“La magnitud del problema de la falta de adherencia a los tratamientos está aumentando en Europa”

Przemyslaw Kardas, experto en adherencia a los tratamientos y director del Departamento de Medicina Familiar en la Universidad de Lodz (Polonia)

Carlos Rodríguez

A lo largo de los años, y en su experiencia como médico de familia, Przemyslaw Kardas ha podido observar de cerca los efectos de los tratamientos. La Medicina moderna, asegura, tiene mucho que ofrecer tanto en calidad de vida como en longevidad. Desafortunadamente, en ese tiempo también ha podido comprobar cómo algunos de sus pacientes no han podido aprovecharse de esos beneficios a su alcance. En la mayoría de las ocasiones, la razón fue la no adherencia a los tratamientos. Este contacto tan personal con los resultados en salud, ya fueran buenos o pobres, vinculados a los tratamientos hizo que el doctor Kardas se interesara particularmente en el campo de la adherencia. Hoy es uno de los mayores expertos en Europa, como dejó claro a su paso por las VI Jornadas de Adherencia al Tratamiento organizadas por el OAT.

Pregunta. ¿Cuál es la fotografía general de la adherencia a los tratamientos en Europa y cómo ha cambiado a lo largo de las últimas décadas?

Respuesta. La adherencia a los tratamientos está aún por debajo de nuestras expectativas. Si recordamos que la falta de adherencia sigue siendo la primera causa de rechazo de trasplante, la imagen está lejos de ser optimista. Lo que hemos aprendido durante las últimas décadas es que no existe un enfoque de ‘talla única’ para resolver el rompecabezas de la falta de adherencia: ninguna de las intervenciones disponibles resulta efectiva en todos los casos de incumplimiento. Por otro lado, no solo está aumentando nuestra concienciación y sensibilidad en torno a la alta prevalencia de la no adherencia; también nuestra comprensión de las razones y de las soluciones efectivas para la no adherencia está en constante incremento

P. ¿Qué nivel de cooperación existe en el campo de la política para el abordaje de la adherencia a los tratamientos en Europa?

R. ¡Buena pregunta! Dentro del Proyecto ABC hemos elaborado un conjunto de recomendaciones políticas para los gestores y legisladores europeos con el objetivo de mejorar la adherencia a los tratamientos y conseguir un mejor uso de los medicamentos por parte de los ciudadanos. Aquí están, listas para ser utilizadas. A fecha de hoy se han introducido en Europa numerosas intervenciones locales y regionales. Lo que más extrañamos en este momento es una estrategia de ampliación: la falta de adherencia aún debe convertirse en un punto firme dentro de las agendas política europea y en las agendas nacionales.

“La falta de adherencia a los tratamientos aún debe convertirse en un punto firme dentro de la agenda política europea y en las agendas nacionales”

P. ¿Qué es el proyecto ABC?

R. El Proyecto ABC, titulado Determinación de barreras para la adherencia a los tratamientos: políticas para el uso seguro, efectivo y rentable de los medicamentos en Europa, fue una colaboración científica internacional cofinanciada por el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea. Los socios del proyecto fueron la Universidad Médica de Lodz, Polonia (coordinador); la Universidad de Bangor, el Grupo AARDEX, la Universidad Keele y la Universidad Katholieke de Lovaina. Un conjunto completo de recomendaciones, basadas en investigaciones propias, es el resultado principal del proyecto.

P. ¿Cuáles son los principales datos relativos a la no adherencia en Europa?

R. Para acortar la historia, se puede concluir que los resultados del Proyecto ABC apuntan a la alta prevalencia de la no adherencia de los pacientes a los tratamientos en todos los países y en todas las condiciones estudiadas. Sin lugar a dudas, esto apunta a la necesidad de crear un entorno que apoye la adherencia.

P. ¿Cuándo hablamos de adherencia a los tratamientos, hablamos de un problema en aumento o de un problema estable?

R. A pesar de las tasas más o menos estables de pacientes no adherentes, la magnitud del problema de adherencia está aumentando. Las razones para esto son al menos dos. En primer lugar, la sociedad europea está envejeciendo. Con la edad, los ciudadanos a menudo desarrollan multimorbilidad, lo que de alguna manera les hace más propensos a la falta de adherencia. En segundo lugar, la medicina moderna ofrece terapias cada vez más efectivas. Por lo tanto, las posibles consecuencias negativas de la no adherencia son hoy todavía más pronunciadas que antes.

P. ¿Cuál es el impacto económico de la falta de adherencia?

R. La falta de cumplimiento genera enormes costes, directos e indirectos. Los directos incluyen los costes de terapias adicionales, hospitalizaciones, etc., mientras que los indirectos incluyen los relacionados con la pérdida de productividad, la peor calidad de vida o incluso la muerte.

P. ¿Se conoce el impacto de las intervenciones para mejorar la adherencia a los tratamientos?

R. Cuando se trata de intervenciones, solo algunas han sido estudiadas por su coste-efectividad, en la mayoría de los casos demostrando un efecto positivo en el corto y en el medio plazo. En una revisión de Simon-Tuval et al. (Expert Rev Pharmacoecon Outcomes Res. 2016), los autores concluyeron que, de los 43 estudios evaluados, la mayoría de las intervenciones de mejora de la adherencia evaluadas eran rentables o de bajo coste, y la variación existía dentro de los diferentes tipos de intervención. Por otro lado, debemos ser conscientes de que una mejor adherencia es un éxito de todos los involucrados: es un ‘win-win’ que incluye a los pacientes, a los pagadores, a los proveedores de atención médica y a la industria farmacéutica.

P. ¿Cuál es el país de Europa que mejor funciona en términos de adherencia y por qué?

R. Es difícil encontrar un solo país que sea líder en todos los campos. En su lugar, se podría decir que existen algunas buenas prácticas. Por ejemplo, Escocia tiene muy bien definida una estrategia para prevenir la polifarmacia; en Suiza están funcionando las intervenciones del farmacéutico con financiación pública… Aun así, no es tan obvio que las diferentes tasas de incumplimiento observadas en los países europeos reflejan el comportamiento del paciente, o más bien su honestidad.

P. ¿Qué opina de la prioridad política que se está dando a la adherencia en Europa?

R. Diría que cada país europeo que se encuentre en la etapa de ‘pre-contemplación’, y que por ejemplo no tenga conocimiento de la alta prevalencia de la no adherencia en sus pacientes, debería sentirse avergonzado. A pesar de las limitaciones de las intervenciones disponibles, ahora mismo podemos ayudar a nuestros pacientes a ser mucho más adherentes y a obtener mejores resultados de salud. Los responsables de la toma de decisiones están perdiendo la oportunidad si no aprovechan estas intervenciones para abordar la falta de adherencia.

P. Existen numerosos determinantes de la no adherencia a los tratamientos. En términos generales, ¿cuáles diría que son los principales determinantes en la Unión Europea?

R. De hecho, hemos identificado cientos de determinantes. Y para complicar aún más el panorama, uno tendría que admitir que cada paciente tiene su propia historia. Tal vez éste sea el único enfoque que tiene sentido: tratar de encontrar una clave individual para la no adherencia a los tratamientos y crear un plan de adherencia personal. Por supuesto, también hay algunas tendencias que no hay que perder de vista, como el movimiento contra la vacunación observada recientemente, con todas las consecuencias negativas que implica en las tasas de vacunación.

“El único enfoque que tiene sentido es tratar de encontrar una clave individual para la no adherencia y un plan de adherencia personal”

P. Comentó previamente que no hay enfoques de ‘talla única’ frente a la no adherencia. No obstante, ¿cuáles son los más utilizados?

R. Quizás una de las estrategias más utilizadas sea la simplificación del tratamiento. Consciente de la falta de adherencia, la industria farmacéutica hace que los tratamientos sean cada vez más ‘agradables’ para el paciente. Con pastillas más pequeñas, dosis menos frecuentes y un mejor perfil de efectos adversos, los medicamentos modernos son, sin duda, mucho mejores que sus ‘antepasados’. Sin embargo, esto no resuelve todos los enigmas. Si el paciente no cree en los beneficios del tratamiento, como a menudo ocurre (por ejemplo, con los fármacos hipolipemiantes), da igual que el medicamento sea más o menos ‘agradable’ para el paciente.

P. ¿Cuáles son sus recomendaciones para promover la adherencia a los tratamientos en Europa?

R. Por lo que sabemos hasta ahora, se puede concluir que ya existen múltiples intervenciones efectivas para mejorar la adherencia. El problema principal es su implementación. Por lo tanto, debemos crear una cultura de cuidado de la adherencia, tanto por los profesionales de la salud como por los propios pacientes. Tal vez esto debería ser apoyado por la formación pertinente de pregrado y postgrado de profesionales de la salud (que todavía no es tan frecuente en lo que respecta a la gestión de la adherencia), así como por campañas sociales dirigidas a las personas sin conocimiento o experiencia en la materia.