También se presentaron los datos del Estudio Nacional de Adherencia al Tratamiento en Patologías Crónicas
Laura Chivato Isabel
Durante la VIII Jornada Científica de Adherencia al Tratamiento, organizada por el Grupo OAT el pasado 14 de noviembre en Madrid, la investigación tuvo su propio bloque de la mano de Ernesto Cortés, director del Consejo Asesor de la Cátedra de Adherencia y profesor titular del Dpto. de Farmacología, Pediatría y Química Orgánica de la U. Miguel Hernández-Alicante, y Encarna Fernández, vocal del Comité Científico del Grupo OAT y directora de Enfermería del Hospital Clínico San Carlos (Madrid) Respectivamente presentaron la publicación del Estudio Nacional de Adherencia al Tratamiento en Patologías Crónicas y el Análisis de la Adherencia desde la Visión de Enfermería, ambos realizados por el Grupo OAT. En relación a este último, de todos los datos que se pudieron extraer, Fernández recalcó el hecho de que el 86,4 por ciento de las enfermeras sí conoce el concepto teórico de ‘adherencia’.
Sin embargo, llama la atención que tan solo el 64,3 por ciento de estas realizaba un seguimiento al paciente. “Aquí tenemos un importante campo de mejora en el seguimiento que debemos hacer las enfermeras”, apuntó la directora de Enfermería del Clínico San Carlos.
Para los profesionales de Enfermería, las patologías en las que es más difícil conseguir una buena adherencia eran hipercolesterolemia (53,6%), depresión (45,9%) y osteoporosis (36,4%).
En cuanto a los factores que más inciden en la mala adherencia, las enfermeras participantes percibían que son aquellos relacionados con la comunicación enfermera-paciente y la ausencia de feedback para conocer que realmente este último haya entendido lo que le han transmitido. Concretamente, detectaban falta de atención por el paciente en un 18,64 por ciento y pobre información sobre las ventajas de la adherencia en un 17,84 por ciento.
Por otro lado, al ser preguntadas por el medio de control de la adherencia más utilizado destacaban aquellos que tenían que ver con la relación enfermera-paciente: pregunta directa al paciente en un 95 por ciento de los casos y pregunta directa al acompañante 74 por ciento. No obstante, según Fernández, esta no parece que sea la mejor manera de tener constancia de la adherencia porque el paciente “puede evitar decir la verdad por miedo o vergüenza”.
Además, el 64,3 por ciento de las enfermeras consideraba que las nuevas tecnologías sí juegan un papel importante en la adherencia, aunque la herramienta más útil en su opinión son los sistemas personalizados de dosificación en un 70 por ciento de los casos y la atención domiciliaria de profesionales sanitarios en un 59,4 por ciento.
“Ante todos estos datos -subrayó Fernández-, la formación, información y sensibilización es necesaria, no solo para los profesionales, sino también para los pacientes y los cuidadores; igualmente, el trabajo en equipo es el único modelo para mejorar la adherencia, pues todos somos necesarios para que el paciente sea adherente. Tampoco hay que olvidar la necesidad de cambiar el método de medir los resultados de los tratamientos (resultados en salud y valor), ya que hay que ir un paso más allá”.
“Es nuestra responsabilidad saber si hemos dado respuesta a la necesidad del paciente y cuánto nos ha costado esa respuesta -añadía- porque todos jugamos un papel a la hora de hacer sostenible el SNS. Por tanto, no hay que preguntarse cuánto prescribo o cuánto dispenso, sino qué resultados está teniendo para la salud de ese paciente si este es adherente”.
Estudio Nacional de Adherencia al Tratamiento
En la otra mitad del bloque fue el turno de Cortés para exponer algunos datos y conclusiones del Estudio Nacional de Adherencia al Tratamiento en Patologías Crónicas, realizado en 132 farmacias comunitarias de España, del que se extrae que el 51,6 por ciento de los pacientes crónicos son adherentes a los tratamientos.
“Se diseñó una encuesta que se estructuró en cinco grandes apartados: datos personales, enfermedades que padece y medicación que toma, cumplimiento, información sobre la enfermedad y estilos de vida y hábitos saludables”, apuntó el director del Consejo Asesor de la Cátedra de Adherencia.
De esta investigación se pueden evidenciar cuestiones de relevancia como que en pacientes con múltiples enfermedades y que toman múltiples medicamentos existe una asociación entre la no adherencia y la automedicación y un peor estilo de vida; o que consultar al paciente crónico que acude a la farmacia a través del cumplimiento autoinformado para evaluar su cumplimiento del tratamiento es un predictor de incumplimiento cuando estos pacientes reconocen tener dificultades para tomar sus medicamentos todos los días.
“Esto es así porque en el estudio -detalló Cortés-, cuando expresaban dificultad para tomar la medicación, se observó que era un factor muy importante de no adherencia, siendo hasta 5,18 veces más no adherente aquel que ya lo reconoce de entrada”.
En cuanto a la asociación entre la no adherencia y la automedicación y un peor estilo de vida mencionada, en el estudio se observó que automedicarse era un factor de riesgo cuando se toman medicinas que no se han prescrito; lo mismo ocurre con los hábitos saludables, demostrado en el estudio que, a mejor estilo de vida, mayor es la adherencia.
“A pesar de toda esta información -lamentó este experto-, no tenemos conocimiento total de cuál es el perfil del incumplidor para actuar sobre él, y esto va a ser una tarea difícil de conseguir. Podemos conocer factores, pero lo más que puede hacer todo el sistema es seguir concienciando a la población en relación a los beneficios de la adherencia al tratamiento”.