Antonio Sarría-Santamera, profesor del Departamento de Gestión de Servicios Sanitarios de la Escuela Nacional de Sanidad y coordinador del proyecto europeo CHRODIS-Plus
Buenas prácticas en el abordaje de la cronicidad existen en todos los países de la Unión Europea. La Comisión y los estados miembros han estado tres años recopilándolas y ahora se han marcado como meta implementarlas en el resto de países. La confianza en que ello es posible es la base y el espíritu de CHRODIS-Plus, una Acción Conjunta en cronicidad liderada desde el Instituto de Salud Carlos III por Antonio Sarría-Santamera. Con ella, España refuerza y ve reconocida su posición a la hora de abordar de manera consistente el reto de la cronicidad en la UE.
Pregunta. Para quien no lo conozca, ¿qué es CHRODIS-Plus?
Respuesta. Es una Acción Conjunta, un tipo específico de proyecto europeo en el que hay interés específico en un determinado tema. Tanto la Comisión Europea como los estados miembros llegan al acuerdo de desarrollar por ello una actividad muy orientada a la generación de conocimiento, pero sobre todo a la aplicación de conocimiento. No son proyectos tanto de investigación como proyectos de aplicación. Ha habido dos Acciones Conjuntas de enfermedades crónicas: la Acción Conjunta CHRODIS, que terminó en marzo de 2017 y CHRODIS-Plus, que comenzó en septiembre de 2017 y estará funcionando hasta agosto de 2020.
P. ¿Qué se hizo en CHRODIS?
R. En la Acción Conjunta CHRODIS se identificaron buenas prácticas. Se buscaron, se caracterizaron y se identificaron aquellas que podemos considerar como mejores prácticas en tres áreas, que tienen que ver con prevención y promoción de la salud, con multimorbilidad y con mejora de la calidad en los servicios de salud.
P. ¿Qué aportará CHRODIS-Plus?
R. Ahora mismo, 22 de esas prácticas identificadas se van a implementar en los 21 países participantes en CHRODIS-Plus. En España se implementará una práctica de promoción de la salud en edades avanzadas en Aragón; una práctica de promoción de la salud en el trabajo en Andalucía y dos intervenciones de multimorbilidad, una en Aragón y otra en Andalucía. El resto se implementarán en otros países.
P. ¿Hasta qué punto son extrapolables las diferentes estrategias o programas de cronicidad recopilados hasta ahora por CHRODIS?
R. Esto es lo que se denomina el valor añadido europeo y es el espíritu del programa y lo que queremos poner de manifiesto: que existe capacidad de trasladar cosas que han funcionado de una parte de Europa a otra. Hasta ahora esto se hacía de manera episódica; alguien veía algo y lo hacía. Esta es una manera proactiva, en la cual la Comisión Europea busca el valor añadido, y el valor añadido es la implementación transnacional.
“Existe capacidad de trasladar cosas que han funcionado de una parte de Europa a otra. Hasta ahora esto se hacía de manera episódica; alguien veía algo y lo hacía”
P. ¿Hay fecha para los pilotos que se llevarán a cabo en España?
R. El calendario del proyecto es que durante el primer año se hará una fase preparatoria. En ella, los diversos partners implementadores detectarán las necesidades locales. Ellos hablarán con las entidades locales donde las prácticas se van a llevar a cabo para ir aterrizando las propuestas. En los tres paquetes de trabajo hay una estrategia trasversal de implementación, común, con principios que ahora mismo se están desarrollando, y que se adaptarán a las necesidades locales.
P. ¿Quién es el partner en España?
R. Kronikgune, el Centro de Investigación en Cronicidad del país vasco.
P. ¿Algunas de las 22 mejores prácticas es española?
R. No. De España no se va a hacer ninguna. España solo va a implementar prácticas desarrolladas en otros sitios.
P. ¿Cómo beneficiará este proyecto a los ciudadanos europeos?
R. Los pacientes crónicos se beneficiarán de una asistencia sanitaria que realmente refleje lo que necesitan. España ha desarrollado globalmente estrategias interesantes y ha respondido de forma consistente al reto de la cronicidad. Ahora hay que trasladar eso a la práctica y requiere un proceso de implementación. Este proceso es distinto al proceso de generación de conocimiento y es lo que necesitan los pacientes: una buena asistencia.
P. ¿Cómo beneficiará a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios europeos?
R. Ofrecer respuestas efectivas al problema de las enfermedades crónicas es fundamental para la sostenibilidad. Hoy sabemos que la diabetes se puede controlar, pero realmente no la estamos controlando en la práctica. ¿Por qué? Porque nos hemos centrado más en producir evidencia sobre qué medicamentos y terapias funcionan sobre la diabetes que en trasladar y generar esfuerzos para decir cómo trasladamos y aplicamos esas terapias o modelos asistenciales en la realidad cotidiana de nuestros sistemas para las personas que atendemos. Ahí tenemos una especie de duplicidad mental donde, sí, generamos conocimiento, pero luego nuestros pacientes con enfermedades crónicas no se encuentran en buenas condiciones, o no tienen adherencia a los tratamientos. Eso repercute en malos resultados en salud y en una utilización de los servicios de salud extraordinaria, que en muchas ocasiones sabemos que es puramente reactiva y que termina siendo catastrófica. Estamos llevando asistencia a personas que la necesitan, pero el beneficio que terminamos aportándoles es más bien escaso.
“Estamos llevando asistencia a personas que la necesitan, pero el beneficio que terminamos aportándoles es más bien escaso”
P. ¿De qué manera está presente la adherencia a los tratamientos en CHRODIS Plus?
R. Lo trataremos básicamente desde la multimorbilidad porque está muy relacionada con la pluripatología y por otra parte dentro del paquete que tiene que ver con la calidad de los sistemas de salud. Este segundo paquete se hará en seis países (Eslovenia, Croacia, Serbia, Italia, Grecia y Finlandia). Cada uno de ellos definirá sus estrategias. La adherencia la incluirán algunos, probablemente no todos, pero es una de las recomendaciones de calidad que se van a desarrollar y se van a testar.
P. ¿Hay algún país bueno en materia de implementación?
R. Reino Unido, para mí, es el único país que se ha tomado muy en serio la implementación. Lo que pasa es que es un país que, a pesar de que la opinión que se pueda tener de él en términos de uniformidad, es extraordinariamente variable. Eso da riqueza, pero limita la capacidad de contagio. En un sistema centralizado, como es el español, la oportunidad es más fácil.
P. El proyecto tiene financiación para tres años. ¿Qué pasará a partir de 2020?
R. El proyecto culminará con una propuesta Beyond 2020. Ese será el último documento que produciremos, y tiene que ver con la sostenibilidad del proceso de implementación de buenas prácticas. Nosotros solo nos podemos comprometer a implementar cosas desde aquí hasta agosto de 2020. También haremos lo posible también por entender los mecanismos asociados con la sostenibilidad a largo plazo de estas intervenciones, y hay un paquete de trabajo especialmente dirigido a eso.
P. ¿No tienen en mente una tercera Acción Conjunta?
R. Nuestro objetivo es conseguirla, pero nos enfrentamos a un problema muy concreto, y es que la actual Comisión Europea finaliza su plazo a mitad de la Acción Conjunta CHRODIS-Plus. Nadie sabe muy bien qué pasará, porque será entonces cuando exploten el Brexit y sus implicaciones presupuestarias y de reestructuración de la propia Comisión.