La opinión de Santiago Alfonso, director de Acción Psoriasis
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar a la piel, a las uñas y a las articulaciones. Es crónica y se presenta en brotes, con exacerbaciones y remisiones y, en ningún caso, es contagiosa. Afecta alrededor del 2,3 por ciento de la población y suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también afecta a niños y a personas mayores.
Cada vez más la ciencia encuentra relación entre la inflación de la piel y la inflación de otros órganos, por lo que es necesario que el paciente controle la inflamación de su piel para minimizar otras posibles comorbilidades asociadas.
El hecho que la psoriasis se manifieste en la piel y que sea visible provoca también un fuerte impacto psicológico a quien la padece. Esta afectación psicológica perjudica y complica el cumplimiento terapéutico de los pacientes y produce una falta de adherencia en tratamientos y pautas prescritas. Después de un diagnóstico es necesario que enseñemos al paciente a aceptar su enfermedad, a cómo afrontarla, a informarse y también a compartirla en su entorno. Esta primera fase de aceptación redunda en el mejor cumplimiento terapéutico.
“Esta afectación psicológica perjudica y complica el cumplimiento terapéutico de los pacientes y produce una falta de adherencia en tratamientos y pautas prescritas”
Existe un amplio abanico de tratamientos farmacológicos para psoriasis. Estos tratamientos varían en función de la localización y extensión de la enfermedad. La primera línea de tratamientos es por vía tópica (cremas, pomadas, lociones, geles…) y requieren de correcta aplicación, constancia y dedicar un tiempo para su administración. Estas particularidades de la terapia tópica provocan en muchos casos un abandono no solamente de la terapia farmacológica sino también del resto de pautas indicadas por nuestro médico. En las otras líneas de tratamientos, sistémicos y fototerapia, es mayor su adherencia por la comodidad de la aplicación y por el menor tiempo en su administración. Las nuevas terapias biológicas están consiguiendo “blanquear” la psoriasis de manera muy segura y con posología muy cómoda y bien aceptada.
La piel de los pacientes con psoriasis requiere además de unos cuidados específicos constantes que dificultan una buena adherencia al tratamiento. Se ha demostrado que el tabaco, el alcohol y el sobrepeso agravan la psoriasis y es necesario que el paciente los evite. Pero no es fácil para el paciente, ni los sistemas de salud disponen de los recursos necesarios.
Espaciar las consultas al especialista tampoco ayuda al cumplimiento terapéutico. Por eso es necesario que todos los profesionales sanitarios (médicos, enfermería y farmacéuticos) participen y acompañen al paciente para que éste pueda resolver sus dudas y velen por el cumplimento terapéutico y la adherencia al tratamiento. En muchos casos es necesario y se recomienda la intervención de un psicólogo que pueda evaluar al paciente y dotarlo de herramientas y recursos que lo fortalezcan a la hora de enfrentarse a su enfermedad.
“Por eso es necesario que todos los profesionales sanitarios (médicos, enfermería y farmacéuticos) participen y acompañen al paciente”
Desde Acción Psoriasis, en alianza con los profesionales sanitarios, trabajamos en el empoderamiento de los pacientes y en su capacitación para el manejo de su enfermedad desde la esfera física, psicológica y social.
Hacemos también una llamada a todos aquellos pacientes que han abandonado el cuidado de su piel para que acudan a su médico y retomen el control de su enfermedad.
Nuestras puertas están abiertas para todos aquellos pacientes que deseen mejorar.