia de deformidades”

Así, el doctor Lázaro ofrece algunas claves para la prevención del pie diabético: “Lo primero, para tener un buen control metabólico de la enfermedad, se deben incorporar hábitos saludables: dieta y ejercicio y no fumar ni beber alcohol. Lo segundo se trata de revisar de forma periódicas los pies, al menos una vez al año, usar calzado adecuado, hidratar la piel de estos y acudir al podólogo para el cuidado y tratamiento de los pies de forma regular (una persona con diabetes debiera tener siempre un podólogo de cabecera)

Además, desde la Asociación Española de Enfermería Vascular y Heridas (AEEV) también han desarrollado una serie de consejos para promover el adecuado cuidado de los pies:

  • Inspeccionar diariamente el estado de los pies con el fin de buscar flictenas, erosiones, rasguños, heridas, ulceras, ampollas etc. Si es necesario utilizando un espejo.
  • Lavar diariamente los pies, secar cuidadosamente especialmente entre los dedos.
  • Use jabón o gel neutros.
  • Utilice agua templada, utilice un termómetro para comprobarlo (35-37º)
  • No tenga más de 5 minutos los pies dentro del agua ya que favorece la maceración en los dedos.
  • Utilice esponjas suaves para lavar todo el pie (sobre todo los dedos).
  • Seque bien el pie, sobre todo, entre los dedos.
  • Aplicar crema hidratante después del baño, pero no en los espacios interdigitales por el riesgo de maceración.
  • Usar calcetines de tejidos naturales como lana y algodón, sin costuras ni remiendos. Cámbiese todos los días de calcetines o de medias.
  • Inspeccionar los zapatos siempre antes de su uso buscando los posibles desperfectos u objetos extraños.
  • Usar calzado de buena calidad. El zapato es el que se debe adaptar al pie y nunca el pie al zapato. Comprar los zapatos a la hora del día que los tenga mas hinchados.
  • Usar zapatos adecuadamente adaptados (plantillas), evitar los zapatos puntiagudos y las sandalias. Acomodar el calzado nuevo poco a poco.
  • Limar las uñas de forma recta después de lavarse los pies. Evitar el enclavamiento de los laterales de las uñas.
  • Ir al podólogo con regularidad, sobre todo en casos de callosidades.
  • Ante cualquier herida o lesión por pequeña que sea consulte con su enfermera o médico sin perder tiempo.
  • Se aconseja que todo diabético este vacunado del tétanos.
  • Procurar caminar a diario.