Dr. José María Castellano, director científico de la Fundación de Investigación HM Hospitales
Laura Chivato Isabel
Todos los sistemas de salud del mundo han tenido que adaptarse a la llegada del coronavirus COVID-19 para intentar dar una respuesta lo más eficiente posible. Esto incluye también a la investigación, donde se han tenido que reinventar los tiempos para intentar dar con una vacuna eficaz, la cual todavía se sigue esperando, aunque algunos expertos auguran que estará disponible el próximo año. Todo ello ha dejado en evidencia la importancia que tiene la inversión, no solo en recursos humanos y materiales, sino también en investigación, un ámbito en el que España todavía tiene mucho margen de mejora. No obstante, para el doctor José María Castellano, director científico de la Fundación de Investigación HM Hospitales, aunque se destine una mayor partida a la labor investigadora, esta tiene que llevarse a cabo bajo unos principios clave de ética y rigor.
Pregunta. En líneas generales, ¿cómo es la situación actual en HM Hospitales en relación al coronavirus?
Respuesta. El Grupo HM Hospitales ha atendido a más de 27.000 personas por COVID-19 de los cuales 3.000 pacientes hospitalizados en estos meses así como unas 25.000 urgencias en los 17 hospitales del Grupo, que están repartidos entre Madrid, Galicia, Cataluña y Castilla León. En este momento tenemos alrededor de 40 pacientes ingresados y como todos los centros sanitarios hemos tenido que reajustar la operativa para continuar ofreciendo la misma calidad de excelencia con seguridad para todos nuestros pacientes.
P. Ya entrando en su labor como director científico de la Fundación de Investigación HM Hospitales, ¿qué resumen haría del trabajo realizado en el área de investigación desde su llegada a dicho cargo?
R. Mi llegada al cargo se lleva a cabo a finales de febrero de este año, así que puedes imaginarte que ha sido un auténtico bautizo de fuego. La situación ha sido dura y exigente para todos los que nos dedicamos a la medicina y a la investigación. Tengo que decir con orgullo que esta situación en el Grupo HM en particular, y soy consciente que en toda la profesión en general, ha sacado lo mejor de los grandísimos profesionales que formamos parte del sistema de salud. Han sido varios meses de trabajo incesante, que ha requerido adoptar una estrategia muy integral para tratar dos problemas en paralelo: por una parte, dar una respuesta clínica a un volumen de pacientes sin precedentes; y al mismo tiempo asumir desde el principio una actividad de investigación clínica para aprender diferentes aspectos de esta nueva enfermedad y poder así aportar soluciones eficaces y seguras. Si bien es cierto que estamos lejos de tener una respuesta definitiva contra esta nueva enfermedad, el esfuerzo desde la Fundación de Investigación HM Hospitales ha dado sus frutos: hemos participado en la mayoría de los grandes ensayos clínicos nacionales e internacionales probando nuevos tratamientos, y en base a nuestra experiencia en tratar a miles de pacientes hemos perfeccionado nuestros protocolos clínicos en pacientes COVID-19.
“El esfuerzo desde la Fundación de Investigación HM Hospitales ha dado sus frutos: hemos participado en la mayoría de los grandes ensayos clínicos nacionales e internacionales probando nuevos tratamientos”
P. De todas las iniciativas llevadas a cabo, ¿cuál destacaría?
R. Estoy especialmente orgulloso de la decisión del Grupo HM de compartir con toda la comunidad científica internacional los datos íntegros de los episodios de hospitalización de los 3.000 pacientes atendidos en nuestros centros, incluyendo variables clínicas, analíticas e incluso unas 800.000 imágenes de radiografías y TACs. La iniciativa, que hemos llamado Covid Data Save Lives, ha recibido más de 400 solicitudes de instituciones de unos 30 países. Estamos trabajando para, en base al análisis de esos datos mediante herramientas de inteligencia artificial, predecir a partir de la información de urgencias, qué pacientes tienen riesgo de sufrir una evolución tórpida e incluso estamos estudiando la capacidad del modelo de predecir días de hospitalización. En este momento existen varias líneas de trabajo: estamos colaborando con la Universidad MIT, la Universidad Politécnica de Madrid y diferentes instituciones académicas y empresas privadas que están aportando su conocimiento en el área de ingeniería computacional para, en base a estos datos, poder adelantarnos a la evolución clínica de la enfermedad. En base a esta base de datos, además, hemos recibido un proyecto H2020 participando en un consorcio Europeo de altísimo nivel.
P. Desde que comenzó la pandemia no cesan los esfuerzos por dar con una vacuna que ayude a frenar el contagio, ¿qué valoración haría en cuanto a todo ese impulso que se está dando en torno a dicha actividad? ¿Para cuando cree que podremos contar con una vacuna eficaz y segura?
R. Sin duda la llegada de la vacuna va a suponer el principio del control de la pandemia. En este aspecto, como es bien conocido por todos, se está trabajando desde diferentes grupos el desarrollo de una vacuna. Este ha sido un desarrollo sin precedentes, demostrando el potencial de la colaboración público-privada y que en los próximos meses empezaremos a ver diferentes generaciones de vacunas, que irán siendo cada vez más seguras y eficaces. El desarrollo científico tiene un tiempo que me consta se ha disminuido hasta su mínima expresión y por lo que tengo entendido el desarrollo industrial se ha ido preparando en paralelo para poder dar una respuesta global a la pandemia.
“Este ha sido un desarrollo sin precedentes, demostrando el potencial de la colaboración público-privada”
P. No son pocas las voces que abogaban por una apuesta firme por la I+D+i en España para así potenciar la labor investigadora. Desde su punto de vista, ¿cree que ha tenido que llegar la pandemia para darle un impulso a esta o todavía queda mucho por hacer?
R. La investigación clínica y la ciencia en general, si queremos que sean de cierto nivel de excelencia y de impacto para la sociedad, necesita inevitablemente recursos. Actualmente, España invierte algo más del 1,2 por ciento del PIB en I+D+i, frente al más del 2% de media de los países miembros de la UE. Sin duda la pandemia del COVID ha cogido a todos los países desprevenidos, pero sería interesante aprender la lección de que la ciencia de calidad necesita no sólo mayor inversión, sino además requiere previsión, estabilidad, ética y rigor.
P. Aunque la pandemia cope todos los titulares, los pacientes crónicos siguen necesitando atención y seguimiento de su patología, a pesar de que durante estos meses se ha hablado de una disminución de esta. ¿Cree que este hecho ha podido influir también en una disminución de la adherencia? Y si es así, ¿qué estrategias podrían llevarse a cabo para potenciar la adherencia entre dichos pacientes?
R. Es interesante que la pandemia, desde un punto de vista cardiovascular, ha impactado en la calidad de la salud desde mi punto de vista en varios frentes. Por un lado, existe una relación bien establecida a estas alturas entre enfermedad cardiovascular y COVID-19. Los pacientes con enfermedad previa o factores de riesgo cardiovascular son más susceptibles de enfermar y tienen más riesgo de sufrir una evolución tórpida de la misma. Incluso los tratamientos antivíricos tienen ciertos efectos potencialmente nocivos para el corazón. Además, la enfermedad afecta de forma importante al sistema cardiovascular: existe un estado procoagulante, inflamatorio que puede dar lugar a eventos tromboembólicos. Hemos visto aumentar la incidencia de infarto de miocardio en pacientes COVID, asi como daño miocárdico, miocarditis, insuficiencia cardiaca, arritmias… Pero existe un daño colateral que es aquel en el que los pacientes agudos y crónicos hayan retrasado o abandonado su cuidado por miedo a acudir a un centro hospitalario. En el caso del manejo de síndromes coronarios agudos, por ejemplo, se ha estudiado que los infartos durante los meses de marzo-mayo se redujeron a la mitad, y aquellos que acudían lo hacían con tiempos de evolución que no veíamos desde hace años. Pero lo mismo podemos decir del cuidado en el paciente crónico: no acudir a la farmacia a comprar medicamentos crónico para el control de las enfermedades, abandonar estilos de vida saludables por el confinamiento y las fases de desconfinamiento… todo esto sin duda tendrá un impacto en la salud que todavía no hemos podido medir. Por último, las enfermedades psicológicas derivadas de la pandemia, y también de la crisis económica derivada de ésta, van a tener un impacto significativo en la salud cardiovascular de nuestra sociedad.
“Existe un daño colateral que es aquel en el que los pacientes agudos y crónicos hayan retrasado o abandonado su cuidado por miedo a acudir a un centro hospitalario”
P. Todavía nos queda un tiempo en el que vamos a tener que convivir con el virus y en el que el Sistema Nacional de Salud va a tener que adaptarse, a través, por ejemplo y como señalan muchos expertos, del refuerzo de la Atención Primaria. En su opinión, ¿qué piensa que habría que potenciar de cara a estos meses en los que se esta viendo ya que están subiendo los casos?
R. Continuar haciendo pruebas, rastrear, identificar y aislar a los casos positivos. Por otro lado, estamos a punto de empezar a ver en las urgencias pacientes que compartiendo sintomatología pueden tener enfermedades por COVID-19, neumonías no COVID y procesos catarrales víricos. Sería de gran utilidad, por tanto, contar con sistemas de PCR ultrarrápidos que permitiera un triage eficaz de cada tipo de paciente para evitar contagios en centros sanitarios.
P. Ya por último y para terminar con un tema también de gran importancia como es la adherencia a los tratamientos, desde su posición como director científico de la Fundación HM Hospitales, ¿considera que sería de gran interés poder realizar un Programa de Adherencia en pacientes con patologías cardiovasculares? ¿Sería algo viable?
R. Parte de mi actividad investigadora está centrada en este tema: estoy involucrado en diferentes aspectos que esperamos puedan aportar soluciones dirigidas a mejorar la adherencia terapéutica, específicamente en pacientes en prevención secundaria cardiovascular. Desde la Unidad de Rehabilitación, por ejemplo, llevamos años realizando talleres formativos a pacientes incluyendo un taller de adherencia terapéutica. El Grupo HM ha participado activamente en varios estudios clínicos que investigan el papel de una polipíldora cardiovascular en prevención secundaria y, de hecho, hemos sido el primer grupo privado de España en incluirla en la farmacia hospitalaria para facilitar el cumplimiento terapéutico en nuestros pacientes crónicos. Por último, acabamos de recibir financiación junto a un grupo de colegas de la Universidad de Alicante para llevar a cabo un estudio que permita mejorar las herramientas para medir la falta de adherencia terapéutica en investigación clínica. Por lo tanto, si bien estamos inmersos en la pelea contra la pandemia del COVID, lo cierto es que no debemos ni podemos perder el foco en el manejo de las enfermedades crónicas que continúan siendo la primera causa de mortalidad en todo el mundo.