La opinión de Jaume Puig-Junoy (Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra) y Gabriela Restovic (Unidad de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de la Fundación Clínic para la Investigación Biomédica).
El año 2003 la Organización Mundial de la Salud propuso una definición para el término adherencia ([i]), basada en la definición de Haynes del año 1979 ([ii]) que hace referencia a la conducta del paciente con la toma de la medicación y el seguimiento de recomendaciones acordadas con el profesional sanitario. Sin embargo, actualmente muchos autores, profesionales sanitarios y gestores manifiestan que la adherencia abarca un concepto más amplio en relación a la toma de la medicación y supone la implicación y el compromiso del paciente con su enfermedad, su tratamiento y con los profesionales sanitarios.
Por otra parte, la falta de adherencia a tratamientos farmacéuticos se cree puede ser debida a decisiones intencionadas del paciente o puede ser no intencionada. La falta de adherencia no intencionada, incrementada con la complejidad de los tratamientos (cantidad y frecuencia de las dosis o forma de administración), está sólo débilmente relacionada con factores socio-demográficos como la edad, género, inteligencia y formación ([iii]).
Esta falta de homogeneidad en la definición de la adherencia, unido a la multiplicidad de causas que se cree determinan la falta de adherencia (1), nos lleva a tener una multiplicidad de métodos para medirla (directos e indirectos) ([iv]) y una gran variedad de estrategias para mejorarla ([v]).
La correcta medición de los resultados en salud es la base fundamental para poder medir el impacto que puedan tener las nuevas tecnologías. De este modo, la evaluación del nivel de adherencia no es un tema intrascendente, sino una de las principales causas que explicarían la diferencia entre la eficacia y la efectividad y, por ende, la ineficiencia de muchas terapias.
“La evaluación del nivel de adherencia no es un tema intrascendente, sino una de las principales causas que explicarían la diferencia entre la eficacia y la efectividad y, por ende, la ineficacia de muchas terapias”
Uno de los principales retos que tenemos es, en un primer lugar, establecer una medida estándar de adherencia que nos permita hacer comparaciones entre los resultados de diferentes estrategias conducidas para mejorarla. En segundo lugar, es relevante poder determinar y cuantificar la relación que tiene la mejora (o empeoramiento) de la adherencia con la efectividad, esto implica tener una relación exhaustiva para cada tratamiento y patología. El impacto de una intervención sobre la adopción (cambio en el comportamiento individual) no puede ser siempre un objetivo en sí mismo: el objetivo es la mejora de la salud, no tomar más pastillas. En este sentido, las intervenciones deben ser capaces de mostrar no sólo mejora de la adherencia sino que existe relación significativa, aunque sea decreciente, entre esta mejora de la adherencia y el estado de salud. Y finalmente, como es tradicional en los análisis de evaluación económica, debemos determinar los recursos consumidos, en este caso tanto por los pacientes adherentes como no adherentes.
Actualmente en España, diferentes actores han puesto su interés en la adherencia ([vi],[vii],[viii]) lo cual nos presenta una gran oportunidad para, de una manera conjunta y consensuada, definir una medida de adherencia que, aprovechando los avances en la recogida de datos de la vida real, nos permita cuantificar de una manera más robusta el impacto que tiene tanto la falta de adherencia como las diferentes estrategias que se proponen para mejorarla.
Referencias.
[i] Sabaté E. Adherence to long-term therapies: Evidence for action [Internet]. Ginebra: World Health Organization; 2003. Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/42682/1/9241545992.pdf
[ii] Haynes RB. A critical review of the ‘‘determinants’’ of patient compliance with therapeutic regimens. En: Sackett DL, Haynes RD, editors. Compliance with therapeutic regimens. Baltimore: Johns Hopkins University Press; 1979. p. 24–40.
[iii] McDonald HP, Garg AX, Haynes RB. Interventions to enhance patient adherence to medication prescriptions: scientific review. JAMA, 2012; 288(22): 2868-79.
[iv] Fundación Salud 2000. La adherencia, nuevo paradigma en la relación farmacéutico-paciente [Internet]. España; 2014. Disponible en: http://www.fundacionmercksalud.com/wp-content/uploads/2017/06/AAFF_Documento_final_baja.pdf
[v] Dilla T, Valladares A, Lizán L, Sacristán JA. Adherencia y persistencia terapéutica: Causas, consecuencias y estrategias de mejora. Aten Primaria [Internet]. 2009;41(6):342–8
[vi] Primer análisis centrado en la visión y experiencia del médico en materia de adherencia terapéutica en pacientes crónicos. España, Julio, 2016. Disponible en: http://www.oatobservatorio.com/wp-content/uploads/2014/07/Nota-Prensa-An%C3%A1lisis-Adherencia-Terap%C3%A9utica-La-visi%C3%B3n-del-m%C3%A9dico-OAT-1-7-16.pdf
[vii] Plan de Adherencia al Tratamiento. Uso Responsable del medicamento. España; Noviembre 2016. Disponible en: file:///C:/Users/RESTOVIC/Downloads/farmaindustria-plan-de-adherencia%20(2).pdf
[viii] Dispensación Adherencia y Uso adecuado del Medicamento. Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) España, Noviembre 2017. Disponible con autorización en: https://www.sefac.org/documentos/para-profesionales/publicaciones-sefac