La opinión de Josep Mª Ramon-Torrell. Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad de Barcelona. Responsable de la Unidad de tratamiento del tabaquismo del Hospital Universitario de Bellvitge.
El consumo de tabaco se ha convertido en el principal problema de Salud Pública en prácticamente todo el mundo y requiere de intervenciones que faciliten e intervengan sobre la epidemia de tabaquismo y sus enfermedades asociadas.
En España mueren cada año casi 50.000 personas por enfermedades debidas al consumo de tabaco, aproximadamente 140 personas cada día. De cada 1.000 muertes que se producen en España, 151 se deben al consumo de tabaco. De estas muertes, 20.000 serían a causa del cáncer de pulmón, junto con las enfermedades cardiovasculares, que comportan el mayor peso en la mortalidad debida al consumo de tabaco.
“En España mueren cada año casi 50.000 personas por enfermedades debidas al consumo de tabaco, aproximadamente 140 personas cada día”
Las intervenciones frente al tabaquismo no deben contemplar un solo factor sino distintos aspectos que eviten la incorporación de nuevos fumadores e intervenciones sobre los fumadores con el fin de reducir la carga de enfermedad. Las enfermedades asociadas al consumo de tabaco son, en un alto grado, evitables si incidimos sobre su consumo.
¿Cuáles serían estas medidas? En mi opinión tres: Regulación de publicidad, venta y consumo; políticas de precios de los productos del tabaco; y en tercer lugar, intervenciones en los fumadores para ayudarlos a dejar de fumar.
Me voy a centrar en el tercer punto sin olvidar la importancia de los otros tres. La raíz del problema del tabaquismo radica en que el fumador es una adicto crónico a la nicotina y lo debemos contemplar de esta forma. En este sentido, es importantísimo comprender que la nicotina no es el factor responsable de las enfermedades relacionadas con el tabaco sino que forma parte del humo del tabaco junto con una multitud de productos que sí son las causantes de estas enfermedades. Como decía Russell, la gente que fuma por la nicotina es y muere por los alquitranes.
En una gran frase, ya lo afirmaba el Premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez “la única forma de dejar de fumar es no fumar”. Desde hace años opino que nos movemos en lo que llamo “tabaco pesimismo”, todo lo que rodea al tabaquismo está impregnado de mensajes negativos. Se debe romper este mito del pesimismo en relación al tabaco: todo es difícil, la gran mayoría de la gente no lo consigue por lo tanto yo tampoco voy a ser capaz. Hemos perdido el concepto fundamental: Sí, soy fumador, ¿por qué fumo de esta forma? ¿Cómo lo dejo? En mi opinión hemos caído en el error de centrarnos en el problema –fumar- y nos hemos olvidado del contexto en el cual se encuentra el fumador sin preocuparnos, por otra parte, de la raíz del problema, y focalizando, en la gran mayoría de ocasiones, en la persuasión y no en el aprendizaje: como dejo de fumar y si lo he dejado, como consigo no volver a recaer, este seria el mensaje que espera encontrar un fumador.
“Hemos olvidado el contexto en el cual se encuentra el fumador sin preocuparnos, por otra parte, de la raíz del problema, y focalizando, en la gran mayoría de ocasiones, en la persuasión y no en el aprendizaje”
Para finalizar, la ley de tabaco en España ha sido bien acogida con unas tasas de cumplimiento elevadas –más del 90 por ciento de los locales- y unos beneficios frente a la salud de los ciudadanos claramente objetivables a corto término. El balance de estos años con la regulación lo podemos considerar como moderadamente positivo, pero no como un punto final frente a la lucha contra el tabaquismo, sino como un punto y aparte.