Medidas de prevención de contagios en la actual pandemia

La opinión de Ismael Ortuño, responsable del Grupo de Investigación en Cuidados del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos y vocal del Comité Científico del Grupo OAT.

Mucho han cambiado las cosas desde que, en 1859, Florence Nightingale, fundadora de la enfermería moderna, afirmase en su libro “Notas sobre Enfermería: qué es y qué no es” que “[…] cada enfermera debe tener cuidado de lavarse las manos con mucha frecuencia durante el día. Si lava también su cara, tanto mejor. Para el lavado, jabón y agua suave […]”. Casi al tiempo, Ignaz Semmelweis, obstetra húngaro del siglo XIX, precediendo a los hallazgos de Pasteur y Lister, logró descubrir la naturaleza infecciosa de la fiebre puerperal, logrando controlar su aparición con una simple medida de antisepsia: el lavado de manos.

A día de hoy, esta maniobra considerada fundamental tiene, incluso, su propio Día Internacional del Lavado de Manos desde el año 2008, que se celebra el 15 de octubre para reforzar el movimiento a favor de mejorar las prácticas de higiene y concienciar a la población de que, un poco de agua y jabón (bien utilizado y en momentos clave), puede salvar muchas vidas.

Infografía: Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://www.who.int/gpsc/5may/tools/es/

Infografía: Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://www.who.int/gpsc/5may/tools/es/

La actual pandemia de CoVid-19 ha vuelto a poner de manifiesto la importancia de determinadas medidas para frenar el contagio de enfermedades, como son el propio lavado de manos, el uso de guantes y, menos habituales en nuestro medio, el uso de mascarilla o el confinamiento de la población.

La adherencia a dichas pautas se torna fundamental, pero lograr su adecuado cumplimiento no es sencillo, bien por falta de conocimiento, concienciación o incluso falta de acceso al material, tanto entre profesionales sanitarios como entre la población en general.

  1. Higiene de manos

Hasta ahora, la adherencia de la población sanitaria a un correcto lavado de manos, en los momentos en que este es preciso, se ha datado por la Organización Mundial de la Salud en entre un 22 por ciento y un 60 por ciento de todas las ocasiones en que este tenía que hacerse. Estos resultados se han relacionado con exceso de cargas de trabajo y falta de información al respecto, consiguiendo aumentar la adherencia a una correcta práctica a través de formación específica, instalación de dispensadores de desinfectante de alcohol y jabón sin contacto, medición y retroalimentación de resultados de higiene de manos, y recuerdo constante por medio de infografías y carteles1.

“La adherencia de la población sanitaria a un correcto lavado de manos, en los momentos en que este es preciso, se ha datado por la Organización Mundial de la Salud en entre un 22 por ciento y un 60 por ciento de todas las ocasiones en que este tenía que hacerse”

Por su parte, la mayoría de investigaciones sobre el cumplimiento de higiene de manos en entornos comunitarios indica que el cumplimiento es también deficiente, habiéndose propuesto intervenciones comunes y asequibles para mejorar la práctica y el cumplimiento mediante el uso de carteles visuales y señalización, cuya efectividad depende de numerosos factores, incluyendo su diseño, contenido, ubicación, duración de la ubicación y público objetivo2.

Dado que la higiene de manos es un tipo crítico de comportamiento de salud tanto en entornos comunitarios como en la atención sanitaria profesional, comprender los mecanismos subyacentes a una correcta adherencia es un tema capital para la prevención y el control de infecciones. Cada vez más, esto parece depender de la construcción de hábitos, cimentados en la información, conocimiento y la intención que automatice dicha higiene de manos3.

  1. Uso de guantes y mascarillas

Minimizar la transmisión de enfermedades respiratorias mediante el uso de mascarillas protectoras conduce a mejores resultados para la atención médica. Su utilización se ha relacionado a nivel global con disminución del absentismo laboral e, incluso, con la propia estabilidad económica. Siendo su uso por parte de los profesionales sanitarios una medida de protección personal importante y bien documentada, su manejo, en general durante la atención de rutina, a menudo es subóptimo y puede resultar en la adquisición de infección asociada a la atención4.

Por su parte, la adherencia al uso de guantes tampoco es todo lo recomendablemente deseable en los sanitarios, en general. Los guantes, a menudo, proporcionan una falta sensación de seguridad y son incorrectamente utilizados, tanto de cara al profesional como de cara al paciente atendido, sobre todo cuando la principal razón de mala utilización es la falta de cambio de guantes entre procedimientos con pacientes, lo que puede aumentar el riesgo de transmisión cruzada y la propia infección del sanitario. Además, aunque la evidencia no es del todo consistente, el uso de guantes podría influir en un cumplimiento deficiente de higiene de manos5.

Desde luego, es de esperar que la actual situación pandémica haya cambiado ya esta situación, y la única barrera para una adecuada adherencia a estos medios de protección sea la no disponibilidad de los mismos.

“Es de esperar que la actual situación pandémica haya cambiado ya esta situación, y la única barrera para una adecuada adherencia a estos medios de protección sea la no disponibilidad de los mismos”

  1. Confinamiento

El brote de la enfermedad por coronavirus de diciembre de 2019 ha visto a muchos países pedir a las personas que potencialmente han entrado en contacto con la infección, que se aíslen en su hogar o en centros de cuarentena, además de pedir a la población en general que permanezcan en sus hogares para disminuir la contagiosidad.

Entre los factores que afectan a su cumplimiento y consecuencias, se cuentan los efectos psicológicos negativos, incluidos síntomas de estrés postraumático, confusión o enojo. Además, se suman factores estresantes como alargamientos periódicos de la cuarentena, temor de infección, frustración, aburrimiento, suministros inadecuados, información inadecuada, pérdidas financieras o el propio estigma social, en algunos casos.

Para conseguir una adecuada adherencia a esta radical medida, algunos investigadores sugieren, independientemente de la obligación legal de mantener la cuarentena, proporcionar una justificación clara e información sobre los protocolos, y garantizar que se proporcionen suministros suficientes. Además, apelar al altruismo recordando a la población sobre los beneficios de la cuarentena para la sociedad en general puede ser favorable 6,7.17

“Algunos investigadores sugieren, independientemente de la obligación legal de mantener la cuarentena, proporcionar una justificación clara e información sobre los protocolos, y garantizar que se proporcionen suministros suficientes”

Estas medidas ya fueron suficientes y decisivas para controlar la epidemia de SARS en 2003.  Si estas medidas serán suficientes para controlar la actual pandemia por CoVid-19 depende de abordar adecuadamente su cumplimiento y adherencia, siendo imprescindible la evaluación sosegada de todas las pautas en un futuro, esperemos, próximo.

Empoderar a los ciudadanos es esencial para darles a conocer sus condiciones de salud y que puedan tomar decisiones de manera activa, lo que implica que las personas sean responsables de mantenerse saludables. Por lo tanto, proporcionar a la población conocimiento sobre pautas de prevención y control de infecciones, incluida información y justificación de las recomendaciones estándar es un medio para garantizar su papel activo y responsabilidad en la prevención de las mismas. Este cambio debe estar respaldado por una comprensión clara de los roles del ciudadano, los niveles potenciales de su participación en el control y prevención de infecciones y las estrategias para superar las barreras en la relación profesional-paciente que aumenten la adherencia a las recomendaciones del sanitario8.

  1. Seo HJ, Sohng KY, Chang SO, Chaung SK, Won JS, Choi MJ. Interventions to improve hand hygiene compliance in emergency departments: a systematic review. J Hosp Infect. 2019;102(4):394–406.
  2. Lawson A, Vaganay-Miller M. The Effectiveness of a Poster Intervention on Hand Hygiene Practice and Compliance When Using Public Restrooms in a University Setting. Int J Environ Res Public Health. 2019;16(24):5036.
  3. Diefenbacher S, Pfattheicher S, Keller J. On the Role of Habit in Self-Reported and Observed Hand Hygiene Behavior. Appl Psychol Health Well Being. 2020;12(1):125–143.
  4. Barratt R, Shaban RZ, Gilbert GL. Clinician perceptions of respiratory infection risk; a rationale for research into mask use in routine practice. Infect Dis Health. 2019;24(3):169–176.
  5. Picheansanthian W, Chotibang J. Glove utilization in the prevention of cross transmission: a systematic review. JBI Database System Rev Implement Rep. 2015;13(4):188–230.
  6. Brooks SK, Webster RK, Smith LE, et al. The psychological impact of quarantine and how to reduce it: rapid review of the evidence. Lancet. 2020;395(10227):912–920.
  7. Wilder-Smith A, Freedman DO. Isolation, quarantine, social distancing and community containment: pivotal role for old-style public health measures in the novel coronavirus (2019-nCoV) outbreak. J Travel Med. 2020;27(2):taaa020.
  8. Fernandes Agreli H, Murphy M, Creedon S, et al. Patient involvement in the implementation of infection prevention and control guidelines and associated interventions: a scoping review. BMJ Open. 2019;9(3):e025824.