La opinión de Joaquín Estévez Lucas, Presidente de SEDISA y Fundación SEDISA
Que la gestión sanitaria es clave en la calidad y la eficiencia del sistema sanitario es innegable. Que la gestión sanitaria es clave en situaciones de crisis sanitarias, con contagio incontrolado, grupos de gran riesgo y escasez de recursos materiales de protección y con un porcentaje de profesionales sanitarios también contagiado es, más que innegable, incuestionable.
Los Directivos de la Salud deben liderar, en sus diferentes niveles y cargos directivos, equipos, procesos, trabajos, con la calidad y la eficiencia requeridas y con el paciente y el sistema sanitario presentes en todas las decisiones que se toman. En una crisis sanitaria, ese liderazgo, organización, coordinación y toma de decisiones deben ser más ágiles y eficientes que nunca, sobre todo en una crisis como la ocasionada por el COVID 19, sin precedentes, que cambia y evoluciona muy rápido.
“En una crisis sanitaria, ese liderazgo, organización, coordinación y toma de decisiones deben ser más ágiles y eficientes que nunca”
En estos momentos, términos como evaluación, gestión por procesos, interoperatividad, resultados en salud, gestión del talento, innovación, presupuestos, integración sociosanitaria o transformación digital, pasan a un segundo plano, pero en la formación y en la experiencia de los Directivos de la Salud están siempre presentes y aportan un gran valor ante las crisis y alarmas sanitarias e impulsan en todo momento -con crisis y en situaciones normales- tan necesario conocimiento y liderazgo. En consecuencia, igualmente, puede pasar a un segundo plano la profesionalización, tan necesaria para hacer frente a cualquier crisis.
Sin duda, las competencias técnicas y habilidades directivas componen una base fundamental para ello. En este caso, teniendo en cuenta la tan necesaria coordinación entre los diferentes equipos, departamentos y servicios de un hospital, tanto directivos y asistenciales, como entre los diversos equipos y niveles asistenciales y entre los asistenciales y no asistenciales. Todos son una orquesta enorme, repleta de liderazgo y talento individual que funciona con las notas musicales del compromiso, la responsabilidad y la profesionalidad, bajo la batuta del director gerente del hospital.
“Todos son una orquesta enorme, repleta de liderazgo y talento individual que funciona con las notas musicales del compromiso, la responsabilidad y la profesionalidad, bajo la batuta del director gerente del hospital”
También teniendo en cuenta que, cuando la organización que lideras o en la que trabajas deja de depender de la Comunidad Autónoma para pasar a depender del Gobierno Central, tu papel evoluciona a una situación, igual de complicada e importante, pero diferente.
Una vez pasado el momento en el que nos encontramos de la crisis actual, de contención o control, nos enfrentaremos en el futuro -espero que no dentro de mucho- a las etapas de recuperación y de aprendizaje. Y en ambas (aplicación de programas de reanudación de la actividad en las nuevas circunstancias y el examen de las lecciones aprendidas de las experiencias vividas) el papel de los directivos será imprescindible también.
Pero la gestión sanitaria, aún estando profesionalizada, no tiene forma de articularse sin profesionales sanitarios y no sanitarios, pues son el pilar de la infraestructura sanitaria que transmiten conocimiento, calidad y talento a la estructura, las notas de la partitura que escribe el sistema sanitario y que, en una crisis sanitaria hacen posible lo imposible.