Creando una red de cooperación transpirenaica para prevenir la dependencia

España, Francia y Andorra participan en el Proyecto Aptitude

Laura Chivato

La dependencia es uno de los asuntos que más preocupan cuando se hace referencia a las personas mayores, ya que muchas veces son estas mismas quienes no quieren estar al cuidado de otra persona. Sin embargo, no tiene porque darse por un hecho sobrevenido, sino que los propios mayores pueden llevar a cabo diferentes hábitos o estilos de vida que les hagan más autónomos o que al menos fomenten esta autonomía. En esta línea nace el Proyecto Aptitude (Actuar para la prevención transpirenaica de la dependencia en personas mayores), una iniciativa europea en la que participan profesionales de Navarra y Cataluña. Además de estos, también aportarán su experiencia Francia y Andorra.

El objetivo es poner en marcha una red de cooperación con la que, a través de acciones formativas, de sensibilización e implementación de evidencias científicas, se mejore la calidad de vida en la tercera edad. Todo ello buscando fomentar hábitos de vida saludable y optimizando situaciones de pérdida de funcionalidad y autonomía.

Aptitude engloba 10 territorios y más de 20 hospitales y creará una red de vínculos entre profesionales del campo del envejecimiento para desarrollar una serie de acciones de prevención de la discapacidad entre las personas mayores”, explicó el doctor Nicolás Martínez, jefe del Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario de Navarra y responsable de la Unidad de Investigación de Geriatría de Navarrabiomed, durante la Jornada de lanzamiento del proyecto en Navarra celebrada el pasado 20 de noviembre.

“Aptitude creará una red de vínculos entre profesionales del campo del envejecimiento para desarrollar una serie de acciones de prevención de la discapacidad entre las personas mayores”

El doctor Martínez hizo una introducción de lo que supone Aptitude en la que resaltó que este proyecto permite identificar y asistir a personas mayores en riesgo de pérdida de autonomía. “Esto se traducirá en beneficios para nuestros mayores –añadía-, pues nos va a facilitar el acceso a la innovación y a la investigación para mantener lo que luego en algún momento llamaremos ‘capacidades intrínsecas de la OMS’”.

En concreto, se quieren implementar una serie de acciones locales cerca de las personas mayores, reducir las desigualdades en el acceso a la prevención de la pérdida de autonomía, aprender unos territorios de otros, así como crear vínculos entre industrias, empresarios, profesionales de la salud y autoridades regionales y las personas mayores. “Tenemos un problema, y es que tenemos ideas y esas ideas muchas veces pueden revertir en beneficios para nuestras personas mayores. Pero para eso, en ocasiones necesitamos la colaboración de empresas y creo que podemos ser un buen vínculo para identificar esos elementos y unirles”, destacó el doctor Martínez.

El proyecto tendrá una duración de tres años y actuará en las cuatro áreas geográficas implicadas, contando con un presupuesto de 2.000.000 de euros (la mitad de los fondos se destinarán a España), un importe cofinanciado al 65 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Interreg V-A España.

Qué se quiere hacer

Para que la red sea realmente cooperativa, lo primero que tiene que hacer cada territorio es establecer un diagnóstico de la situación, para el cual tendrá que existir la figura de un coordinador (o coordinadores) referente. Una vez que se conozca el diagnostico, se podrá estudiar cómo crear equipos operativos en cada uno de dichos territorios.

En este sentido, se elaborará una lista de 50-100 miembros potenciales a partir de criterios de selección, en la que estén incluidos, y por tanto involucrados, médicos, enfermeras, fisioterapeutas, profesionales del sector social, directores de hospitales y residencias o empresarios, entre otros. En total, se establecerán diez equipos: cuatro en Francia; cinco en España, de los cuales, cuatro estarán en Cataluña y uno en Navarra; y uno en Andorra.

Jornada de lanzamiento en Navarra

“La siguiente actividad es la puesta en contacto de estos equipos operativos. Para ello, vamos a hacer, o se está realizando, una reunión de lanzamiento en cada territorio. Después habrá reuniones de seguimiento, por lo menos una vez al año, con eventos diversos relacionados con la prevención de la discapacidad. Es importante, no solo hacer esto, sino también difundir todo lo que se realiza y, en este sentido, es clave la creación de un sitio web que creo que ya está operativo”, subrayó el doctor Álvaro Casas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG).

“Es muy importante que haya una situación de intercambio entre las personas de los distintos territorios -añadía el doctor Casas-, de manera que cada uno nos podamos empapar de lo que mejor hace cada profesional en cada territorio”.

Por otro lado, un aspecto fundamental del proyecto es todo lo relacionado con la formación. Según el presidente de la SEMEG, es “muy importante” que ésta vaya dirigida a enseñar cómo se criba la fragilidad o cuáles son las medidas que hay que llevar a cabo para prevenir la discapacidad. Además, se realizará también formación en cualificación dirigida a dos grupos de profesionales: por un lado, profesionales sanitarios que trabajan con mayores, que serán los encargados de poner en marcha talleres multidominio de prevención sobre actividad física, nutrición o estimulación cognitiva (que ya se han realizado en alguno de los territorios); y luego también, formación para profesionales que intervienen en el domicilio y que se beneficiarán de una formación con cualificación sobre aspectos relacionados con la fragilidad.

Finalmente, se pretende crear una base de datos de personas mayores frágiles (una estrategia que ya se viene trabajando en Navarra), para disponer de una cohorte de estos ancianos; y equipos móviles de investigación clínica-innovación para llevar todo tipo de tecnologías a los domicilios, con el fin de acercar la investigación a las personas mayores. “Los mayores, y particularmente los frágiles, han sido rutinariamente excluidos de la investigación, luego es muy importante tener una base de datos propia y estudios propios”, resaltó el doctor Casas.

“Los mayores, y particularmente los frágiles, han sido rutinariamente excluidos de la investigación”

Experiencias en marcha

Durante la jornada de lanzamiento, una de las frases más repetidas por los ponentes fue que el proyecto Aptitude es un proyecto de la sociedad. “Es un proyecto de todos y para todos”, recalcó Mikel Izquierdo, catedrático y director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Navarra y responsable de la Unidad de Investigación en Ejercicio Físico del CIBER de envejecimiento y fragilidad (CIBERFES) de Navarrabiomed.

Izquierdo fue el encargado de exponer dos ejemplos de lo que puede llegar a surgir, fruto de la colaboración, de esta red de cooperación. El primero hacía referencia a una intervención que se hace en el del Complejo Hospitalario de Navarra en el Servicio de Geriatría en el que las personas mayores, cuando iban al hospital por diferentes situaciones agudas típicas de hospitalización, neumonías, infecciones, se veían sometidas a un programa de ejercicio. “Esto lo que ha venido de alguna manera a demostrar es que, en todas las edades, en todas las situaciones, nunca es tarde, se puede revertir la perdida de capacidad funcional”, señaló el catedrático.

“Realmente en esto está trabajando la OMS y en esto vamos a seguir trabajando. La enfermedad que pueda presentar y por la que acuda al hospital se la va a curar el médico, pero lo que no han conseguido hacer es que pueda volver a pasear, pueda llamar a su hija, pueda ir con sus nietos o pueda dar un paseo por el parque, es decir, que tenga calidad de vida, y realmente este va a ser uno de los abordajes que vamos a intentar formar. Por lo que la pregunta es a qué esperamos realmente para intentar instaurar este tipo de intervención en todos los espacios de servicios de Atención Primaria o Unidades de Agudos, que lógicamente se están viendo que son beneficiosos”, añadía Izquierdo.

“A qué esperamos realmente para intentar instaurar este tipo de intervención en todos los espacios de servicios de Atención Primaria o Unidades de Agudos, que lógicamente se están viendo que son beneficiosos”

El otro proyecto, que se inició en la Universidad Pública de Navarra, fue ‘Vivifrail’, subvencionado por la Unión Europea con el objetivo de conocer buenas prácticas en diferentes países europeos (como Francia, Alemania o Italia) Una vez conocidas dichas prácticas se desarrollaron soluciones, contenidos, material didáctico y un programa de intervención “barato, aplicable y escalable”, según Izquierdo, que se pudiese individualizar para la promoción y/o prevención de caídas y de fragilidad en las personas mayores. “Esto se hizo una bola muy grande, porque esto ya lo dice la OMS en su manual: cuando habla de ejercicio, Vivifrail es una de las soluciones a nivel global. Es decir, que esto ya no nos pertenece, esto es una herramienta que ojalá se utilice en todo el mundo”, sostuvo.

Toulouse, puntero a nivel internacional

“Toulouse es un sitio puntero a nivel internacional, queremos aprender de ellos”, comentó el doctor Martínez al principio de su exposición, y así lo demostró durante su ponencia la doctora María Eugenia Soto, del Servicio de Geriatría del Hospital de Toulouse (Gérontopol).

Esta experta desarrolló la ruta de fragilidad que siguen en su centro, una ruta que comenzó a partir de que el Ministerio de Salud francés le encomendara cuatro misiones ministeriales para implementar medidas tanto en la clínica como en la formación e investigación sobre la prevención de la discapacidad.

A partir de estas misiones, se creó el primer Hospital de Día para la Fragilidad en todo el territorio francés en el año 2011. La doctora Soto relató que el Hospital de Día en Francia no es un hospital terapéutico, es un lugar de diagnóstico y seguimiento de diferentes patologías y fragilidad. Estas personas se benefician de una evaluación multidominio con un equipo pluriprofesional multidisciplinar: geriatra, enfermero, profesor de actividad física, dietista, psicólogo, trabajadores sociales o farmacéutico, y entre todos ven los dominios de fragilidad haciendo una evaluación. Al final de esta evaluación, y según los dominios de fragilidad que se han identificado, se elabora un plan con la persona y se identifican los ejes prioritarios de intervención: si es actividad física, si es nutrición, si es social, si es simplificar la receta porque hay demasiados medicamentos etcétera.

A partir de estas misiones, se creó el primer Hospital de Día para la Fragilidad en todo el territorio francés en el año 2011

En 2012, el Gérontopol recibe otra misión de la Delegación de Sanidad de Occitania -región a la que pertenece Toulouse junto con otras trece provincias- y se crea el Equipo Regional de Envejecimiento y Prevención de la Discapacidad, constituido por dos médicos, un jefe de proyecto, una farmacéutica y una enfermera. El objetivo de este equipo es extender todas las acciones del Gérontopol de prevención de la discapacidad al conjunto de Occitania.

Ya en 2014 se llevan a cabo ‘acciones de proximidad’ gracias a la colaboración enfermera a través del protocolo de cooperación mediante el cual el médico de cabecera delega sus funciones de diagnóstico de fragilidad a la enfermera, de evaluación de e incluso de proponer un plan a la enfermera. Otra acción de proximidad consistía en que las enfermeras se desplazan hasta el domicilio de la persona mayor que no acude al hospital para hacer la evaluación, y el cribado lo realizan distintas instituciones (una institución es por ejemplo la Carsat) después de recibir formación. Los evaluadores de este organismo firman con la persona que está de acuerdo y lo mandan al Gérontopol para que desde allí se realice un análisis, vean los que realmente son potencialmente frágiles y después les citen en una sala que proporciona el Ayuntamiento y allí es la enfermera quien va a hacer esta evaluación.