La opinión del doctor Juan Sabater, presidente de Eugenomic.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adherencia al tratamiento como el cumplimiento del mismo; es decir, tomar la medicación de acuerdo con la dosificación del programa prescrito; y la persistencia, tomar la medicación a lo largo del tiempo.
El año pasado, desde el Observatorio de la Adherencia al Tratamiento, se publicó el ‘Estudio Nacional de la Adherencia al Tratamiento en Patologías Crónicas’, un estudio realizado en base a 6.300 pacientes y en relación a 10 patologías.
Los datos: En personas entre los 41 y los 50 años, el 54,42 por ciento son no adherentes. Entre 51 y 60 años, un 51,04 por ciento son adherentes y un 48,96 por ciento no adherentes . De las personas entre 61 y 70 años, el 46,53 por ciento no son adherentes y el 53,47 por ciento lo son. Es decir, a más años, mayor adherencia.
Ante estos datos, cabe preguntarse, ¿por qué? ¿Por qué una persona que va al médico porque tiene una dolencia, éste le prescribe una medicación y no la toma?
No hay una respuesta que valga para todas las situaciones. En el caso de tratamientos psiquiátricos, el problema suele residir en la desconfianza del propio paciente (que en la mayoría de los casos no acepta que está “enfermo”) hacia el médico y/o los familiares que le han sugerido que debía ir a un médico. Además los resultados del tratamiento no suelen ser evidentes a corto plazo y precisamente los fármacos de más uso en psiquiatría tienen muchas interacciones medicamentosas y farmacogenéticas que pueden provocar efectos adversos, el paciente tiene molestias que antes no tenía (dolor de cabeza, mareos, somnolencia y otros) y deja la medicación.
“En el caso de tratamientos psiquiátricos, el problema suele residir en la desconfianza del propio paciente (que en la mayoría de los casos no acepta que está “enfermo”) hacia el médico y/o los familiares que le han sugerido que debía ir a un médico”
Hay muchas publicaciones que avalan que la aplicación de la farmacogenética, es decir, seleccionar los medicamentos teniendo en cuenta los polimorfismos genéticos del paciente que pueden alterar su metabolismo, así como cruzar toda la medicación para evitar interacciones perjudiciales, mejora la adherencia al tratamiento.
Una de ellas, en varios cientos de pacientes psiquiátricos y controles, encuentra que los guiados por farmacogenética tenían un 56 por ciento más de adherencia que los que simplemente se había aplicado el protocolo.
Pero personalizar la medicación mediante la farmacogenética y revisando además todas las interacciones y ajustarlas en su caso, mejora la adherencia al tratamiento en general, hay muchos trabajos que lo avalan y adjuntamos uno muy didáctico.
En nuestra experiencia, la mayoría de pacientes que dejan la medicación es por dos motivos: el primero, porque no encuentran mejoría de su dolencia; y otro por los efectos adversos que le provoca. En ambos casos, en un primer paso antes de prescribir, solamente con revisar en una base de datos adecuada las interacciones entre todo el conjunto de la medicación (prescrito por todos los médicos que lo atiendan y todos los productos de automedicación incluyendo ”productos naturales”) ya se consigue mucho. Una etapa que, en estos momentos, puede ser un poco más difícil es aplicar la farmacogenética.
No aplicar la farmacogenética es como si en una zapatería tuvieran talla única de zapatos y una tienda de ropa talla única de vestidos, trajes etc. Somos diferentes y necesitamos tallas diferentes. Somos genéticamente diferentes y la medicación del “protocolo” equivale a la talla única.
“No aplicar la farmacogenética es como si en una zapatería tuvieran talla única de zapatos y una tienda de ropa talla única de vestidos, trajes etc”
Dr. Juan Sabater Tobella
European Specialist in Laboratory Medicine (EC4)
Member of the Pharmacogenomics Research Network
Presidente de Eugenomic