La opinión de Fernando Ramos Gómez, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF)
El patrón epidemiológico que se observa en los últimos años nos advierte acerca de un futuro desalentador, pues el aumento de la esperanza de vida, las mejoras en salud pública y atención sanitaria, así como la adopción de determinados estilos de vida, han condicionado que, paradójicamente, vivamos más años en situación de enfermedad.
Prácticamente la mitad de la población española (alrededor de un 42 por ciento) padece al menos un proceso crónico, representando en nuestro país el 80 por ciento del gasto sanitario. Estas cifras aumentan si se tiene en cuenta el progresivo envejecimiento poblacional, alcanzando hasta el 70 por ciento de los mayores de 65 años, con una media de cuatro enfermedades crónicas por persona.
Los problemas de salud crónicos son, al mismo tiempo, causa y consecuencia de dificultades socioeconómicas, por lo que mejorar el estado de salud de la población en su conjunto, disminuyendo las desigualdades, tiene repercusiones positivas para el desarrollo y el bienestar de toda la sociedad.
“Mejorar el estado de salud de la población en su conjunto, disminuyendo las desigualdades, tiene repercusiones positivas para el desarrollo y el bienestar de toda la sociedad”
Sin embargo, la actual respuesta del sistema sociosanitario a las necesidades del paciente crónico no es eficiente, con un modelo sanitario reactivo, poco ágil y en el que la atención está fragmentada. En la actualidad, el modelo de atención se centra en atender los episodios agudos de los pacientes crónicos, destinando sin embargo pocos recursos a la prevención de riesgos y a la promoción de hábitos saludables. Además, los circuitos no son ágiles, no hay una buena coordinación a nivel vertical (entre los dos niveles asistenciales de Atención Primaria y Especializada), ni horizontal (entre los equipos sanitarios y sociales), lo que provoca una atención poco cohesionada y no centrada en el conjunto de necesidades del paciente, tanto sanitarias como sociales.
Es por ello que la intervención de los diferentes profesionales de forma coordinada e integradora resulta fundamental en el tratamiento de las personas que padecen alguna condición patológica crónica, especialmente cuando estas presentan un carácter limitante.
“La intervención de los diferentes profesionales de forma coordinada e integradora resulta fundamental en el tratamiento de las personas que padecen alguna condición patológica crónica”
La forma en la que se coordinan las intervenciones de las diferentes áreas favorece la necesaria continuidad asistencial, evitando demoras innecesarias o intervenciones que carecen de efectividad clínica. Además, el trabajo coordinado de los diferentes profesionales fomenta la adherencia a los tratamientos del paciente crónico, aspecto de vital relevancia en su evolución.
En un momento socioeconómico donde los recursos son cada vez más limitados, resulta imprescindible implementar estrategias de intervención coordinadas entre los diferentes profesionales para atender de forma precoz la repercusión de las diferentes enfermedades, lo que permitirá reducir la ingesta de medicamentos o las tasas de reingreso hospitalario, repercutiendo positivamente en la calidad de vida de los enfermos y en una mayor sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.
El papel del fisioterapeuta
El ejercicio de la profesión de fisioterapeuta guarda una estrecha relación con el tratamiento de las patologías de carácter crónico.
La evidencia científica avala los beneficios de una adecuada implementación de protocolos de Fisioterapia en atención al paciente crónico y/o dependiente, tanto por su coste-efectividad como por su alta adherencia a los tratamientos, superior incluso a las habituales pautas farmacológicas.
En la gestión de la cronicidad y la dependencia, los objetivos generales de la Fisioterapia pasan por disminuir la prevalencia de sus consecuencias sobre la salud y reducir la mortalidad prematura, para lo cual es necesario reducir el deterioro funcional y las complicaciones asociadas, mejorando con ello la calidad de vida de los afectados y de sus cuidadores. Un proceso para el que es imprescindible una perspectiva multidisciplinar, de visión global, con estrategias sociosanitarias en las que la Fisioterapia es determinante.
La principal ventaja que aporta la Fisioterapia en este complejo proceso es mejorar la funcionalidad del paciente, hacerlo menos dependiente de las terapias farmacológicas y, en muchos casos, lograr reducir la tasa de reingreso, aspectos que resultan fundamentales a la hora de disminuir el elevado coste económico del actual procedimiento socioasistencial. Una ventaja que, sin embargo, no está siendo aprovechada por los gestores en los dos pilares que deberían caracterizar el sistema de protección social: los servicios públicos de salud y los de atención a la dependencia.
“La principal ventaja que aporta la Fisioterapia en este complejo proceso es mejorar la funcionalidad del paciente, hacerlo menos dependiente de las terapias farmacológicas y, en muchos casos, lograr reducir la tasa de reingreso”
El fisioterapeuta, como experto en movimiento humano, promueve actividades físicas saludables con importantes beneficios sobre las dimensiones física, mental y el bienestar social de la población. En este sentido, además de repercutir positivamente en la salud, el trabajo de los fisioterapeutas logra que las personas tengan una vida más activa, más segura y más participativa en la sociedad
Fisioterapia, cronicidad y envejecimiento
Se considera imprescindible que el Sistema Nacional de Salud adecue progresivamente los recursos humanos de Fisioterapia orientados a alcanzar unas ratios nacional e internacionalmente recomendadas de un fisioterapeuta por cada 1.500 habitantes en los servicios públicos. Invertir en fisioterapeutas supone disminuir la prevalencia de las condiciones de salud y limitaciones en la actividad de carácter crónico.
“Invertir en fisioterapeutas supone disminuir la prevalencia de las condiciones de salud y limitaciones en la actividad de carácter crónico”
Es necesario fomentar el papel de los fisioterapeutas en la valoración integral de personas con enfermedades crónicas que permitan determinar las necesidades de intervención y el diseño de estrategias de anticipación para minimizar la cronificación de los procesos.
Además, resulta imprescindible garantizar la presencia de fisioterapeutas, su desarrollo de competencias y autonomía profesional en los equipos de los distintos Servicios Hospitalarios y Centros de Salud, en los que su intervención es fundamental, lo que disminuye notablemente gastos y tiempos de respuesta.
Deben incluirse a los fisioterapeutas en los Equipos de Valoración a la Dependencia puesto que son profesionales con amplia formación de evaluación funcional y necesidades de adaptación de las viviendas que podrían de manera efectiva emitir resultados de valoración.
Crear, dotar y/ o aumentar equipos de Fisioterapia domiciliaria a personas dependientes para asistencia, educación, control y seguimiento de casos evitando así, en la medida de lo posible el desplazamiento a centros asistenciales. Poniendo especial interés en colectivos muy vulnerables como el síndrome de inmovilismo o los trastornos cognitivos.