Coordinada desde España
Laura Chivato Isabel
Teniendo en cuenta el incremento de la población envejecida y de la cronicidad por la que pasa, no solo España, sino también otros países europeos, cualquier iniciativa que persiga mejorar la calidad de vida de las personas mayores es positiva para la salud pública. Frente a esto, y entre otras cosas, es muy importante que los profesionales sanitarios estén coordinados a la hora de tratar a estos pacientes para así garantizar un correcto seguimiento, teniendo en cuenta que, además, se podría aprovechar el potencial de las TIC para ello. Siguiendo esta filosofía, en enero del 2016 se puso en marcha POLYCARE, una plataforma europea de cuidados integrados que ha contribuido a una mejor continuidad asistencial de los pacientes crónicos, “lo que se traduce en una mejor calidad de vida”, según María Jesús Cáncer, responsable del área de Innovación en Sanidad en Everis España y directora del proyecto durante los tres años de su duración.
“POLYCARE ha demostrado ser una herramienta de gestión colaborativa útil que aporta valor a los profesionales, facilitando una mejor comunicación entre ellos; seguimiento de la evolución del paciente, de acuerdo a un plan de cuidados establecido; y la monitorización del estado de salud del paciente”, explica la directora.
“POLYCARE ha demostrado ser una herramienta de gestión colaborativa útil que aporta valor a los profesionales, facilitando una mejor comunicación entre ellos
Este proyecto, finalizado en diciembre de 2018, está incluido en el programa marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020 y fue financiado por la Comisión Europea. Igualmente, se ha llevado a cabo en tres regiones europeas (Bonn, Alemania; Aragón, España; y Lille, Francia) tanto en zonas urbanas como rurales y que abarcan contextos socio-culturales y legales distintos, con el objetivo de compartir conocimiento y experiencias.
En qué consiste
Concretamente, POLYCARE ha desarrollado un modelo de cuidados integrados sustentado en una plataforma tecnológica genérica -para poder extrapolarlo a los diferentes países que participan- y que permite la personalización a las necesidades concretas de cada escenario. Esto se ha llevado a cabo a través de una aplicación web, dirigida a los profesionales clínicos, sociales y cuidadores informales; y una aplicación móvil para que el paciente esté mejor informado y, por lo tanto, sea más independiente.
“La plataforma web permite a los distintos profesionales que facilitan servicios al paciente colaborar en la configuración y personalización de este plan de cuidados adaptado a sus necesidades. Así, el sistema es modular (no todos los pacientes requieren los mismos servicios) y los servicios son flexibles (las herramientas de configuración permiten a los profesionales adaptar el plan de atención), son fáciles de mantener (los cambios y actualizaciones según las preferencias y la evolución de los pacientes están habilitados) y con un objetivo: proporcionar a los pacientes apoyo, herramientas e información sobre su(s) condición(es) crónica(s) para mejorar su calidad de vida y autonomía”, subraya María Jesús Cáncer.
“La herramienta -añade- incluye un sistema de soporte a la decisión y detección de incompatibilidades entre medicamentos e integra información de distintos sistemas de información clínica”.
“La herramienta -añade- incluye un sistema de soporte a la decisión y detección de incompatibilidades entre medicamentos e integra información de distintos sistemas de información clínica”.
En cuanto a la aplicación móvil para pacientes, estos pueden realizar un seguimiento de su estado, monitorizar sus constantes vitales y recibir información y entrenamiento sobre su enfermedad crónica. Además, incluye diversos mecanismos de gamificación y serious gaming que lo que buscan es empoderar, así como integración con dispositivos y sensores de monitorización.
Autocuidado y adherencia
Con todo ello se ha perseguido fomentar el autocuidado para que el paciente también tenga un mejor control de su enfermedad. ¿Cómo? A través de contenidos educativos y cuestionarios de salud sobre la condición crónica de este. “Así, el paciente puede conocer mejor su afección y ser capaz de reaccionar, tener acceso a la monitorización de sus propias constantes vitales (las relacionadas con su condición) con el fin de identificar valores anómalos o fuera de rango y un sistema de recordatorios de medicación para una mejor adherencia a la prescripción”, apunta esta experta.
Estas herramientas están apoyadas por un sistema de recordatorios a través de la aplicación móvil que permite al paciente tener un “elemento más de control” para ser adherente a los tratamientos y acudir a las citas de las consultas.
Dos barreras
Hay que tener en cuenta que estos soportes están dirigidos a personas mayores que puede que no tengan la alfabetización digital adecuada para hacer uso de ellos. Durante el proyecto se detectaron dos barreras en este sentido: la educación digital de las personas mayores varía en cada país y región y el hecho de que los pacientes que han participado en las pruebas de concepto han experimentado una fase aguda de su condición crónica y puedan ser reacios al uso de tecnologías en determinados momentos.
Con el fin de solventar estas barreras, María Jesús Cáncer cuenta que se desarrollaron criterios de inclusión/exclusión (aplicados por profesionales sanitarios y sociales) para validar la idoneidad de un paciente al participar en la prueba de concepto priorizando personas con conocimiento de tecnologías digitales y que no vivan solas, de modo que puedan recibir soporte puntual en el uso de los dispositivos.
Se desarrollaron criterios de inclusión/exclusión (aplicados por profesionales sanitarios y sociales) para validar la idoneidad de un paciente al participar en la prueba de concepto priorizando personas con conocimiento de tecnologías digitales y que no vivan solas
Además, a los que se incluyeron de manera definitiva se les ofreció aprendizaje y soporte continuo en el uso de la aplicación móvil y los dispositivos de monitorización. “La respuesta varía entre países y condición de las personas en cuanto a la criticidad de su enfermedad, pero es necesario llevar a cabo pilotos con más participación para extraer conclusiones en esta línea”, subraya la especialista.
Preguntada por el futuro del proyecto, la directora comenta que el siguiente paso será validar la viabilidad y utilidad de la plataforma POLYCARE a gran escala: “Además de demostrar la sostenibilidad de la solución para otras enfermedades, casos de uso e interesados de forma coste-efectiva para los proveedores de servicios sociales y sanitarios”.