Doce entidades han elaborado un documento para poder trabajar en la dirección correcta
Laura Chivato Isabel
Todos los profesionales implicados en el manejo del paciente crónico desempeñan un papel fundamental. No obstante, de nada sirve trabajar en lo que se conoce como ‘compartimentos estancos’ sin estar todos ellos integrados en un equipo multidisciplinar, porque, entre otras cosas, se agrava la falta de adherencia a los tratamientos entre los pacientes. Esta situación también se da si se habla de los síntomas del tracto urinario inferior (STUI), un ámbito en el que todavía queda “mucho camino por recorrer”, tal y como apunta Javier Chantada, farmacéutico comunitario y vocal de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) en Galicia.
“El abordaje de la adherencia necesita una visión multidisciplinar y una estrategia conjunta en la que pacientes, agentes sanitarios, familia y cuidadores participen de forma estructurada y coordinada (…) Está demostrado que una adecuada coordinación entre todos los niveles asistenciales: atención primaria, especializada, enfermería y farmacia comunitaria va redundar en un tratamiento adecuado del paciente con STUI”, detalla Chantada.
“Está demostrado que una adecuada coordinación entre todos los niveles asistenciales va redundar en un tratamiento adecuado del paciente con STUI”
Entre las causas más frecuentes de los STUI se encuentran la hiperplasia benigna de próstata (HBP) en hombres y la vejiga hiperactiva (VH) en mujeres. Respectivamente, estas dos patologías presentan una adherencia del 30 y del 49,8 por ciento, según estudios recientes. Para el vocal de SEFAC Galicia, estos datos suponen en la vida del paciente una peor calidad, ineficacia en el tratamiento, falta de control de los STUI y un incremento en los costes socio-sanitarios.
Por su parte, Manuel Bernal, enfermero de la Unidad de Urodinámica y reeducación del suelo pélvico en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga) y tesorero de la Asociación Española de Enfermería en Urología (ENFURO), ofrece algunas claves de cómo la persona afectada por los STUI llega a esta situación:
“Las posibles razones para la falta de adherencia son la aparición de efectos secundarios, la falta de consciencia de la cronicidad del proceso y un beneficio clínico insuficiente, es decir, que la mejoría de los síntomas no es percibida por el paciente como relevante al no desaparecer por completo. Al mismo tiempo, factores dependientes del entorno familiar y social, la complejidad del tratamiento, junto con una relación/comunicación mejorable entre los profesionales sanitarios y los pacientes, son factores esenciales que repercuten en la adherencia terapéutica.
Este especialista sigue la línea de Chantada ya que comenta que, para superar estas barreras y conseguir que el paciente sea capaz de poner su salud en primer plano, es fundamental el trabajo multidisciplinar: “La colaboración entre los distintos profesionales implicados en el manejo de las pacientes con STUI es esencial y debe considerarse como un elemento integrador para mejorar la adherencia al tratamiento. Todos los profesionales deben estar correctamente formados y coordinados para establecer el tratamiento y el seguimiento terapéutico adecuado”.
“La colaboración entre los distintos profesionales implicados en el manejo de las pacientes con STUI es esencial y debe considerarse como un elemento integrador para mejorar la adherencia al tratamiento”
Criterios de derivación y manejo integral
Para poder trabajar en la dirección correcta, un grupo de doce entidades (AEU, ENFURO, SECA, SEFAC, SEGG, SEGO, SEMERGEN, semFYC, SEMG, SERMEG, SINUG y el Grupo OAT) han elaborado el documento ‘Criterios de derivación y manejo integral de los pacientes con STUI’, coordinado por el Grupo SANED y con el apoyo de Astellas Pharma. Precisamente, este trabajo conjunto es uno de los puntos fuertes del documento, ya que permite la inclusión de diferentes puntos de vista y características de cada agente sanitario, según el vocal de SEFAC Galicia, quien también es autor de un capítulo del documento.
Con él coincide Bernal, quien también es otro de los autores: “Tal y como se apunta desde la organización, el origen de este proyecto, siempre dúctil y dinámico, ha contado con la enorme fortaleza que supone el tremendo potencial y la proactividad de las personas implicadas en su desarrollo. En el instante en el que surgió la necesidad de crear un documento como ‘Criterios de derivación y manejo integral del paciente con STUI’, motor de todas las acciones que se han desarrollado con posterioridad, ya quedó patente la importancia de contar con profesionales que vivan intensamente los retos que plantea este proyecto y que entiendan el compromiso de trabajar desde la multidisciplinaridad y el consenso en relación a los STUI y su impacto sobre la calidad de vida de las personas”.
Organización y protocolización de las actuaciones
Ante el contexto en el que se encuentra el Sistema Nacional de Salud (SNS), como aumento de la cronicidad o una mayor presión asistencial, además de un demandado papel activo por parte de los pacientes, este documento aporta la organización y protocolización de las actuaciones que tienen que realizar los profesionales sanitarios ante un paciente con STUI, para que este cuente con mayor información, sea así más consciente y, por tanto, más adherente a sus tratamientos.
“Este documento aporta la organización y protocolización de las actuaciones que tienen que realizar los profesionales sanitarios ante un paciente con STUI”
En este sentido, Bernal explica que la motivación que llevó a ponerlo en marcha está centrada en informar al paciente acerca de la cronicidad de los síntomas y que su etiología es poco conocida, presentar las distintas opciones de tratamiento con distintos niveles de respuesta que busquen mejorar la calidad de vida, consultar sus expectativas, diferenciar eficacia y satisfacción, incidir en la importancia del seguimiento y basar el éxito del tratamiento en la corresponsabilidad.
Todo ello desde el punto de vista multidisciplinar, como recuerda Chantada, para así aportar las claves para una debida estandarización y coordinación en la que estén implicados todos los agentes sanitarios que intervienen en la atención del paciente con STUI. “En el caso de la farmacia comunitaria, supone una excelente oportunidad de desarrollar nuestra labor asistencial y colaborar con otros agentes sanitarios en calidad de expertos del medicamento, dentro de un marco multidisciplinar”, subraya este experto.
“Algo muy importante a recalcar -añade- es que este proyecto tiene continuidad en el tiempo y un ejemplo de ello son las reuniones regionales para dar a conocer el documento de consenso y la implicación de cada vez más agentes sanitarios”.
Herramientas para mejorar
Dentro del documento, hay un capítulo específico dedicado a la adherencia en el que se establecen una serie de herramientas para mejorar esta que son: la comunicación paciente-profesional sanitario, la incorporación de medidas basadas en los PRO (como el diario miccional o los cuestionarios de calidad de vida), formación en adherencia, sistemas de evaluación de la adherencia (como el test de Morisky-Green), la detección de no retirada de la medicación prescrita en receta electrónica y medidas correctoras y educación del paciente.
La mayoría de las expuestas son las que tanto Chantada como Bernal subrayan al ser preguntados sobre este asunto, aunque también coinciden en que todavía hay que mejorar su aplicación real.
“Tenemos trabajo por delante para incrementar el uso de estas herramientas y, en esta línea, los profesionales sanitarios debemos ser capaces de integrar e incorporar estrategias que optimicen y faciliten el uso de recursos/herramientas en nuestra práctica clínica diaria, con la finalidad de establecer un vínculo de educación terapéutica con el paciente, así como para emprender un abordaje multidisciplinar, coordinados y en colaboración para alcanzar un objetivo común, el de incrementar la efectividad y el cumplimiento terapéutico”, detalla Bernal.