La alianza terapéutica y la relación de ayuda: tiempo + escucha para la adherencia al tratamiento

La opinión de Juana Mateos, Jefa de Servicio de Coordinación de la Escuela Madrileña de Salud

Hablar de adherencia al tratamiento nos invita a reflexionar sobre este fenómeno complejo, múltiple en cuanto a conductas, modulado por muchos factores: factores personales del paciente, factores del entorno y de la familia, factores sociales, factores del propio tratamiento, factores de la enfermedad, factores relacionados con los profesionales.

Lo primero que podemos plantearnos cuando hablamos de “adherencia al tratamiento” es intentar aclarar a qué nos referimos, de qué hablamos: ¿cumplimiento del tratamiento, cooperación del paciente, colaboración, observancia, alianza terapéutica, obediencia, seguimiento, adhesión, concordancia?

El éxito de la adherencia al tratamiento está en la implicación activa del paciente y en la necesidad de integrar sus decisiones sobre el tratamiento en su rutina. La observancia de un tratamiento incluye muchas acciones y conductas en la vida, dirigidas por decisiones que la persona toma respecto a su salud y a las indicaciones recibidas de los profesionales sanitarios. Las acciones fruto de nuestras decisiones y elecciones tiene consecuencias.

“El éxito de la adherencia al tratamiento está en la implicación activa del paciente y en la necesidad de integrar sus decisiones sobre el tratamiento en su rutina”

Esta serie de decisiones/elecciones, acciones y consecuencias son de naturaleza compleja, múltiple y tienen que ver con la responsabilidad y compromiso de los pacientes con el cuidado de su salud (los llamados autocuidados) y la autogestión de su enfermedad/enfermedades.

Cuando tipificamos a un paciente como incumplidor y lo culpabilizamos es solo la manifestación de un profundo desconocimiento del tema. Para poder valorar por qué un paciente no cumple con el tratamiento es necesario conocer sus creencias respecto a la enfermedad y a su tratamiento, sus experiencias previas, su motivación para adaptarse a su condición de enfermo, su motivación para recuperar un nivel aceptable de salud, sus conocimientos y nivel de alfabetización en salud, sus miedos y las amenazas que percibe, su voluntad, su autoestima, su creencia de autoeficacia, la rigidez de sus hábitos, si percibe la enfermedad como algo estresante, sus objetivos y metas, su entorno, sus roles y responsabilidades actuales, el reajuste de su proyecto vital derivado de la enfermedad y el tratamiento.

La aceptación del hecho de estar enfermo, las consecuencias del rol y los deberes del mismo son aspectos muy importantes para la adherencia. Cumplir el tratamiento requiere esfuerzo, responsabilidad y compromiso. Depende mucho del rol que quiere y puede adoptar el paciente respecto a su enfermedad: rol pasivo sumiso o rol activo informado responsable.

“Cumplir el tratamiento requiere esfuerzo, responsabilidad y compromiso”

La adhesión al tratamiento depende la conducta del paciente, pero está estrechamente relacionada con la conducta de los profesionales. La adherencia no hace referencia a una sola conducta sino a un conjunto-repertorio de conductas como saber, aceptar formar parte de un plan de tratamiento, poner en práctica de manera continuada sus indicaciones, evitar comportamientos de riesgo e incorporar conductas saludables.

Para ayudar a los pacientes en el establecimiento al cumplimiento terapéutico es necesario crear una alianza de colaboración y de responsabilidad compartida con los profesionales. El objetivo de adherencia es la implicación activa y voluntaria del paciente, aceptado de mutuo acuerdo, cuyo fin es producir un resultado terapéutico adecuado. La alianza terapéutica y la relación de ayuda son la clave para esta meta. El paciente se adhiere a un plan con el que está de acuerdo y en cuya elaboración ha podido contribuir o, al menos, ha aceptado la importancia de realizar acciones concretas.

Para la adherencia es necesario el acuerdo terapéutico: “si hago bien el tratamiento, contribuyo a que mi enfermedad no progrese, favorezco su control, evito las complicaciones, prolongo mi vida y cuido de mi salud”. Sin este compromiso del paciente no es posible la adherencia al tratamiento. El papel de los profesionales de la salud es ayudar al paciente y a la persona que le cuida a integrar su plan de tratamiento en la vida cotidiana, con garantías de efectividad y seguridad.

“El papel de los profesionales de la salud es ayudar al paciente y a la persona que le cuida a integrar su plan de tratamiento en la vida cotidiana”

Se trata de fomentar el autocuidado, mejorar la autoeficacia, proporcionarle recursos personales para que logre su objetivo y otorgar al paciente el papel protagonista que tiene en su salud y enfermedad. Son habilidades complejas. Se persigue mantener a lo largo de un tiempo un hábito de adhesión. Para ello, recursos útiles pueden ser las técnicas de responsabilización y refuerzo conductual, las intervenciones educativas multicomponente, el coaching y la relación de ayuda, la asociación de la toma de medicamentos a actividades cotidianas, las llamadas telefónicas recordatorio, las alarmas, el establecimiento de rutinas y la atención a los eventos que las rompen y las alianzas con agentes comunitarios.