“¿Cómo voy a decirle a un médico cómo tiene que tratar la cronicidad? Sólo puedo facilitarle las cosas, y a eso le puedo llamar estrategia”

José María Vergeles, consejero de Sanidad y Políticas Sociales de la Junta de Extremadura

Carlos Rodríguez

Doctor en Medicina y Cirugía, con la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, José María Vergeles ha prestado sus servicios como médico de Atención Primaria y ha sido ex presidente de la Sociedad Extremeña de Medicina Familiar. Es lógico que, desde que está al frente de la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, su discurso se dirija a la importancia de contar con los profesionales a la hora de desarrollar e implementar políticas. Mantiene su compromiso de lanzar, antes de que finalice la legislatura, una estrategia de cronicidad “pegada a la realidad” que también fomente la participación de los pacientes y contemple el interés de la Consejería en materia de adherencia al tratamiento.

Pregunta. ¿Qué peso tiene la cronicidad en los presupuestos sanitarios extremeños?

Respuesta. Es algo muy difícil de saber, porque dependemos de que el peso económico de la cronicidad no sea proporcional a la recuperación que esperamos obtener de los pacientes. Ahora mismo, si hablamos de fármacos, el peso económico se lo lleva la innovación terapéutica. Pero la cronicidad no depende tanto del porcentaje de fármacos. Es verdad que precisa de medicación, pero en la mayoría de las ocasiones ya no precisa de tanta innovación, salvo para conseguir que enfermedades letales o potencialmente letales se conviertan en crónicas. Pero si hablamos de Protección Social, hemos incrementado alrededor del 5 por ciento el presupuesto en relación a esta área.

P. ¿Cómo están planificando el abordaje de la cronicidad?

R. En estos momentos, estamos estratificando a la población crónica en función de su riesgo y fragilidad, siguiendo el modelo del SNS. Al mismo tiempo, estamos aprobando procesos en enfermedades crónicas prevalentes en el ámbito de nuestra comunidad, como las enfermedades cardiovasculares. Junto a ello, estamos llevando a cabo un programa de Educación para la Salud y otro de Participación Comunitaria en Salud. Con el primero estamos pilotando cómo funcionan las Escuelas de Pacientes, aquí llamadas Escuelas de Cuidados y Salud. Con el segundo estamos pilotando en determinadas zonas de salud un estudio, apoyado en el Instituto Marco Marchioni, para determinar la influencia de un diagnóstico comunitario de salud en el grado de información de los pacientes a la hora de hacer un mejor uso de su autonomía.

P. ¿Qué papel ocupa entre las prioridades del Departamento la adherencia a los tratamientos, teniendo en cuenta que la Estrategia de Cronicidad en la que están trabajando cuenta entre sus objetivos con la promoción de un cambio de actitudes en la población para prevenir los factores de riesgo de enfermedades crónicas y con la corresponsabilización en la mejora de su salud?

R. Tenemos mucho interés en adherencia. Si no, no hubiéramos puesto en marcha los mecanismos de Educación para la Salud. De hecho, la Escuela de Cuidados y Salud y el proceso de Participación Comunitaria nos lleva a que los pacientes no solo sigan las recomendaciones farmacológicas, sino también las no farmacológicas, que muchas veces son el tratamiento de algunos problemas de salud crónicos. Estas dos estrategias tienen mucho que ver con la adherencia.

P. Manejan datos de adherencia al tratamiento en Extremadura?

R. No, o al menos no al nivel de los que pueda manejar el OAT.

P. ¿Qué planes o estrategias se están desarrollando en este campo?

R. Fundamentalmente, formación e información y acompañamiento desde el ámbito social. Además, se están pilotando dos proyectos en adherencia en dos poblaciones de Extremadura: uno para que pacientes polimedicados reciban desde la oficina de farmacia su tratamiento por dosis en lugar de por envases, y otro, a través de un protocolo de SEFAC, para estudiar el papel del farmacéutico de oficina de farmacia en materia de seguimiento farmacéutico.

P. En un trabajo firmado por usted y titulado ‘En la enfermedad crónica, ¿la familia ayuda?’ señalaba: “El profesional debe informar a la familia de forma comprensible, adaptada a su nivel de entendimiento y de afrontamiento, y siempre respetando la confidencialidad e intimidad con el paciente, sobre la enfermedad, los cuidados, las demandas que provocará y el pronóstico. Además, desde el primer momento el personal de enfermería debe ir entrenando a la familia en determinadas habilidades para el cuidado del enfermo. Con todo esto aumentará la adherencia al tratamiento y se implicará a la familia en el cuidado del paciente”. ¿Qué se está haciendo al respecto?

R. Hay varias partes del sistema que tienen que ver con la adherencia al tratamiento, dependiendo de cómo sea la red de apoyo social del paciente. En el caso de la familia, la entendemos como un concepto muy amplio: una familia puede se un piso de estudiantes o una residencia de ancianos. Y es dentro de ese concepto abierto, a partir de las reglas, normas y relaciones entre los distintos miembros, donde estamos trabajando.

P. ¿Qué hay del personal de enfermería? ¿Qué se está haciendo para aprovechar más este recurso en favor de la adherencia?

R. El personal de Enfermería en enfermedades crónicas es clave, porque no sólo son los especialistas en cuidados, sino también en formar en el autocuidado. Ningún otro profesional puede proporcionar toda la educación sanitaria que puede proporcionar una enfermera. Por eso, lo que estamos haciendo es implicar a la Enfermería en todos y cada uno de los procesos de atención en cada momento. Y me atrevería a decir que la mayoría de quienes participan en la Escuela de Salud y Cuidados son enfermeras. Son profesionales que tienen que tener muchísimo más papel del que ahora tienen en el Sistema Nacional de Salud en materia de enfermedades crónicas y adherencia. A nosotros nos parece fundamental que Enfermería valore por patrones funcionales y que, a partir de esa valoración, ofrezca recomendaciones sobre estilos de vida o sobre cómo recuperar funciones que se pueden ver afectadas por una determinada enfermedad.

“El personal de Enfermería en enfermedades crónicas es clave, porque no sólo son los especialistas en cuidados, sino también en formar en el autocuidado”

P. A su juicio, ¿qué características debería tener un plan nacional de adherencia?

R. Un Plan de Adherencia no tiene que estar hecho por la industria farmacéutica y vendido al Ministerio de Sanidad; debe estar hecho por los profesionales y vendido a su poder público. Rechazaré cualquier plan de adherencia al tratamiento que no vaya en esa dirección. Eso, y la metodología de trabajo que se siguió, es lo que me molestó del Plan de Adherencia de Farmaindustria. Si viene de abajo arriba, me parece perfecto. Pero si va desde la industria hacia los profesionales, me parecerá que en algo estamos fallando.

P. Ese plan también fue criticado por no tener en cuenta a la farmacia. A tenor de los proyectos que realiza con los farmacéuticos, ¿qué papel cree que deben abordar en adherencia?

R. La oficina de farmacia tiene un papel principal gracias a la Atención Farmacéutica. Yo creo que, si creemos en el modelo español de farmacia, el modelo de retribución de la oficina de farmacia debería cambiarse e ir más hacia programas de Atención Farmacéutica que hacia el precio de los medicamentos, exclusivamente. De esa forma acabaríamos con otro de los lastres de la Farmacia española y del modelo español de farmacia, que son las farmacias de Viabilidad Económica Comprometida. Ahora mismo no lo estamos haciendo, ni podemos hacerlo legalmente, como nos gustaría. Hay que darle una vuelta a qué es lo que pensamos de la oficina de farmacia. Vamos hacia una descapitalización de la innovación terapéutica por parte de las oficinas de farmacia y de la Atención Primaria de salud en general. Si no prestamos oídos a la Atención Farmacéutica, podemos estar provocando que dé igual que los medicamentos se vendan en una oficina de farmacia o en una gran superficie.

P. Los pacientes ya no quieren ni deben ser receptores pasivos de la asistencia. De ahí que Extremadura busque aumentar el nivel de salud de la población para prevenir y retrasar la aparición de las enfermedades crónicas y promocionar la autonomía personal. ¿De qué manera lo están haciendo o tienen pensado fomentarlo?

R. Tenemos dos estrategias en paralelo. La primera pasa por implicar al paciente una vez que tiene el diagnóstico, proporcionándole información que pueda transformar en conocimientos a través de la Escuela de Cuidados y Salud. Es una vía que ya utiliza la mayoría de las comunidades autónomas bajo el término de ‘empoderamiento’ del paciente. La segunda pasa por implicarles, no desde el momento del tratamiento, sino desde el momento del diagnóstico. No todo lo que pasa por la consulta del profesional sanitario tiene una etiqueta diagnóstica, y no siempre una etiqueta diagnóstica tiene una solución en el ámbito sanitario. En ocasiones, tiene soluciones en el ámbito social, de la salud pública, de la vivienda, del abastecimiento de agua… Esto es lo que estamos haciendo con los procesos de Participación Comunitaria en cinco zonas de salud. Estamos dejando que sea la propia sociedad, organizada, la que llegue a un diagnóstico comunitario de su zona de salud, para ver cuáles serían los tratamientos ante ese diagnóstico. Algunos pasarán por el centro de salud, pero otros pasarán por medidas educativas, o sociales, o relativas a la vivienda. Creemos que el hecho de que sea capaz de identificar el problema es incentivador para que el paciente se involucre desde el primer momento. En todo caso, esperamos a conocer sus resultados. Todavía es demasiado pronto para tomar una decisión.

“No todo lo que pasa por la consulta del profesional sanitario tiene una etiqueta diagnóstica, y no siempre una etiqueta diagnóstica tiene una solución en el ámbito sanitario”

P. La Estrategia de Cronicidad en Extremadura está diseñada como un proceso participativo entre la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, el SES y el SEPAD, en el que participan 120 profesionales sanitarios y de otras disciplinas. Además, Extremadura cuenta con un espacio socio-sanitario único. Las ventajas serán obvias…

R. Sí, pero con un matiz… Que no lo llamamos ‘espacio’. No hay ningún especialista socio-sanitario, o al menos yo no lo conozco, y por tanto no se puede hablar del espacio socio-sanitario único. Lo que tienes que conseguir es la suficiente coordinación entre Sanidad y Protección Social como para que el paciente perciba una continuidad en su atención integral, y eso no depende de ningún espacio socio-sanitario.

P. Recientemente abogó usted una estrategia de cronicidad ‘pegada a la realidad’. ¿Qué es lo que se está haciendo que le resulta ‘ajeno’ y qué está haciendo Extremadura para conseguirlo?

R. Los políticos tenemos la manía de publicar estrategias de cronicidad que, si bien han contado con la participación de los profesionales, no están hechas desde la base. Están hecha con una mente planificadora, como si fuesen un Plan de Salud. Y esto al final se queda como un magnífico libro que adorna una estantería o que sujeta una pantalla de ordenador, pero no está pegado al terreno. Lo que hacemos aquí es, en primer lugar, huir hablar de estrategias de cronicidad como tal. Y estamos siendo respetuosos y tardando mucho en sacar la nuestra porque queremos que incluya los procesos en los que han participado cientos de profesionales. Sólo de esa forma serán capaces de asumirla como propia y aplicarla en el día a día. ¿Cómo voy a decirle yo a un médico cómo tiene que tratar la cronicidad? Lo único que puedo hacer es darle herramientas para facilitarle las cosas, y a eso le puedo llamar estrategia. Si, en lugar de eso, publico un libro magnífico que no cuenta con la complicidad de los profesionales, tendremos otro plan de salud, pero dedicado en exclusiva a la cronicidad.

P. ¿Qué fecha manejan para el lanzamiento de la estrategia?

R. Antes de que finalice la legislatura.

P. Extremadura ha desarrollado varias herramientas basadas en las TIC, como el sistema JARA, para integrar los procesos en la atención de los enfermos crónicos: se ha potenciado la telemedicina, la teleasistencia, la telemonitorización y las teleconsultas; cuenta con una tarjeta electrónica interoperable con otros territorios y un anillo hospitalario para conectar hospitales y centros de salud. ¿En qué dirección se mueve ahora sus objetivos en materia de e-Salud?

R. Hacia las recomendaciones que nos proporcionan las estrategias europeas y mundiales en materia de e-Health: invertir mucho más en entornos colaborativos entre profesionales, para romper, también desde el punto de vista tecnológico, las barreras que pueden existir entre los distintos niveles de atención. Ahora que tenemos una historia clínica única, tenemos que trabajar en transformar nuestro portal para que el entorno sea colaborativo y para que el acceso a la formación, a la información y a consultas entre profesionales sea una realidad.