La pregunta, por lo tanto, no es si esta ‘digitalidad’ tiene cabida en el sistema sanitario, sino que directamente viene exigida
Laura Chivato Isabel
Ahora todo está disponible en nuestra mano con solo un clic gracias a las posibilidades que ofrecen los teléfonos móviles, como por ejemplo hacer una gestión sin tener que ir al banco. Así, tendría sentido que los ciudadanos demandaran estos servicios digitales en relación al sistema sanitario, pues estos “son uno más”, según Francisco Javier Rubio, responsable de Área de Telecomunicaciones y Redes del Servicio Extremeño de Salud. “Los dispositivos nos ayudan a tener conocimiento que antes no teníamos, nos pueden ayudar a mejorar y a cuidar nuestra salud”, explicó Rubio durante el XXII Congreso Nacional de Informática de la Salud 2019 (Inforsalud).
“Hace unos años -añadía- acceder a una página web y ver tus movimientos bancarios nos parecía algo fantástico. ¿Por qué no se puede hacer eso hoy? Con nuestros datos sanitarios se puede acceder a tener en pocas horas resultados que antes tardabas días y tenías que volver a la consulta del profesional”.
La pregunta, por lo tanto, no es si esta ‘digitalidad’ tiene cabida en el sistema sanitario, sino que directamente viene exigida por una generación que prácticamente ha crecido con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), tal y como subrayó Miguel Ángel Montero, director de Sanidad y Servicios Sociales Informática El Corte Inglés: “a veces no pensamos que lo que nos está llegando es una generación que lo que nos está exigiendo es otra cosa. Ocurre esto porque en su día a día esto ya es una realidad, y la pregunta que se hacen es por qué no pueden tener un modelo de comunicación digital en el ámbito asistencial. Habrá que reflexionar sobre dónde le podemos dar cobertura o no, pero la pregunta no puede ser plantearse si lo digital tienen sentido si lo exigen”.
“Ocurre esto porque en su día a día esto ya es una realidad, y la pregunta que se hacen es por qué no pueden tener un modelo de comunicación digital en el ámbito asistencial”
Una exigencia ligada a otro aspecto fundamental, y es que los ciudadanos son los dueños de sus propios datos, aunque el sistema sanitario ejerza la custodia de estos.
Según Jose A. Valverde, programme and policy officer at DG-CNECT (European Commission), “ahora mismo existe una regulación sobre de quién son esos datos y son claramente del paciente. Otra cosa es quién lo custodie y cuál es el consentimiento que ha dado ese paciente individualmente para tratar o hacer con esa información. Lo que se está viendo ahora es, con este marco legal, cómo poder utilizar esas grandes bases de datos de una manera que sea legal, que el paciente tenga conocimiento de ello y si es posible sin efecto retroactivo”.
Claves para tener en cuenta a los pacientes
Sin embargo, de nada sirve que los ciudadanos puedan acceder a ciertos servicios digitales en el sistema sanitario si no se cuenta con ellos, ya que al final se desarrollarán, por ejemplo, aplicaciones que no van a llegar a usar.
En este sentido, para Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), la participación de los pacientes tiene que ser efectiva, y no solo en el sentido de preguntarles, sino que estos formen parte de la toma de decisiones: “cuando hablamos de decisiones podemos mencionar amplias líneas de trabajo, pero, sobre todo, es fundamental toda la participación en los procesos de i+D+I y en todo lo relacionado con la seguridad del paciente”.
Con ella coincide Juan Carlos del Álamo, business developer Sector Salud Ibermatica: “lo que diseñemos y hagamos tendrá que estar siempre pensado desde el punto de vista del paciente, que es algo que no solemos hacer ni los tecnólogos, ni los gestores, ni los clínicos, tendemos a mirar cada uno desde nuestro punto de vista y no nos ponemos en el lado contrario. Es un ejercicio que no es muy complicado y que hay que hacer”.
“Lo que diseñemos y hagamos tendrá que estar siempre pensado desde el punto de vista del paciente, que es algo que no solemos hacer ni los tecnólogos, ni los gestores, ni los clínicos”
Del Álamo también considera fundamental que todo lo que se diseñe sea “adaptable” a los cambios que se van a producir, poniendo de ejemplo a alguien que no es digital “en absoluto” y otra persona que lo es “totalmente”; y pensar en una “gestión proactiva”, que es aquella en la que se pone al paciente en el centro centrándose, no solo en responder cuando está enfermo, sino también en la prevención. “Hay que diseñar las actuaciones para que sean lo más eficaces posibles y, además, personalizando en cada colectivo y en cada apaciente, sin perder de vista que se está tratando con personas, ya que el componente emocional es fundamental”, destacó este especialista.
Por su parte, Juan Ignacio Coll Clavero, coordinador TIC´s en CGIPC Responsable de Innovación y nuevas tecnologías del Sector Barbastro, considera que este es un tema crítico que precisa de innovación organizativa: “es necesaria una refundación de la atención especializada, tenemos que empezar a crear unidades monográficas interdisciplinadas”.