Implica cambiar las estructuras que generan discriminación o que no son sostenibles
Laura Chivato
Un dato que ya es más que conocido es aquel que evidencia que España es el segundo país más envejecido de la OCDE, después de Japón. Concretamente, el 21 por ciento de la población lo conforman personas mayores de 65 años, un porcentaje que para el año 2050 se duplicará y será del 40 por ciento. Es decir, que en nuestro país hay una gran proporción de gente mayor y, sin embargo, muchos siguen viendo a este grupo como un estorbo o como un grupo que ya ha aportado todo lo que en su día tenía que aportar, discriminándolo solamente por una cuestión de edad.
“Todavía se ve a los mayores en muchos estamentos y, lamentablemente, como un problema, una rémora, en aspectos sanitarios, económicos, sociales o laborales. Y no se es consciente de que, en general, hoy los mayores no suponen problemas: más bien aportan soluciones”. Así de contundente se muestra Julio Rico, senior de SECOT Madrid, quien entiende que, a pesar de que aun existan esta clase de estereotipos, esto está cambiando en nuestra sociedad. “Aunque en general se seguía asociando en ciertos medios la vejez a inactividad, fragilidad, depresión y otras circunstancias que determinaban que los mayores no ocuparan realmente el puesto que les correspondía en la sociedad, el caso es que se va valorando cada vez en mayor medida el nuevo papel y funciones que han adquirido en estos últimos años de crisis”, explica.
Con él coincide Marina Troncoso, presidenta de la Confederación de Asociaciones de Programas Universitarios para Mayores (CAUMAS): “la imagen de los mayores en la sociedad todavía está llena de estereotipos negativos, pero están cambiando precisamente por la actividad de las asociaciones de mayores que muestran un colectivo de mayores participativo, fomentando las relaciones intergeneracionales, comprometido con una sociedad más solidaria, saludable y sostenible”. La presidenta de CAUMAS considera que “poco a poco” se está normalizando, por ejemplo, la presencia de personas mayores en los medios de comunicación, en igualdad de condiciones e integrados como cualquier otro ciudadano.
“La imagen de los mayores en la sociedad todavía está llena de estereotipos negativos, pero están cambiando precisamente por la actividad de las asociaciones de mayores”
En este sentido, los mayores quieren tener liderazgo, empoderándose y demostrando que todavía tienen un papel en la sociedad y que ese papel debe ser aprovechado por los demás ciudadanos igual que se aprovecharía si se tratara de una persona más joven. Este liderazgo, tal y como señala Troncoso, implica cambiar las estructuras que generan discriminación, que no funcionan o que no son sostenibles. Actualmente, gracias al protagonismo que los mayores quieren adquirir, se está asistiendo, en palabras de la presidenta, “a una revolución de los mayores”, donde cada vez son más activos y donde la participación es crítica y reflexiva en todos los ámbitos sociales.
Los mayores también se asocian
Esto es gracias al poder que tiene el asociacionismo y a la conciencia de que al asociarse van a tomar más poder y van a tener la oportunidad de incidir en la sociedad y de al menos intentar formar parte de la toma de decisiones. Es por ello que, para Rico, el asociacionismo entre personas mayores en España se encuentra en una “excelente situación”, y los datos lo demuestran: de los aproximadamente nueve millones de ciudadanos mayores actualmente censados, más de siete millones están representados de alguna manera en organizaciones ciudadanas, de voluntariado, plataformas del tercer sector y asociaciones y federaciones de los más diversos colectivos y tipos, que realizan -según el senior de SECOT Madrid- un papel “clave” en la cohesión social y permiten a los mayores continuar aportando activamente y sentirse de alguna manera representados y amparados en sus derechos. “Los mayores, a través de sus organizaciones representativas, tienen el derecho y la responsabilidad de participar activamente en los foros donde se toman las decisiones políticas sobre los sistemas de salud, protección social, trabajo, jubilación o pensiones”, subraya. Y es que, además de la realización de diferentes actividades de promoción de la persona y de su autonomía, las asociaciones de mayores son portavoces de las necesidades y, a la vez, son instrumentos que buscan alternativas y soluciones a dichas necesidades, dando voz y participación a las personas mayores en la realización de las mejoras de la calidad de vida, no solamente del colectivo de mayores, sino de toda la sociedad.
De los aproximadamente nueve millones de ciudadanos mayores actualmente censados, más de siete millones están representados
“De esta manera -destaca Troncoso-, se ha dado paso a una nueva propuesta de actividades, y con ello, a un modelo de asociacionismo, mucho más dinámico, activo y productivo. Existe ahora lo que se denomina productividad posterior a la jubilación”.
Actualmente, y en relación con la Administración, esta experta cuenta que los mayores tienen un papel de representación y participación en los Consejos de Personas Mayores que existen en los municipios, las CCAA y a nivel estatal, aunque también incide en que es “necesaria” más presencia de éstos en los organismos e instituciones que deciden las políticas de actuación en el colectivo de las personas mayores, para que se actúe con más información sobre las necesidades, demandas y sugerencias del colectivo.
Tanto el senior de SECOT Madrid como la presidenta de CAUMAS coinciden en que además es una forma de que consigan reconocerse sus derechos como a otro ciudadano más y, por lo tanto, en igualdad de condiciones, una de las principales demandas de este grupo. Y en ello se encuentran ambas organizaciones, teniendo su razón de ser en el liderazgo y el compromiso de los mayores.
Por un lado, SECOT es una asociación para el voluntariado senior de asesoramiento empresarial, independiente, sin fines lucrativos y de reconocido servicio a la sociedad (fue declarada de Utilidad Pública en 1995). Sus objetivos son asesorar y formar sobre todas las materias relacionadas con la gestión empresarial y social a personas, microempresas y entidades sin ánimo de lucro, con especial dedicación a emprendedores, jóvenes, parados de larga duración y en general, a colectivos en riesgo de exclusión social y laboral que busquen integrarse o mantenerse en la vida económica; y por otra parte, ofrecer a los seniors voluntarios oportunidades para que puedan prolongar su vida activa trasmitiendo su caudal de conocimientos y experiencia a las personas y grupos citados con independencia, voluntariedad, profesionalidad, lealtad y compromiso social. “El voluntariado permite a aquellos que han finalizado su actividad laboral sentirse útiles para la sociedad, participando en los problemas de su entorno, aportando de forma solidaria y generosa su tiempo y experiencia”, recalca Rico.
“El voluntariado permite a aquellos que han finalizado su actividad laboral sentirse útiles para la sociedad”
Actuaciones distintas sigue la Confederación de Asociaciones de Programas Universitarios para Mayores (CAUMAS). Desde la Confederación se da voz, se estudia la problemática surgida y se ofrecen soluciones al colectivo de personas mayores ante los organismos públicos y privados que actúan en el ámbito del envejecimiento. “En CAUMAS facilitamos a los alumnos en particular, y a la sociedad en general, los medios y la tecnología que permiten a las personas mayores acceder a la formación, información y conocimientos en TICs, imprescindibles en el siglo XXI, para mejorar las condiciones de vida. Trabajamos voluntariamente para aportar ideas, proyectos; ser proactivos, dialogar y trabajar con otras organizaciones y otras generaciones, y construir soluciones conjuntas para todas las personas”, comenta la presidenta de la Confederación.
Las claves del liderazgo
Aunque con actividades distintas, tanto SECOT como CAUMAS buscan siempre el empoderamiento del mayor y el reconocimiento de ese papel tan importante que juegan en la sociedad. Reflejo de ello es la participación de ambos organismos en el Foro LideA, un espacio de diálogo, reflexión plural y generador de opinión. “Es un espacio abierto de referencia, que aporta ideas, debate, propuestas y acciones de cambio en temas relevantes”, exponen en su web.
Este foro organizó el pasado 7 de noviembre en Madrid la Jornada ‘Claves de liderazgo en las organizaciones sociales y de personas mayores’, en la que la presidenta de CAUMAS y Alfredo Bohórquez, secretario del Foro LideA, presentaron la guía práctica ‘diez claves LideA para impulsar el liderazgo en organizaciones sociales y de personas mayores’. Estas claves son:
- Apoyarnos en un modelo y definir el sistema de liderazgo de la organización.
- Identificar los valores del liderazgo.
- Identificar áreas de compromiso de liderazgo.
- Realizar un buen autoconocimiento de cada líder.
- Tener un adecuado comportamiento como líder.
- Dar y recibir confianza y respeto.
- Comunicar de forma eficaz.
- Comprometer a los demás.
- Crear un equipo de liderazgo.
- Impulsar acciones prácticas del modelo de liderazgo.
Sin embargo, ninguna de estas acciones podrá llevarse a cabo si no se pasa del modelo de persona mayor tradicional al nuevo modelo de persona mayor, “satisfactorio, activo, en formación, que muestra las limitaciones, pero también las posibilidades y ganancias, y que se adapta a los cambios que se vayan produciendo en la sociedad, transmitiendo a las generaciones siguientes, sus experiencias y conocimientos”, resalta Troncoso.
“Hay que seguir impulsando cambios relevantes en la sociedad basados en la opinión y participación activa de y sobre las personas mayores, generando fórmulas y prácticas que aseguren una sociedad justa, solidaria y sostenible que reconozca en su debida medida el empoderamiento y el liderazgo social de los mayores”, según Rico, quien además es coordinador del Equipo de Trabajo de Comunicación, Trabajo y Jubilación del Foro LideA. “La de las personas mayores -añade- es una realidad y una actuación de las que la sociedad, en todos sus estamentos, debe ser consciente y actuar en consecuencia.”