Los jóvenes también padecen osteoporosis

No todas las mujeres después de la menopausia tienen porqué desarrollarla, aunque es a quien principalmente afecta

Laura Chivato

Aunque la mujer posmenopáusica es el perfil más frecuente en osteoporosis, esta enfermedad afecta también a los jóvenes, indistintamente si son hombres o mujeres, pues la prevalencia en este grupo de población es similar en ambos sexos. Lo que sí difiere entre estos son las causas por las que aparece la patología. “En el hombre, el hipogonadismo, la ingesta elevada de alcohol y el tratamiento con glucocorticoides son las causas más frecuentes de osteoporosis”, tal y como detalló la doctora Pilar Peris, reumatóloga del Hospital Clínic de Barcelona, durante el II Curso de Osteoporosis y Patología Metabólica Ósea de la Sociedad Española de Reumatología (SER), celebrado con la colaboración de Amgen y UCB.

Estas causas son similares en hombres de edad más avanzada, especialmente después de los 70 años, que es cuando más fracturas de cadera se pueden llegar a producir, según la doctora Pilar Aguado, portavoz de la SER y reumatóloga en el Hospital Universitario La Paz (Madrid). En concreto, como subraya la doctora Aguado a este medio y quien también participó en el curso, se calcula que casi un tercio de las fracturas de cadera a nivel mundial se producen en varones.

En el caso de la mujer joven premenopáusica, la doctora Peris explicó en su intervención durante el curso que hay que tener en cuenta que en casi la mitad de estas pacientes se establece el diagnóstico de ‘osteoporosis idiopática’, ya que tras un estudio exhaustivo no presentan fármacos o enfermedades asociadas a la pérdida de masa ósea. “En este caso suele ser frecuente el antecedente familiar de osteoporosis y, según la historia clínica de la paciente, puede estar indicado realizar un estudio genético para descartar otros procesos, como la osteogénesis imperfecta o la hipofosfatasia, entre otros”, subrayó la doctora Peris.

Casi la mitad de estas pacientes se establece el diagnóstico de ‘osteoporosis idiopática’, ya que tras un estudio exhaustivo no presentan fármacos o enfermedades asociadas a la pérdida de masa ósea.

Por qué se asocia más a mujeres que a hombres

La osteoporosis es una enfermedad que afecta a los huesos del esqueleto y consiste en una disminución de la cantidad y de la calidad del hueso, lo que hace que este pierda resistencia, se haga más frágil y se pueda romper más fácilmente, de manera espontánea o después de un golpe o caída mínima. Se suele asociar más a las mujeres que a los hombres ya que, como apunta la doctora Aguado, la mujer alcanza un pico de masa ósea inferior al del varón (hasta un 30-50 por ciento menor) y, además, cuando llega la menopausia, al cesar la producción de hormonas por el ovario, algunas mujeres pueden sufrir una pérdida más acelerada y rápida de masa ósea, que llega a producir la llamada ‘osteoporosis postmenopaúsica’.

Esta es la forma más frecuente de osteoporosis, lo que hace que la enfermedad afecte principalmente a mujeres después de la menopausia. Pero, además de la osteoporosis asociada a la menopausia, según la doctora Aguado, existen otros tipos de osteoporosis que pueden aparecer como consecuencia de enfermedades endocrinas, reumáticas inflamatorias, enfermedades digestivas, pulmonares, hematológicas o derivada de la toma de algunos medicamentos (por ejemplo, los corticoides orales).

Sin embargo, no todas las mujeres después de la menopausia tienen porqué desarrollar osteoporosis, ya que esta está asociada a una serie de factores de riesgo, como pueden ser la edad (tener 65 años o más), el haber tenido fracturas previas, antecedentes en los padres de fracturas o tabaquismo, entre otros. “Cuantos más factores de riesgo tenga una persona, mayor es la probabilidad de sufrir una fractura osteoporótica y es el médico quien debe valorar la situación de cada paciente”, recalca la doctora Aguado.

No todas las mujeres después de la menopausia tienen porqué desarrollar osteoporosis, ya que esta está asociada a una serie de factores de riesgo

Y es que las fracturas son la principal manifestación de osteoporosis, afectando notablemente la calidad de vida del paciente, ya que producen dolor, dificultad para realizar las actividades diarias y pueden disminuir la movilidad haciendo perder autonomía. “En la columna, las vértebras se aplastan, es su forma de fracturarse, produciéndose una pérdida de estatura y un aumento de la curva de la espalda con aparición de una joroba (¨cifosis¨) más o menos acusada. La fractura de cadera suele aparecer más tarde (generalmente después de los 75 años) y es la más grave de las fracturas, ya que puede disminuir la independencia de las personas que la padecen y producir complicaciones”, destaca la portavoz de la SER.

Tratamiento y adherencia

La osteoporosis es un proceso que evoluciona lentamente y, la mayoría de las veces, se manifiesta con estas fracturas, por lo que puede llegar a pasar inadvertida. Esto está muy asociado con la baja adherencia al tratamiento que esta enfermedad presenta. “Al tratarse de una ‘enfermedad silenciosa’ sin síntomas hasta que se produce la fractura –recalca la doctora Aguado-, algunos pacientes pueden pensar que el tratamiento farmacológico no es necesario. Además, en las enfermedades crónicas, como la osteoporosis, el paciente presenta un proceso de fatiga y de olvidos en la administración de los medicamentos”.

“Al tratarse de una ‘enfermedad silenciosa’ sin síntomas hasta que se produce la fractura, algunos pacientes pueden pensar que el tratamiento farmacológico no es necesario”

Esta medicación debe administrarse bajo control médico y teniendo en cuenta la edad, el riesgo de fractura por fragilidad y las circunstancias de cada paciente a la hora de seleccionar el fármaco. Este proceso debe iniciarse, en opinión de la doctora Aguado, en Atención Primaria, donde el médico de Familia dará las indicaciones oportunas y derivará al especialista si es preciso.

Aunque no solo la adherencia farmacológica es importante, tanto que, según la doctora Aguado, llevar unos hábitos de vida saludable constituye la primera opción para prevenir la osteoporosis.

“Los más recomendables son seguir una dieta con una cantidad adecuada de calcio en los alimentos y tener un aporte de vitamina D adecuado mediante una exposición solar realizada con prudencia, realizar actividad y ejercicio físico de forma regular, suprimir tóxicos nocivos para el hueso, tales como el alcohol y el tabaco y poner especial atención a la prevención de las caídas, particularmente importantes en los pacientes mayores”, resalta.

Para esta especialista, una de las estrategias más importantes para mejorar esta situación es reforzar la información al paciente, y, por ende, promover un trabajo coordinado entre el especialista, el médico de familia y el personal de enfermería. “En algunos estudios -comenta la doctora Aguado- se ha objetivado que facilitar y explicar la forma de administración del fármaco, la prescripción electrónica y la educación de los pacientes mejoran la adherencia al tratamiento”.

Una de las estrategias más importantes para mejorar esta situación es reforzar la información al paciente, y, por ende, promover un trabajo coordinado

“Desde un punto de vista organizativo -añade-, la creación de equipos multidisciplinares que trabajan de una manera coordinada para la prevención secundaria de fractura (reumatólogos, traumatólogos, rehabilitadores, geriatras, médicos de Atención Primaria, personal de enfermería y otros profesionales) en lo que se denomina Unidades de Fractura, han demostrado mejorar la adherencia al tratamiento y ello se ha relacionado en parte con la labor educativa realizada por la enfermera”.

Estas Unidades son necesarias ya que la prevención de fracturas posteriores a una fractura previa por fragilidad debería constituir una prioridad en los recursos destinados a mejorar la salud musculoesquelética. “A pesar de ello -lamenta esta especialista-, hay una evidencia notable que estos pacientes no reciben los cuidados adecuados”.