“En los hospitales, la alimentación es una asignatura pendiente”

Ascensión Marcos, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD)

Laura Chivato Isabel

La alimentación es uno de los aspectos más importantes en la vida del ser humano y, sin embargo, parece que no se tiene demasiado en cuenta en diferentes ámbitos. Por un lado, los hospitales no ofrecen una nutrición adecuada para cada enfermo, adaptada a sus necesidades, como lamenta Ascensión Marcos; y por otro, la proliferación de Internet ha provocado que las redes estén llenas de mensajes falsos o bulos que hacen que la población se decante por opciones menos saludables y más perjudiciales para su salud. Para la presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), quien además es profesora de Investigación del CSIC en Madrid, contar con un equipo de nutricionistas y una buena educación nutricional es fundamental para mejorar la situación actual en relación a la alimentación.

Pregunta. ¿Cómo de importante es la nutrición en el abordaje del paciente crónico?

Respuesta. En este caso, el problema está en que el paciente crónico que suele tener una estancia hospitalaria prolongada por causa de una determinada patología, necesita una nutrición adecuada y concreta según la patología que sufre. Para conseguir que la evolución y el pronóstico sean adecuados, habrá que cuidar mucho la nutrición.

P. ¿Y esto cambia cuando se trata de una persona anciana?

R. La nutrición es fundamental tanto en la salud como en la patología. Es cierto que hay que cuidarla dependiendo de la edad, y por ello, cuando la persona se hace mayor hay que tener todavía más cuidado, ya que hay una gran incidencia de deshidratación y malnutrición en este grupo de población.

P. Sin embargo, según el Estudio PREDYCES, ¼ personas ingresadas en un hospital están desnutridas o en riesgo. ¿Por qué?

R. En los hospitales, la alimentación es una asignatura pendiente. De hecho, tanto a nivel de la sanidad pública como privada, y a pesar de la importancia que tiene la nutrición para la evolución y mejora del enfermo, se distribuyen alimentos que o no están bien cocinados o no son apetecibles. Si la estancia hospitalaria es corta, el problema es menor. Sin embargo, en muchas ocasiones las estancias se prolongan y ahí viene el riesgo de una situación de malnutrición.

“A pesar de la importancia que tiene la nutrición para la evolución y mejora del enfermo, se distribuyen alimentos que o no están bien cocinados o no son apetecibles”

¿Por qué? Por un asunto económico. Por un lado, en el caso de la sanidad pública, por la Administración; y por otro, al final la sanidad privada es un negocio y si no salen los números, hay que hacer recortes de algún sitio, a pesar de que tendría que haber calidad y cantidad alimentaria apropiada, dependiendo de la patología que padezca el paciente, pues no todo el mundo puede comer lo mismo. Creemos que en este sentido hay fallos importantes.

P. ¿Y cómo podría mejorar esta última situación?

R. Principalmente, con más inversión económica, porque estoy convencida de que profesionales buenos hay en todos los sitios.

No obstante, lo que no se pude hacer nunca, y esto es un fallo también, es facilitarle al paciente una dieta por escrito y no explicársela, es decir, decirle “que se busque la vida” para comer lo que se menciona en dicha dieta, y esto no son formas.

Aquí se falla también porque quizá no hay un equipo de nutricionistas detrás o de profesionales de la salud que sepan nutrición. No cualquiera es capaz de poder dar un mensaje y mucho menos unas pautas buenas de nutrición.

“No cualquiera es capaz de poder dar un mensaje y mucho menos unas pautas buenas de nutrición”

P. Para que la población o el paciente en concreto cambie de conducta y se empiece a considerar “más activo” (en este caso que siga una dieta adecuada), el profesional sanitario tiene que servirle de apoyo. Pero, en línea con su respuesta anterior, ¿este último está concienciado sobre la importancia de una buena nutrición?

R. Unos sí y otros no. Es muy fácil decirle al paciente, por ejemplo, que tome 500 calorías de fruta y verdura, pero hay que respetar al paciente explicándole qué tiene que tomar, cuáles son sus gustos y aversiones, o si tiene intolerancias o alergias alimentarias… Afortunadamente, tenemos la dieta mediterránea, pero tampoco se sigue de forma habitual. Creo que lo mínimo es dar ideas al paciente, hacerle una especie de “recetario”, y esto lo tiene que llevar a cabo un grupo de nutricionistas. En otros países se trabaja de esta manera y funciona muy bien, pero el problema en España es, como he mencionado antes, la parte económica, tanto a nivel privado como público. Y esto es muy importante porque los gastos que se generan a partir de los ingresos hospitalarios que hay hoy en día bajarían considerablemente.

Otro aspecto importante es la hidratación, y es algo que tampoco se tiene tanto en cuenta. No todo el mundo va a estar con una nutrición enteral o parenteral, hay gente que tiene que comer normal, y yo veo unos errores importantes.

También que no todos los profesionales tienen nociones y conocimiento de pautas de alimentación para una patología determinada, y por ello, habría que contar con grupos de nutricionistas o con grupos de expertos que hayan trabajado en nutrición.

P. Por lo tanto, ¿es importante el papel del nutricionista en un equipo multidiciplinar a la hora de abordar al paciente crónico?

R. Por supuesto. Sin embargo, no solo sería necesario un nutricionista, sino un equipo de nutricionistas, aunque si se empieza incluyendo a uno es una forma de avanzar y no estaría mal.

P. Por otro lado, España es el 2º país con más casos de obesidad de la Unión Europea, según un estudio publicado en The Lancet. Esta tendencia a no seguir ciertos hábitos saludables, ¿ha sido siempre así?

R. En cuanto a la obesidad, en efecto, a pesar de contar con la dieta mediterránea como la opción de excelencia, hoy en día se ha perdido un estilo de vida saludable y ha sido en parte por la globalización, ya que nuestra dieta muchas veces está mirando más hacia EEUU.

Los especialistas en nutrición no hacen más que fomentar la dieta mediterránea, pero a veces es cara o se piensa que es más cara porque hay alimentos que hay que comer a diario (como la fruta) que a veces tienen un precio excesivo. Pero con la fruta, por ejemplo, si queremos ahorrar, lo que se puede hacer es elegirla en función de la estacionalidad. Es decir, que hoy en día no se sigue un estilo de vida saludable en parte debido a que los alimentos que hay que consumir con mayor frecuencia alcanzan precios excesivos, y porque la población prefiere alimentarse con productos más baratos y más saciantes, pero de mucha menor calidad, y por supuesto fuera de la dieta mediterránea.

Todo ello provoca también que haya ciertos alimentos que se tomen cada vez menos, en menor cantidad, por la falsa idea de que engordan, como el falso mito de que el plátano engorda. A veces la población tiene unas ideas que no son ciertas, y por ello, hay que educarla nutricionalmente, y más teniendo en cuenta la cantidad de mensajes e información sensacionalista que circula por las redes sociales.

Desde la FESNAD en colaboración con la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) se celebra anualmente (28 de mayo) el Día Nacional de la Nutrición, con el fin de mandar mensajes a la población sobre lo que es una alimentación sana, en especial sobre aquellos alimentos que hay que consumir frecuentemente.

P. Y además de esta campaña, ¿qué estrategias o iniciativas podrían llevarse a cabo para ayudar a concienciar a la población sobre la importancia que tiene para la salud seguir una dieta adecuada y equilibrada?

R. En mi opinión, tanto la Administración como los medios de comunicación deberían contar con expertos en nutrición que lleven años trabajando en este ámbito, y que entre todos se transmitan mensajes correctos que la población reciba y puedan seguir pautas saludables.

“Tanto la Administración como los medios de comunicación deberían contar con expertos en nutrición que lleven años trabajando en este ámbito”

Hay que tener en cuenta que la ciencia es fundamental y los que estamos dedicados a ella tenemos las últimas claves y el conocimiento más novedoso de todo aquello que hay a nivel internacional, solo por eso creo que se nos debería hacer un poco más de caso.

P. En este sentido, y con toda la información que habita en Internet, los bulos o mitos sobre alimentación son unos de los más repetidos por la web y las redes sociales. ¿De qué manera podrían combatirse?

R. El grave problema es la desinformación que existe en los medios y que a veces es muy difícil bloquear, ya que, por desgracia, mucha gente se lucra enviando mensajes por las redes sobre lo que es conveniente comer o no, fallando en multitud de ocasiones sobre lo que es verdad y lo que no.

Por lo tanto, se necesita una educación nutricional, y esta podría empezar desde edades más tempranas, como por ejemplo en los colegios. El problema es que los padres también deberían recibir esta educación, pues si ellos no están igual de informados y concienciados sobre la importancia que tiene la alimentación, poco se puede hacer.

P. ¿Qué se hace en este sentido desde la Federación Española de Asociaciones de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), organización que preside?

R. En FESNAD todos los mensajes que damos lo hacemos desde la evidencia científica. No se puede hablar de ningún alimento o ingrediente si no hay literatura científica detrás y hay algunos “pseudoprofesionales”, a los que la ciencia les interesa poco y optan por el sensacionalismo, enviando mensajes distorsionados que están haciendo mucho daño a la población en general.

“No se puede hablar de ningún alimento o ingrediente si no hay literatura científica detrás”

Por todo ello, es necesario que tanto la FESNAD como los profesionales de la nutrición se alíen para conseguir enviar mensajes correctos, que no dañen la salud del individuo, basándose siempre en la evidencia científica.

En este sentido, estamos trabajando en una estrategia que consistirá en mensajes a modo de píldoras de forma clara, escueta y fácil para que poco a poco, que pueda recibir la población en general, y evitar que la gente haga tanto caso de los mensajes erróneos que circulan por las redes sociales. Sin embargo, durante el año seguimos dando mensajes en distintos foros y espacios, aunque no llegamos a todo lo que quisiéramos ni mucho menos porque hay mucho y malo en las redes.

P. ¿Y cómo ve la FESNAD el futuro de la alimentación en España?

R. Ahora mismo un poquito negro porque hay que combatir todo esto. La alimentación como tal podría ser muy buena, pero los mensajes y la desinformación que hay, en ocasiones, no son tan buenos y han provocado que se esté comiendo muy mal.

Si se hace el ejercicio de ir a la playa y observar, se puede ver la cantidad de obesidad que hay tanto en adultos como en niños, y esto ya es preocupante porque, por ejemplo, hace años la diabetes tipo 2 solo la padecían adultos y ahora también es cosa de niños. Por lo que, contra todo esto, es contra lo que hay que luchar.