Canarias obliga a renovar el plan terapéutico cada seis meses

El programa de detección de tratamientos activos no dispensados permite cerrar fármacos no retirados de la farmacia y avisar al médico.

Laura Chivato

Las Consejerías de Sanidad de las diferentes comunidades autónomas están abordando -o intentando abordar- la falta de adherencia a los tratamientos, pues es un asunto que, al final, consume millones de recursos. Canarias es una de estas comunidades, en la que ya se está intentando atajar el problema a través de diferentes medidas. Una de ellas: la renovación obligada del plan terapéutico pasados seis meses, como señaló Alberto Talavera, jefe del Servicio de Uso Racional del Medicamento y Control de la Prestación del Servicio Canario de Salud, durante unas Jornadas de Adherencia y Cronicidad, organizadas por el Observatorio de la Adherencia al Tratamiento (OAT) y el Gobierno de Canarias en el Centro Guigou de Tenerife, con el patrocinio de GSK y Amgen.

Para Talavera, la renovación supone una “oportunidad” para que el médico revise el plan, ya que, en el año 2010, con el impulso del Plan de Atención al Paciente Crónico Polimedicado, se pudieron detectar ciertas situaciones que hacían necesaria esta revisión. En este sentido, los técnicos de la Consejería se encontraron con la sorpresa de que un 23 por ciento de los tratamientos contenían duplicidades; y en un 30 por ciento duraciones excesivas para medicamentos que tienen límite en la ficha técnica y que, en cambio, estaban prescritos como indefinidos.

Los técnicos de la Consejería se encontraron con la sorpresa de que un 23 por ciento de los tratamientos contenían duplicidades; y en un 30 por ciento duraciones excesivas para medicamentos que tienen límite en la ficha técnica.

Sin embargo, aunque la revisión sea obligatoria, según este experto, la desprescripción no es algo que los médicos estén habituados a realizar, “no entra en la cultura del facultativo”.

Otras herramientas

Alberto Talavera durante las Jornadas

Además de la renovación, desde el Servicio Canario de Salud, también se desarrolla el programa de detección de tratamientos activos no dispensados. Este consiste en que la oficina de farmacia avise al médico transcurridos tres meses de una no retirada. Después, a los seis meses, se hace un cierre de todos los fármacos no retirados y se remite a las consultas, lo que permite orientar al profesional y moverse en contra de la inercia terapéutica. Esta iniciativa es importante teniendo en cuenta que el 40,4 por ciento de los pacientes canarios reconoce no retirar tratamientos en ocasiones, y el motivo es, en un 56,5 por ciento de los casos, que todavía tiene en casa, según el Análisis Nacional de la Adherencia al Tratamiento en Patologías Crónicas del Observatorio de la Adherencia al Tratamiento (Grupo OAT).

Otra de las herramientas que utiliza el Servicio Canario de Salud para mejorar la adherencia es la receta electrónica, un módulo compartido entre Atención Primaria y Atención Especializada, en la que se incorporan las prescripciones de ambos niveles. Esto es importante para abordar la conciliación farmacoterapéutica, cuando un paciente es visto por varios facultativos y, sobre todo, por varios niveles de atención.

¿Qué más se debe hacer?

En Canarias, el 54,7 por ciento no es adherente a los tratamientos, según el Análisis del OAT, y por ello, llevar a cabo todas estas medidas se vuelve fundamental, pero no basta con eso. Desde los diferentes niveles asistenciales también deben darse situaciones que hagan óptima la relación médico-paciente y que, de esta manera, este último tenga claro lo importante que es cumplir con el seguimiento terapéutico.

J. Luis Casteig, presidente del Grupo OAT (izq) y J. Juan Alemán, director general de Salud Pública (dcha)

Si el paciente está involucrado en su tratamiento, tiene objetivos específicos y se siente partícipe en la toma de decisiones sobre las opciones de tratamiento, podrá adquirir más habilidades y tendrá nuevos recursos para enfrentarse a su enfermedad. En este sentido, conseguir la adherencia al tratamiento es un reto y un desafío para médicos y para el paciente, que comporta, para ambos, compromiso, concienciación y autodisciplina“, señaló José Juan Alemán Sánchez, director general de Salud Pública del Servicio Canario de Salud.

 

“Conseguir la adherencia al tratamiento es un reto y un desafío para médicos y para el paciente, que comporta, para ambos, compromiso, concienciación y autodisciplina”

Por su parte, Talavera consideró que además de invertir tiempo en el diagnóstico, también hay que invertirlo en la prescripción. “Los médicos siguen unos procedimientos para hacer un diagnóstico, algo que todos tienen interiorizado, pero cuando llega el momento de la prescripción, este es un acto único e instantáneo”, explicó.

Los especialistas, además, deben buscar la eficacia y prescribir el fármaco más efectivo para la enfermedad, no ir a lo seguro (en cuanto a efectos adversos) y que de esta forma se pierda el componente ‘eficaz’ del medicamento, un asunto con el que hay que ser “muy cuidadoso”, según Talavera. En este sentido, el experto señala que “el medicamento tiene que ser eficaz desde el primer día, ya que el enfermo no va a gastarse un dineral si se toma la pastilla y no hay efectividad desde el primer momento. Porque la siguiente opción es dejar el tratamiento”.

F. Gutiérrez, farmacéutico adjunto del Servicio de Farmacia del CHUC

En relación con esto último, durante la jornada, Fernando Gutiérrez, farmacéutico adjunto del Servicio de Farmacia del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (CHUC), presentó un estudio llevado a cabo en el CHUC, en el que se demostraba que más de la mitad de los pacientes identifica un efecto adverso con su medicación en leucemia mieloide crónica y que, a pesar de esto, no existen diferencias de adherencia entre quien identifica y quien no. “Siempre se dice que cuantas más reacciones adversas menor adherencia, y por lo menos en leucemia mieloide crónica, no importa”, resaltó Gutiérrez.