La importancia de fomentar hábitos de vida saludables

Dra. Ana Zugasti. Foto cedida.

La opinión Ana Zugasti, especialista del grupo de Nutrición y vocal de comunicación de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo bienestar, físico, mental y social”. Es por eso por lo que más que de una vida sana es más correcto referirse a un estilo de vida saludable.

La OMS en la 9ª Conferencia Mundial de la Salud, que tuvo lugar en Shanghái (China) en 2016, tuvo por título ‘Promoción de la Salud en los ODS: Salud para todos y todos para la salud’. Las líneas de acción que se propusieron no sólo se ceñían a las actitudes individuales, sino que subrayaban la responsabilidad de las instituciones locales, nacionales y globales a la hora de desarrollar políticas que contribuyan a mejorar la salud de todos los ciudadanos. Los ámbitos de intervención se centraban en la importancia de favorecer una buena gobernanza, en el desarrollo de entornos saludables (especialmente en el ámbito urbano) y en educar a la población sobre salud, enfermedad y cuidado de uno mismo.

12 consejos de la OMS para gozar de una buena salud
12 consejos de la OMS para gozar de una buena salud

12 consejos de la OMS para gozar de una buena salud

  1. Seguir una dieta saludable
  2. Mantenerse físicamente activo, a diario y cada uno a su manera
  3. Vacunarse
  4. No consumir tabaco en ninguna de sus formas
  5. Evitar el consumo de alcohol o reducirlo
  6. Gestionar el estrés para una mejor salud física y mental
  7. Mantener una buena higiene
  8. No conducir a velocidad excesiva ni bajo los efectos del alcohol
  9. Abrocharse el cinturón de seguridad en el automóvil y ponerse casco al ir en bicicleta
  10. Mantener prácticas sexuales seguras
  11. Someterse a revisiones médicas periódicas
  12. Amamantar a los bebés, es lo mejor para ellos.

En lo que respecta al autocuidado, se puso además énfasis en la importancia de la dieta saludable y de la actividad física regular.

Alimentación saludable

Comer mal, sea por poco de algunos alimentos o por mucho de otros, está relacionado con 11 millones de muertes en el mundo al año, según un estudio publicado en The Lancet en abril de 2019. Esta cifra representa prácticamente una quinta parte de los 57 millones de fallecimientos que ocurren en el planeta anualmente, y es superior a las defunciones atribuidas al tabaco (7 millones, según la Organización Mundial de la Salud, OMS), el cáncer (8,2 millones), los infartos (5,5 millones) y la obesidad (2,8 millones). Estos 11 millones se distribuyen entre muertes por enfermedades cardiovasculares (10 millones), cánceres relacionados con la alimentación como los de colon (900.000) y diabetes (300.000). El trabajo se basa en la recogida de datos sobre la ingesta de 15 nutrientes en 195 países. En concreto se estableció que es mala una dieta baja en frutas, vegetales, legumbres, granos integrales, nueces y semillas, leche, fibra, calcio, ácidos grasos omega-3 de alimentos marinos, grasas poliinsaturadas o alta en carne roja, carne procesada, bebidas azucaradas, grasas trans y sodio.

“Comer mal, sea por poco de algunos alimentos o por mucho de otros, está relacionado con 11 millones de muertes en el mundo al año”

La propia OMS aconseja y destaca lo importante que es incluir diariamente proteínas, frutas, verduras, grasas saludables, etc. En este tema, su profesional en nutrición podrá ayudarle a llevar una alimentación de una forma segura y responsable.

Actividad física

La actividad física regular confiere distintos beneficios a la salud, entre otros, la prevención de enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión o la obesidad, a lo que se suman sus efectos importantes en la salud mental, emocional, calidad de sueño, prevención de caídas, fracturas y demás. La OMS recomienda para los adultos de 18 a 64 años, acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación de las dos. Además, dos veces o más por semana, se aconseja realizar actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares.

La promoción de la salud permite que las personas tengan un mayor control de su propia salud. Abarca una amplia gama de intervenciones sociales y ambientales destinadas a beneficiar y proteger la salud y la calidad de vida individuales mediante la prevención y solución de las causas primordiales de los problemas de salud, y no centrándose únicamente en el tratamiento y la curación. La promoción de la salud tiene tres componentes esenciales:

  1. Buena gobernanza sanitaria

Los gobiernos deben tener en cuenta a la hora de tomar decisiones las repercusiones sanitarias de las mismas. Y deben dar prioridad a políticas que eviten que las personas enfermen o se lesionen. En este aspecto, y en relación con la alimentación saludable, cabe destacar las últimas campañas llevadas a cabo por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), como actividad dentro de la ‘Estrategia NAOS’:

“Los gobiernos deben tener en cuenta a la hora de tomar decisiones las repercusiones sanitarias de las mismas”

  • Campaña publicitaria contra el azúcar (“Azúcar, te dejo”). Desde el punto de vista sanitario considero que el error es centrarse en un nutriente (el azúcar) en lugar de hacerlo en alimentos. Es cierto que existen datos de un consumo excesivo de azúcar y que este perjudica a la salud, pero el azúcar también está disponible en alimentos saludables. Este tipo de campañas es difícil que ayuden a hacer una compra saludable.
  • Subida de los impuestos de las bebidas azucaradas (de un 10 al 21%). En lo que respecta a los estudios sobre esta medida, de acuerdo con las últimas revisiones sistemáticas, suele ser efectiva y parece que puede ayudar a reducir en el consumo de bebidas azucaradas.
  • Implantación del sistema de etiquetado frontal (FOPL) Nutriscore. Este modelo de etiquetado puede facilitar al consumidor la interpretación de la información nutricional, pero considero que se debe acompañar de un mensaje complementario: prioriza productos frescos en tu cesta de la compra.
  1. Educación sanitaria

Las personas han de adquirir conocimientos, aptitudes e información que les permitan elegir opciones saludables, por ejemplo, con respecto a su alimentación y a los servicios de salud que necesitan. Esta educación, sobre alimentación saludable, se debería iniciar en la etapa escolar y formar parte de la materias obligatorias.

  1. Ciudades saludables

Las ciudades tienen un papel principal en la promoción de la buena salud. El liderazgo y el compromiso en el ámbito municipal son esenciales para una planificación urbana saludable y para poner en práctica medidas preventivas en las comunidades y en los centros de atención primaria. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, a través de su Grupo de Trabajo en Obesidad (GOSEEN) hace un llamamiento a todas las ciudades españolas a unirse al proyecto ‘Ciudades Saludables contra la Obesidad’, que considera indispensable la colaboración estrecha entre las autoridades locales, la comunidad científica, la sociedad civil y el sector privado de las ciudades españolas en el diseño de proyectos urbanos que promuevan tanto una alimentación saludable como una actividad física regular.

“La SEEN, a través de su Grupo de Trabajo en Obesidad, hace un llamamiento a todas las ciudades españolas a unirse al proyecto ‘Ciudades Saludables contra la Obesidad'”

Ante estos datos los profesionales sanitarios nos debemos implicar en la promoción de la salud:

  • Promoción de la salud a través de la educación a la ciudadanía: a través de programas estructurados dirigidos a colectivos más sensibles (clases sociales desfavorecidas, adultos mayores) y coordinados con Educación (para incluir información sobre alimentación saludable y ejercicio en educación infantil y primaria).
  • Prevención de la salud elaborando campañas de sobre alimentación saludable y actividad física (carteles e infografías en salas de espera de centros sanitarios, charlas grupales para pacientes y cuidadores).
  • Potenciando el concepto ‘Centros sanitarios saludables y activos’. Solicitando por un lado que los servicios de restauración hospitalaria y máquinas de vending ofrezcan productos saludables y disminuyan la oferta de productos ultraprocesados y por otro fomentando la actividad física de los pacientes y de los profesionales (menor uso de ascensores, promoción de uso de bicicleta / práctica de ejercicio físico regular, etc.).

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud (2017), el 17,4 por ciento de la población adulta española es obesa, el 37,1 por ciento tiene sobrepeso y, por tanto, el 54,5 por ciento de los adultos tiene exceso de peso. Asimismo, el 35,3 por ciento de la población entre 15 y 69 años no alcanza el nivel de actividad física saludable recomendado por la OMS. Dada la vinculación de sobrepeso / obesidad y actividad física creo que sería muy eficiente realizar campañas con enfoque común.

Un modelo muy conocido de políticas de salud basadas en la intervención y la modificación de conducta es la conocida escalera de Nuffield. En este modelo las campañas informativas son la base, pero tenemos datos de que la información apenas tiene efecto en el comportamiento y la posibilidad de elegir otras opciones más saludables tampoco. Es necesario incluir incentivos a la elección (descuentos por ejemplos) o penalizaciones (tasas) o reducir las opciones menos saludables/más sedentarias. Y si pensamos en el caso del tabaquismo, podemos comprobar que se ha llegado a las opciones más altas de la escalera (las más intrusivas), casi con el máximo de intervención (impuestos, prohibición en determinados lugares, etc.) que igual se tienen que plantear en un futuro para combatir el grave problema de exceso de peso y sedentarismo.

“Es necesario incluir incentivos a la elección (descuentos por ejemplos) o penalizaciones (tasas) o reducir las opciones menos saludables/más sedentarias”