La opinión de Jaime Del Barrio, presidente de la Asociación Salud Digital.
Se estima que el 50% de los pacientes crónicos no son adherentes a los tratamientos que les han sido prescritos, lo que provoca un importante problema de Salud Pública. La falta de adherencia se asocia a una disminución de la calidad y de la esperanza de vida, da lugar a un peor control de las enfermedades e incrementa sus complicaciones, y repercute en un aumento de las consultas, hospitalizaciones y pruebas complementarias, con el consiguiente incremento del gasto sanitario y el impacto negativo sanitario y social en el paciente y su entorno.
Para hacer frente a esta situación en los últimos años se han puesto en marcha diferentes iniciativas de carácter sectorial por parte de las administraciones sanitarias, organizaciones colegiales profesionales y sociedades científicas y, en ocasiones, empresas farmacéuticas, de tecnología sanitaria y de biotecnología, sin olvidar otras iniciativas tanto públicas como privadas, todas dirigidas a mejorar en todo lo posible el grado de adherencia a las diferentes pautas terapéuticas a las que se enfrenta el paciente crónico portador de múltiples enfermedades y en un porcentaje muy elevado polimedicado de por vida. Todas ellas sean bienvenidas, ya que ante el reto del aumento en la expectativa de vida y la cronicidad de las enfermedades más prevalentes, la adherencia a los diferentes tratamientos cobra una importancia vital, como tuvimos ocasión de poner de manifiesto en la II Jornada celebrada por la Asociación Salud Digital precisamente con este objetivo.
En atención primaria, hasta el 40% de los pacientes pluripatológicos presentan tres o más enfermedades crónicas y, de éstos, el 94% están polimedicados, por lo que es fundamental que se siga una adecuada estrategia de adherencia terapéutica, para asegurar el control de las enfermedades y el bienestar de los pacientes. Desde el punto de vista de los recursos sanitarios y sociales, los pacientes con patologías crónicas suponen el 80% de las consultas en los centros de atención primaria y representan el 60% de las estancias hospitalarias, sobre todo en ingresos no programados.
“Para hacer frente a la falta de adherencia, en los últimos años se han puesto en marcha diferentes iniciativas de carácter sectorial (…) Todas ellas sean bienvenidas”
Vivimos en un entorno digital en el que las nuevas tecnologías y sobre todo las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han venido para quedarse y ayudarnos en nuestra vida diaria y específicamente en estos retos. El paciente actual está conectado a nivel global, pero busca su relevancia a nivel local. Precisamente, de esa globalidad nos viene el concepto e-Patients: empowered, engaged, equipped, enabled. El e-Paciente actual busca información, al principio y al final, en sus profesionales sanitarios de referencia, y en medio, en Internet, en redes sociales, en diferentes soportes y fuentes generalistas y/o especializadas, donde sea, y quiere conocer y comprender su salud y su enfermedad para así ser su protagonista responsable, o no, pero es su decisión libre, y como tal debe ser respetada. A nosotros nos corresponde facilitarle todos los elementos para que así sea. Estoy hablando en concreto de facilitar formación, no ya sólo información, y las herramientas indispensables para que todo lo anterior sea posible y precisamente por todo lo anterior surgió la Asociación Salud Digital.
De las diferentes iniciativas llevadas a cabo hasta hora, destacar que es precisamente la irrupción y desarrollo de las TIC en el sector sanitario la que está teniendo un alto impacto en las estrategias dirigidas a mejorar la adherencia al tratamiento. En estos años, la implantación de soluciones TIC en las organizaciones sanitarias ha crecido de forma muy relevante, con grandes avances en el despliegue e implantación de la Historia Clínica Digital del Sistema Nacional de Salud (HCDSNS) o la receta electrónica en las Comunidades Autónomas, con los consiguientes beneficios en la mejora de la calidad del servicio asistencial, el aumento de la seguridad de los pacientes y la optimización del ciclo clínico.
Aunque hemos de ser más ambiciosos, ya que sigue pendiente el superar los problemas de interoperabilidad de toda la información sanitaria y social entre las Comunidades Autónomas dentro del Sistema Nacional de Salud, sobre la base y respetando los diferentes modelos implantados en cada una de ellas. Vamos por detrás de otros sectores y hemos de recuperar posicionamiento digital.
“Sigue pendiente el superar los problemas de interoperabilidad de la información sanitaria y social dentro del SNS (…) Vamos por detrás de otros sectores y hemos de recuperar posicionamiento digital”
Además, es importante hacer referencia al potencial que presentan las aplicaciones móviles y las soluciones web para facilitar la gestión del tratamiento y de la propia enfermedad, así como en la mejora de la comunicación entre los profesionales sanitarios y con los pacientes. La mayoría de las aplicaciones disponibles se centran en el bienestar, pero hay cada vez más soluciones enfocadas a la mejora de la adherencia del tratamiento. Indicar que, en este ámbito, se incluyen también otras iniciativas como las consultas telefónicas, de seguimiento, monitorización, los recordatorios de tratamiento vía SMS, o la telemedicina teniendo como horizonte el autocuidado.
En definitiva, frente a los retos de la adherencia al tratamiento y la cronicidad, la Salud Digital, en el sentido más amplio de la expresión, es el mejor y único aliado que además va a posibilitar la sostenibilidad de los sistemas sanitarios modernos como el nuestro, por eso hemos de contribuir a su desarrollo cada uno en el ámbito de sus responsabilidades.