SEFAC identifica cinco perfiles de pacientes para que la oficina de farmacia trabaje en la mejora de la adherencia
Redacción
Pacientes adherentes -clásicos o modélicos- y no adherentes -confundidos, desconfiados y banalizadores-. Son los dos tipos de pacientes y cinco perfiles identificados en la guía Dispensación, adherencia y uso adecuado del tratamiento, presentada por la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) con la colaboración de ESTEVE dentro del proyecto ADHe+, cuyo objetivo es reforzar el papel clave del farmacéutico comunitario en adherencia. Conocer bien estos perfiles podría determinar la actuación del farmacéutico comunitario y ayudarle a detectar aquellos pacientes que no cumplen el tratamiento.
En el caso de los pacientes adherentes, los apodados ‘modélicos’ generalmente viven en hogares numerosos, tienen buenos hábitos de salud y su actitud colaborativa y activa determina, junto con su constancia y rigurosidad, sus altos niveles de adherencia. Serían los únicos para quienes, según la guía, no sería necesario desarrollar acciones. Junto a ellos se situarían los pacientes ‘clásicos’: varones mayores de 65 años con buenos hábitos de vida y buenos niveles de adherencia, aunque realmente no entienden por qué cumplen con el tratamiento. De cara a ellos sería necesario actuar en ese sentido.
En cuanto a los pacientes no adherentes, los denominados ‘confundidos’ hacen referencia por lo general a mayores de 65 años, pluripatológicos, polimedicados y crónicos, que a menudo viven solos y a los que la complejidad del tratamiento –por el número de fármacos y la forma de tomarlos- les impide cumplirlo. Los ‘desconfiados’, en cambio, suelen ser menores de 45 años, muy exigentes con su médico y con el tratamiento. En su caso, la falta de confianza en el profesional prevalece sobre su capacidad de autogestión. Esto condiciona su cumplimiento de la terapia, a pesar de ser conscientes de la importancia del mismo. Finalmente, los ‘banalizadores’ suelen menores de 45 años con una formación media-alta que padecen sólo una enfermedad, reciben un solo tratamiento y tienen apoyo familiar, siendo la poca constancia y la falta de compromiso con su enfermedad la principal barrera para la adherencia.
Decálogo de la comunicación entre el farmacéutico y el paciente
El documento Dispensación, adherencia y uso adecuado del tratamiento aporta diez puntos clave de la comunicación del farmacéutico con el paciente.
- Identificar las barreras que se oponen en la adherencia al tratamiento
- Establecer en cada caso la vía de comunicación más adecuada, valorando el empleo de dibujos, símbolos e incluso idiomas diferentes.
- Animar a los pacientes a hacer preguntas sobre su enfermedad y su tratamiento.
- Utilizar preguntas abiertas.
- Hablar sobre las repercusiones de no tomar la medicación, sobre otras alternativas no farmacológicas, sobre cómo realizar la reducción gradual de las dosis y sobre qué medicamentos priorizar (en el caso de pacientes polimedicados).
- Dar la oportunidad al paciente de implicarse en las decisiones sobre el tratamiento.
- Evaluar la adherencia de forma no crítica con el paciente.
- Asumir que los pacientes pueden tener un punto de vista diferente.
- No hay ninguna recomendación específica que valga para todos los pacientes.
- Revisar periódicamente con el paciente sus conocimientos, comprensión y preocupación sobre sus medicamentos, ya que varían con el tiempo.