“El mayor problema del tratamiento fotoprotector es que se aplica de forma incorrecta”

Dra. Alba Gonzalo Catalá, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y una de las autoras principales del Estudio Covid-Piel

Laura Chivato Isabel

La llegada del verano 2020 tiene una condición excepcional respecto a otros años y es que la piel no ha estado expuesta al sol durante la primavera en la medida deseada ya que, con la llegada del coronavirus COVID-19, se decretó el estado de alarma y, con ello, el confinamiento en los domicilios. Por ello, al ser mayor el riesgo de quemaduras solares, como recalca la doctora Alba Gonzalo Catalá, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), es clave administrarse el tratamiento fotoprotector (las cremas) de la mejor manera posible, un hecho sobre el que, según esta experta, todavía hace falta mucha más concienciación, ya que no se realiza de la manera adecuada.

Pregunta. ¿Cómo se vivió la llegada del coronavirus COVID-19 desde las consultas de Dermatología?

Respuesta. La llegada de la pandemia por SARS-CoV-2 ha supuesto un gran cambio en las consultas de Dermatología. Hemos tenido que posponer muchas citas, atender a los pacientes de forma telefónica o mediante teledermatología y, muchos de nosotros, tuvimos incluso que colaborar en la atención de los pacientes ingresados por COVID-19, puesto que no había suficientes médicos internistas y neumólogos para atenderlos.

P. El estudio multicéntrico COVID Piel, en el que ha participa la AEDV, clasificaba las manifestaciones cutáneas que se han observado durante estos meses en pacientes con COVID-19 o con sospecha de enfermedad. ¿Hay evidencia sobre cómo afectan estas manifestaciones posteriormente una vez curado el paciente?

R. En la gran mayoría de casos, las manifestaciones cutáneas que aparecen asociadas a la COVID-19 se resuelven a medida que los hacen el resto de síntomas, en pocas semanas. Excepcionalmente, en pacientes que presentan coagulopatía y vasculopatía asociada a la infección, pueden presentarse lesiones más graves que sí dejen secuelas; pero no es lo que sucede en la mayoría de pacientes.

“Las manifestaciones cutáneas que aparecen asociadas a la COVID-19 se resuelven a medida que los hacen el resto de síntomas, en pocas semanas”

P. ¿Considera que la COVID-19 afectará al abordaje de las enfermedades de la piel?

R. Como norma general y para la mayoría de enfermedades de la piel diría que no, pero ahora que sabemos que el SARS-CoV-2 puede afectar a la piel, deberemos tenerlo en mente dentro del diagnóstico diferencial de las enfermedades de la piel (como sucede con otras infecciones víricas).

P. Ya en relación a la exposición solar, tras haber pasado varias semanas sin poder salir de los domicilios a causa del confinamiento, ¿diría que la piel está preparada para esta temporada de verano?

R. Este año, la mayoría de la primavera la hemos pasado confinados, eso hace que no nos hayamos expuesto prácticamente al sol. De manera que, si ahora en verano nuestra piel se expone de golpe al sol y durante muchas horas (porque muchos de nosotros haremos vacaciones) el riesgo de quemaduras solares es mayor.

“Si ahora en verano nuestra piel se expone de golpe al sol y durante muchas horas, el riesgo de quemaduras solares es mayor”

P. ¿Y la sociedad es consciente de que este hecho es diferencial frente a otros años?

R. Creo que se ha intentado concienciar por las redes sociales, pero no creo que la mayoría de la población sea consciente.

P. ¿Cuáles son las principales consecuencias de una exposición no controlada?

R. De forma aguda, mayor facilidad a presentar quemaduras solares, de forma crónica predisposición al fotoenvejecimiento (aparición de más manchas y arrugas de lo que sería normal por la edad) y aparición de cáncer cutáneo.

P. Para protegernos de estas es clave el tratamiento fotoprotector. En esta línea, ¿cómo es la adherencia en este caso?

R. El mayor problema del fotoprotector es que se aplica de forma incorrecta. Debemos aplicarlo de forma abundante (por ej. un envase de 200 ml nos debería durar para 7 aplicaciones), en todas las zonas sin dejar áreas escondidas (orejas, cogote, dorso de pies, etc), reaplicarlo cada 2 horas, no usar el del año anterior (caducan una vez abiertos) y usarlo independientemente de si el día está nublado.

“El mayor problema del fotoprotector es que se aplica de forma incorrecta”

P. Con la llegada del verano siempre se suelen hacer campañas de concienciación desde diferentes organizaciones para que la sociedad se aplique las cremas protectoras pertinentes. ¿Cree que esto es suficiente o hay que ir un paso más allá?

R. Creo que debemos concienciar a la población todo el año, no solamente en verano, y desde la infancia para que ya desde niños se nos explique la necesidad de fotoprotegernos (crema solar, pero también uso de sombrero, sombrillas etc.). En otros países la población está mucho más concienciada.

P. ¿Qué se hace en este sentido desde la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV)?

R. La AEDV realiza muchas campañas de concienciación, participa en la campaña del Euromelanoma e informa a la población a través de las redes sociales y de la prensa generalista.

P. Desde su experiencia profesional, ¿qué recomendaciones lanzaría a la población a tener en cuenta este verano?

R. El principal consejo que daría es evitar los errores asociados al uso del fotoprotector, que son:

  • Aplicarlo solamente en la playa o la piscina. Es importante siempre que se salga al exterior, e independientemente de si tienes una piel resistente al sol ya que la mayoría de los signos del envejecimiento que aparecen con la edad se asocian a la radiación UV.
  • Escoger cualquier fotoprotector. Debes fijarte en que tenga un Factor de Protección Solar (FPS) mínimo de 30 (aconsejable 50+), que garantice protección presente a UVA (el símbolo UVA debe estar rodeado por un círculo), que sea estable e hipoalergénico.
  • No olvidar las zonas escondidas como el dorso de pies, el escote, las orejas o la nuca.
  • No ser tacaño con las cantidades. La mayoría de las personas aplica entre el 25 y el 50% de la cantidad necesaria para cumplir con el FPS que indica el envase.
  • No usarlo si se está bronceado o si hay nubes. La piel morena tiene menos tendencia a quemarse, pero sufre los mismos efectos de la radiación UV a largo término.
  • Usar el producto del año anterior. Debemos fijarnos en el tiempo de caducidad una vez abierto.
  • No tener en cuenta la importancia del resto de mecanismos de fotoprotección. Debemos usar también ropa protectora y beneficiarnos de las sombrillas y las sombras de los árboles.