Doctor Google: la familia es quien más busca sobre la enfermedad en Internet

El estudio OPENCRONIC refleja que los pacientes crónicos se consideran “superadherentes” a pesar de los datos negativos en cumplimiento.

Laura Chivato – Redacción

Se ha llegado a confiar tanto en Google que se dice que, si algo no está en el buscador, no existe. La población ha depositado toda su confianza en esta herramienta hasta el punto de que se opta por buscar dietas “milagrosas” antes que ir al gimnasio o hacer cualquier tipo de deporte, y lo mismo pasa con las enfermedades. Ahora se prefiere teclear el nombre de la patología que se padece o los síntomas que presenta -con los riesgos que esto acarrea- antes que acudir al profesional sanitario y preguntar. Es más, ya no son solo los propios enfermos los que bucean en Internet, sino que también los familiares lo hacen y en mayor medida, tanto que el 45,5 por ciento de los cuidadores busca información adicional sobre el diagnóstico, frente a un 35,7 por ciento de los enfermos, según el estudio OPENCRONIC.

Este estudio, realizado en España en el año 2017 para aprender los conocimientos y actitudes de la población sobre la enfermedad crónica, también refleja que, en el caso del tratamiento, los cuidadores se informan adicionalmente ‘siempre o casi siempre’ en un 49,5 por ciento de los casos, y los pacientes en un 35,7 por ciento. En el caso de búsquedas relacionadas con otros tratamientos alternativos, las cifras se sitúan en un 34 por ciento, en el caso de los cuidadores, y un 24,2 por ciento, en el caso de los pacientes.

Estos datos lo confirman: el paciente busca información en vías no profesionales en un porcentaje “muy alto”, tal y como señala el doctor Emilio Casariego, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Lucus Augusti (Lugo). Esto es así ya que el conocido ‘doctor Google’ cada vez es más frecuente, pues es una herramienta a la que todo el mundo puede acceder de manera fácil y rápida.

“Es una cuestión sorprendente, tanto en la búsqueda de qué significa ese diagnóstico, cómo son los tratamientos, a la pregunta de si hay tratamientos alternativos… A todo eso, todos los pacientes buscan en porcentajes altos, pero los familiares de los pacientes aun buscan en mayor porcentaje, superando en algunos casos al 50 por ciento, sobre todo cuando se trata de enfermedades más graves, más complejas y con tratamientos más complicados”, señala el doctor.

“Todos los pacientes buscan en porcentajes altos, pero los familiares de los pacientes aun buscan en mayor porcentaje”

Este experto plantea tres cuestiones por las que se produce este fenómeno:

  1. La información que se da en la consulta no es completa (porque no se tiene o no se sabe).
  2. No todos los médicos explican de manera suficientemente comprensible para el paciente.
  3. No todos los pacientes lo pueden entender bien, ya que cuando llegan a casa se plantean más problemas. “Al médico no lo tienen allí continuamente, y al doctor Google sí”, resalta.

Por lo tanto, el paciente busca la información que no ha conseguido durante la consulta -por los motivos que sean- y encuentra en Google un sinfín de datos. Muchos de estos no siempre son verdad y no están avalados por un profesional sanitario y, sin embargo, los enfermos crónicos y los cuidadores se consideran “bastante” informados, según el estudio y tal y como reafirma la doctora Ana Cebrián, miembro del grupo de diabetes de la semFYC y coordinadora del CAD de Cartagena (a nivel AP).

La “superadherencia”

Este dato choca con otro de los que arroja el estudio, y es que los pacientes se consideran superadherentes”, cuando si de verdad lo fueran, los datos actuales relacionados con la falta de adherencia serían mejores, pues a más información, más consciente de la enfermedad. Por ejemplo, según OPENCRONIC, los que más informados se sienten son aquellos que padecen diabetes; pero, según el Análisis Nacional de la Adherencia al Tratamiento en Patologías Crónicas del OAT, el 46,46 por ciento de los pacientes con diabetes no son adherentes.

Esto también se ve reflejado en el estudio OPENCRONIC. “Los pacientes se creen ‘superadherentes’, pero, entre los datos que comunican, reconocen que les cuesta tomar la pastilla: el 28 por ciento de los enfermos crónicos reconoce que a veces deja de tomar la medicación. Y también es llamativo que, por orden, aquellos que más lo reconocen son: los pacientes de EPOC, los de depresión y aquellos que toman medicación para artrosis”, destaca la doctora Cebrián. Lo curioso es que uno de los motivos que lleva al paciente a dejar de tomar la medicación es el hecho de seguir una dieta o hacer ejercicio un día, una asociación, según la doctora, “curiosa y peligrosa”.

Todo ello está relacionado con que las personas, cuando se someten a una encuesta, suelen contestar queriendo agradar al encuestador, y este hecho también se ha visto reflejado en OPENCRONIC. “En lo referido a prevalencia de obesidad y hábitos de consumo de alimentos y ejercicio físico, los resultados de las encuestas dijeron que la prevalencia de sobrepeso y obesidad es importante (del 30 por ciento), y mayor todavía en pacientes con enfermedades crónicas, llegando al 33 por ciento. Sin embargo, todos decían que hacían dieta, que habían cambiado a una dieta más sana. Todos, incluso los sanos. Y todos caminaban mucho (el 90 por ciento decía que caminaba más de una hora diaria)”, resalta la doctora Pilar Román Sánchez, co-coordinadora científica de la Estrategia para el abordaje de la cronicidad en el SNS.

“Todos decían que hacían dieta, que habían cambiado a una dieta más sana. Todos, incluso los sanos. Y todos caminaban mucho (el 90 por ciento decía que caminaba más de una hora diaria)”

¿Cómo combatir al doctor Google?

Con todo, está claro que Internet puede ser una herramienta útil si se utiliza con precaución, pero para poder mirar la información con prudencia, el paciente tiene que saber y conocer de antemano su enfermedad. El profesional sanitario u otros pacientes más expertos pueden ser los encargados de ayudar a este a mejorar el conocimiento sobre su patología, y más en casos como la diabetes, en la que necesita aprender a pincharse, comer, manejar una serie de agujas, etc.

Pero, ¿aceptan los pacientes crónicos formación por parte de otros pacientes más expertos o prefieren a un profesional? “Sorprendentemente, los porcentajes de aceptación son relativamente bajos, y los profesionales son mejor aceptados que los pacientes, probablemente bajo la idea de que una formación profesional va a tener mayor calidad (aunque el motivo de esto no se ha precisado en la encuesta)”, declara el doctor Casariego.

“Los profesionales son mejor aceptados que los pacientes, probablemente bajo la idea de que una formación profesional va a tener mayor calidad”

Para la doctora Román, la solución pasa por concienciar realmente al paciente, ya que, en su opinión, no se está haciendo “bastante” hincapié en lo que piensa y en lo que él mismo tiene que hacer. “Necesitamos concienciarles de la importancia de seguir una dieta adecuada, un ejercicio adecuado… Por eso se están promulgando tanto las escuelas de pacientes y la formación en autocuidado. Hay que hacer mucho más hincapié en la prevención”, afirma.

Sin embargo, este trabajo no es un quehacer que, a juicio de la doctora, pueda desarrollar solo el sistema sanitario, sino que tiene que ser toda la sociedad y la Administración.Son necesarias campañas publicitarias por parte del Ministerio y de las comunidades autónomas, y que los ayuntamientos estén aliados. Por ejemplo, en el Congreso de Crónicos de Zaragoza se presentó una experiencia interesante en una comunidad autónoma, que pasaba por recetar ejercicio como un medicamento más. Para ello se firmó un convenio por el cual el Ayuntamiento daba acceso gratuito a piscina y otras instalaciones a personas con enfermedades crónicas. Todo eso es lo importante. Porque es difícil que el médico lo haga todo en una consulta de 10 minutos… Y los propios pacientes dicen que conocen muy bien sus enfermedades, cuando no es así”, añade.