Los pacientes podrán participar en la toma de decisiones frente a la Enfermedad Renal Crónica

Pacientes y nefrólogos impulsan el compromiso de administraciones y partidos para sensibilizar sobre los factores de riesgo y las complicaciones derivadas de las patologías renales

Redacción

Todo el mundo conoce que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión. Pero pocos conocen que las personas que padecen obesidad tienen un 83 por ciento más de posibilidades de padecer Enfermedad Renal Crónica (ERC). De hecho, se estima que, en países industrializados, el 13,8 por ciento de la ERC en hombres y el 24,9 por ciento en mujeres pueden estar asociados con sobrepeso u obesidad. El futuro de la enfermedad no depende solo de los profesionales; es más, principalmente está en manos de los ciudadanos y sus estilos de vida. Trabajar en la prevención primaria, secundaria y terciaria, asignaturas suspensas en el abordaje de la ERC, es el objetivo de Código Riñón, una estrategia que ha permitirá involucrar a las asociaciones de pacientes en la toma de decisiones.

El logro conseguido por Alcer, la Sociedad Española de Neurología (SEN), la ONT y SEDEN, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Riñón, debe ahora traducirse en un mayor compromiso y esfuerzo por parte de las administraciones y partidos en la sensibilización social sobre los factores de riesgo y las complicaciones derivadas de las patologías renales. El texto aprobado en la Cámara Alta establece que se inste al Gobierno a que, en colaboración con las comunidades autónomas, con las sociedades científicas y con las asociaciones de pacientes, “tome las medidas necesarias para la promoción, prevención y detección precoz de la Enfermedad Renal Crónica“. Además, deberá contar con la financiación adecuada.

La sensibilización social es importante por varios motivos. En primer lugar, para corregir la difusa percepción pública del elevado impacto en salud y en calidad de vida de estas patologías, que en nuestro país afectan ya a 1 de cada 7 adultos. Es poco conocido que la mortalidad de estas enfermedades se sitúa en el 8 por ciento y que una persona que requiere diálisis pasa conectada a una máquina más de 12 horas semanales.

En segundo lugar, por la propia sostenibilidad del sistema sanitario. El tratamiento de la ERC representa ya alrededor del 3 por ciento del gasto sanitario anual, y lo previsible es que aumente dado que las patologías renales se asocian al envejecimiento de la población. “Sólo el Tratamiento Renal Sustitutivo consume entre el 2,5 y el 3 por ciento del presupuesto nacional en salud de nuestro país, y más del 4 por ciento del presupuesto en atención especializada“, ha explicado la presidenta de la SEN, María Dolores del Pino.

Detener el avance de la ERC

La ‘epidemia silenciosa’ de la enfermedad renal, como la califican los especialistas (en los últimos años, la incidencia ha subido un 8 por ciento, hasta alcanzar las 142 personas por millón de población), está ligada a factores de riesgo como la diabetes, la obesidad, la hipertensión arterial, la dislipemia y el tabaquismo y habitualmente se diagnostica cuando el deterioro renal es avanzado. Cambiar esta fotografía implica reorientar los recursos hacia la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud. El Código Riñón recuerda que la mayor parte de las causas de la patología renal son evitables y tienen que ver con la modificación de pautas de conducta y estilo de vida, fundamentalmente dieta más saludable y ejercicio físico.

Este año, el mensaje va dedicado especialmente a la población femenina, lo que también implica hablar de sus variantes específicas. Aunque es importante en todo momento controlar los factores de riesgo, es especialmente relevante hacerlo durante el embarazo o la menopausia. Durante la gestación, por ejemplo, se producen cambios fisiológicos normales en la función renal. En ocasiones, problemas renales que han pasado desapercibidos pueden ser detectados durante el embarazo. En estas situaciones, el embarazo puede tener repercusión sobre la progresión del problema renal y el problema renal puede tener repercusiones sobre el desarrollo del embarazo. Por ello, es importante el seguimiento por profesionales.

Más allá del ejercicio y la dieta (el sedentarismo y el sobrepeso afectan hasta al 70 y 74 por ciento, respectivamente, de las mujeres adultas), los nefrólogos recomiendan como medida preventiva tomar tan solo los medicamentos prescritos por el médico, evitando el abuso de analgésicos y protectores gástricos, por su toxicidad para el riñón.