“El farmacéutico de hospital ha pasado de centrar su actividad en el medicamento a centrarla en las personas”

**Farmacéuticos Hospitalarios informando a pacientes durante el día de la Adherencia 2017**

La opinión del doctor Ramón Morillo y el doctor Andrés Navarro, coordinadores del Grupo de Trabajo ADHEFAR de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH)

La misión del farmacéutico de hospital es conseguir los mejores resultados en salud para nuestros pacientes mediante el uso adecuado del medicamento, es decir, que sea efectivo, seguro y eficiente.

La falta de la adherencia en los tratamientos crónicos es un problema universal y real que afecta a la efectividad de estos y se traduce en unos resultados peores en salud con un impacto negativo. Se ha estimado que la adherencia en tratamientos crónicos es baja; de hecho, la OMS la sitúa en torno al 50. La falta de adherencia tiene consecuencias clínicas, económicas y sociales importantes.

Con este fin realizamos las actividades del Servicio de Farmacia, que comprenden todo el proceso farmacoterapéutico: desde su selección y posicionamiento hasta la administración y el seguimiento clínico de los pacientes.

El farmacéutico de hospital ha pasado de centrar su actividad en el medicamento a centrarla en las personas que tienen una enfermedad para prevenirla o tratarla. En este seguimiento, una de nuestras principales aportaciones, encaminadas a maximizar la efectividad de los tratamientos, es la mejora de la adherencia de los pacientes.

“Una de nuestras principales aportaciones, encaminadas a maximizar la efectividad de los tratamientos, es la mejora de la adherencia de los pacientes”

Consecuencias clínicas

Es un hecho que el incumplimiento afecta a la efectividad de los tratamientos, disminuyendo la probabilidad de éxito terapéutico, lo que puede propiciar un aumento de dosis o cambios a tratamientos más agresivos, de forma que se incrementan los riesgos y los costes. Una adherencia óptima repercute en una mejora en la calidad y esperanza de vida, así como en el perfil de seguridad de los tratamientos y en la evolución de las enfermedades. Se observa una relación directa entre la falta de cumplimento y la obtención de peores resultados en salud.

Consecuencias económicas

Un reciente estudio efectuado en la Unión Europea sitúa el coste de la no adherencia en España en torno a los 10.500 millones de euros, y unas 10.000 muertes podrían evitarse si la adherencia fuera la adecuada. Este mismo estudio cifra en 125.000 millones de euros el coste de la no adherencia en toda la Unión Europea y en 200.000 las muertes que podrían deberse al incumplimiento terapéutico. Una baja adherencia supone un incremento de hospitalizaciones, visitas a urgencias, pruebas complementarias y utilización de otros medicamentos, con el consiguiente aumento en los costes para el sistema sanitario, además del desaprovechamiento de recursos que supone la financiación de fármacos cuando no se llegan a tomar o no se toman de forma responsable. En un entorno de precios creciente, el impacto económico de la no adherencia puede ser muy elevado. No hay medicación más cara que la que no se toma.

“No hay medicación más cara que la que no se toma”

Consecuencias sociales

Las implicaciones sociales, son poco valoradas y que varían según la medicación de que se trate. En el ámbito de los medicamentos de dispensación hospitalaria, como es el caso del tratamiento del VIH, un mal control de la enfermedad y el riesgo de transmisión de esta serían las consecuencias más evidentes. Así, en un reciente artículo, se correlaciona la falta de adherencia con el incremento de riesgo de transmisión sexual al tener conductas de riesgo.

Como conclusión, destacamos que la falta de adherencia tiene consecuencias clínicas, económicas y sociales muy importantes, que dan valor a la labor de mejora de esta.